"La comedia es una forma muy amable de decir las cosas": Michelle Rodríguez

Acabas de estrenar El juego de las llaves…

¡Estamos muy emocionados! Había mucha gente esperando esta temporada. Yo soy fan desde la primera y saber que ya la esperaban me llena de mucha ilusión. Hay gente a la que quiero mucho en esa producción, y es una serie que nos invita no sólo a explorar nuestro cuerpo y conocer otras formas de interacción física y humana, pero también nos hace cuestionarnos qué tanto estamos arraigando los prejuicios, qué tanto estamos dispuestos a cuestionar la educación que hemos tenido desde siempre. A lo mejor a mí sí me gustaría hacer un cambio de pareja pero no lo digo porque se me educó para pensar que eso no se tiene que decir. Que una serie nos invite a cuestionarnos eso me encanta.

Todos te ubicamos por la comedia, pero desde hace unos años te hemos visto en papeles más serios…

Mi sueño es poder contar muchas historias. Yo de niña me identificaba con lo que veía en la tele. Tener la oportunidad de hacerlas abraza mucho a mi niña chiquita y me llena de una satisfacción distinta porque la gente que se identifica conmigo se siente parte de, y eso me encanta. Que alguien se vea representado en alguna de las historias que estoy contando, me encanta. Por ejemplo, en Te llevo conmigo, una de las cosa que más me gustan es que es una historia que me gusta mucho porque no tiene un villano. Nadie dijo ni qué mal los migrantes, qué mal los gays o qué mal los que cruzan el desierto. Sólo está pasando y ya, y habrá gente que se relacione, y así es como vamos encontrándonos en los demás. Se me hace muy poderoso.

¿Qué buscas en los papeles que tomas?

Para mí lo más importante son sus discursos. Más allá de lo divertido que pueda ser o del elenco, si está tocando algo que va a tocarle el corazón o las fibras a alguien, o incluso a mí me va a cuestionar, ahí es. Hay muchos temas que preferimos no tocar o darles la vuelta, como la migración, la orientación sexual, el amor, la familia, el divorcio, y a lo mejor contarlo desde un lugar amoroso, divertido, hará que alguien se lo lleve de tarea. Eso es lo que más disfruto en los personajes y en los proyectos que acepto.

Eso se nota mucho en tus rutinas de stand-up. Muchas veces aprovechas para tocar temas importantes…

Intento. En la comedia he encontrado una de las mejores formas de compartir mi manera de ver el mundo, sin regañar a nadie, sin pasar encima de nadie, sin ponerme abajo ni creerme más que nadie. La comedia es muy amable.

Pero también es un género muy difícil. Siempre existe esta comparación entre comedia y terror que dice que el terror es fácil porque llama a nuestro ser más primitivo, mientras que la comedia es difícil porque apela a la inteligencia del espectador…

La comedia, independientemente de lo que uno pueda prepararse, estudiar y estructurar, también se tiene en las venas. Hay cierta chispita que uno ya trae y de repente sin querer ya te estás albureando a alguien. Pero es una manera muy amable de decirle a la gente las cosas. Puedes contarles lo que sea. He aprendido, por ejemplo, de Manu Nna, que puedes hablar de datos duros, de estadísticas de violencia de género, y si lo haces desde la comedia la reflexión es mucho más amable y es distinta porque no te estoy atacando ni te estoy regañando ni te estoy estresando. Te lo estoy poniendo ahí, y lo ves y lo cuestionas.

¿Qué papel tiene en tu vida el teatro musical?

Es algo que siempre quise hacer y me llena de ilusión. Vivir en esta irrealidad donde de repente todos empiezan a bailar y a cantar, a mí me enloquece. Es de los mejores estados en los que puedo estar en la vida, como si estuviera enamorada. Hay quien dice: “a mí no me gusta, eso no pasa”... es porque no se juntan con mis amigos. El teatro me ha enseñado a ser disciplinada, a ser amorosa con mi cuerpo porque más allá del cómo te ves, del quehacer físico, siempre hay que estar preocupado por qué vas a comer, por cuidarte de la garganta, porque son muchas horas… me ha hecho una mujer muy consciente y muy disciplinada. Y ahorita el teatro está regresando, así que vayan .

Recientemente hiciste shows de stand-up, tu show Más bonita que ninguna, estuviste en Mentiras, ¿cómo ha sido adaptarte a las modalidades de trabajo de la nueva normalidad?

Es complicado, sobre todo porque los espectáculos en vivo funcionamos a través del feedback. Yo necesito que tú reacciones para yo ver cómo voy, cómo va el ritmo, si te reíste, si puedo sacar un chiste extra… el ritmo del teatro tiene esta pausa en donde el público se ríe, llora, aplaude, se sorprende, y de pronto hacerlo solo se siente feo. Hice muchos shows de stand-up por streaming, y estar solita, en mi casa, grabando y contando mis anécdotas así de: “ahí les va un chiste, ojalá se rían”, es muy difícil. Lo primero que vi es que un show en el que tengo calculada una hora perfecta en el teatro, de repente me faltaban cinco, quince minutos, porque el ritmo es distinto. Creo que lo hemos estado aprendiendo bastante bien, tan bien que incluso podría decir que es una alternativa nueva que llegó para quedarse. Pero nada se compara con un espectáculo en vivo, no hay manera. Nunca es lo mismo ver un video de Ricky Martin que verlo mover sus caderas aquí en frente de ti. Estar en el teatro y escuchar las voces del coro, la orquesta, no se compara con verlo en televisión, pero por ejemplo, ahora que estrené Más bonita que ninguna, tuve la oportunidad de que me vieran en varias partes del mundo, y eso nos hubiera costado mucho más tiempo y dinero. Espero un día poder recorrer la república y otras partes del mundo con ese show, pero mientras ya me vieron en Argentina, Chile, Ciudad Juárez, Perú, y eso es algo que no podemos desaprovechar.

Es una oportunidad de exposición única…

También para el público. Yo, como amante del teatro musical, cuando era chiquita, no siempre tienes las posibilidades económicas o de distancia y tiempo para ver. Estoy inventando, pero tal vez yo nunca he podido ver Wicked en Broadway, pero si la ponen en streaming la puedo ver, y muero por verla en vivo, pero mientras ya la vi. No se compara pero es mejor que nada. He conocido a mucha gente que no le gustaba el teatro y que ahora, gracias a las funciones online, cuando regresen quieren ir. Ahí estamos sembrando una semillita de espectadores nuevos.