¿Qué es el metaverso?
El metaverso es un mundo virtual que fusiona distintas tecnologías digitales como redes sociales, realidad virtual, streaming, videoconferencias, criptodivisas, juegos, y básicamente todo lo que exista, para crear un ecosistema virtual completamente funcional. En términos estrictos, esto aún es un trabajo en desarrollo y hay muchas áreas grises en cuanto a su funcionamiento, pero las grandes corporaciones –Facebook, entre ellas– ya están viendo el potencial comercial en él.
Pero el metaverso se trata de mucho más que una red social súper sofisticada. Para empezar, no es un juego ni es un producto que le pertenezca a una sola compañía. Más bien, es una réplica digital de cómo vivimos en el mundo físico. Es una world wide web tridimensional en la que los negocios, el contenido y la comunicación son inmersivos e interoperables. Así, en este mundo virtual, puedes tener un cuadro en NFT hecho por una empresa y colgarlo en tu casa hecha por otra compañía.
El metaverso es una fusión total de la existencia física y la digital, y aunque es un concepto aún en desarrollo, ha causado controversia y se le han acuñado términos que van desde “el nuevo internet” hasta “la sociedad virtual democratizada”. Según Daren Tsui, CEO de Together Labs, empresa responsable de IMVU y otros mundos virtuales, el metaverso tiene tres elementos clave: presencia social, persistencia (cada vez que entres debe de haber una continuidad y no un reboot) y debe ser compatible, en el sentido de que debe permitir la interacción entre personas .
La era del avatar
Aunque aún no se sabe contundentemente cómo funcionará el metaverso, las marcas han visto en él un nuevo modelo de negocio: el D2A o direct-to-avatar, en el que ya no comprarás, digamos, una t-shirt para ti, sino para tu representación en el metaverso.
Esto también permite toda una nueva forma de interacción entre personas y marcas. Por ejemplo, en vez de ver el Instagram de tu marca favorita de sneakers, podrás participar en activaciones virtuales de la marca, como torneos de e-sports. A esto se le llama gamevertising.
Una probadita del futuro
¿Juegas Animal Crossing, Roblox, Second Life? Ahí tienes un ejemplo aún muy rústico de lo que es vivir en un metaverso. Quizás el mejor ejemplo sea Decentraland, un mundo virtual en el que puedes comprar terrenos virtuales con la criptodivisa MANA. En marzo de este año, esas porciones de tierra se vendieron por cientos de miles de dólares.
En Decentralanad puedes crear exhibiciones, conciertos y otras experiencias para los usuarios, llamados denizens. Hay casinos en los que puedes apostar MANA. Y aunque aún hay áreas grises en cuanto a lo que puedes hacer entre actividades, lo cierto es que en la plataforma ya se compraron terrenos de 1.2 millones de MANA (900,000 dólares), e incluso Sotheby’s compró una parcela para construir una réplica de su galería en Londres.
Lo que hace a Decentraland distinto de otros mundos virtuales, es que aquí los usuarios son los dueños del mundo y pueden construir y hacer lo que quieran, a diferencia de los demás, en los que los desarrolladores tienen papeles dominantes en las decisiones y reglas.
Sin embargo, Decentraland como tal representa un multiverso muy primitvo. Un multiverso como el que la industria de la tecnología anhela nos permitiría, por ejemplo, navegar entre Decentraland, Fortnite, Roblox, IMVU y demás conservando nuestra identidad y bienes digitales a través de cada una de ellas.