El accidente de "Nevermind": Un movimiento que no quería ser popular

La banda de Kurt Cobain comenzó su carrera sin hacerse ilusiones acerca de sus posibilidades para obtener un éxito masivo y terminó la misma al ver cuán abrasiva podía ser una banda vendedora de platino y aunque siempre hay opiniones divididas, el resto de sus álbumes no fueron rivales para el techo planteado por "Nevermind"; "Bleach", la producción primera larga duración de la banda, no fue la piedra angular y más bien fue un intento bastante violento e "In Utero", el último disco de la banda con Cobain vivo, es un álbum que dista de ser suave y apto para todos, como sí lo es "Nevermind" -puede o no gustarte, pero es lo que es- un disco que entró a los oídos del mainstream como sí uno de U2 se tratase. Y es que, aunque el cambio de baterista no suene tan relevante como uno pensaría, el tener la configuración definitiva de la banda fue un parteaguas supremo, al que solo le faltaba añadir al productor Butch Vig para terminar de formar un equipo histórico.

De su experiencia como técnico buscaban alcanzar un sonido como el que había trabajado para Killdozer, más precisamente al álbum "Twelve Point Buck" -del cuál Cobain también era seguidor-, y aunque la recomendación del fichaje vino directo de Sub Pop records, recayó como un ‘mal necesario’ para todos, al menos, esos eran los sentimientos de la época.

Es por ello que me gustaría dejar claro que Nirvana no fue una banda que no intentó la perfección y que su popularidad fue un chispazo de suerte, el completar un álbum así de conciso fue cuestión de arduo trabajo y talento, es un álbum donde se notan las horas de ensayos y el costoso tiempo invertido en retoques en el estudio, que culminaron en los clásicos: Come As You Are y Smells Like Teen Spirit.

“Come as you are, as you were, As I want you to be, As a friend, As a friend, As an old enemy, Take your time, hurry up, Choice is yours, don't be late, Take a rest as a friend, As an old memoria, memoria, memoria…” resuena en la cabeza de muchos, con un bajeo casi instantáneo, porque seas o no amante del grunge, la desfachatez que suena en la introducción de está canción es un delirante empoderamiento.

Como lo ha demostrado el paso de la existencia y la evolución de la música actual, esto no tiene nada de malo, finalmente la industria musical sigue siendo un negocio, un arte que gusta del intercambio y que aunque suene cruel, necesita beber del capitalismo para ser un éxito mundial y es por demás aclarar que cualquier postura es respetable. Sin embargo, los juicios de aquellos años, orillaron a que músicos como Cobain se sintieran acorralados en un mundo que realmente no respeta ideologías o revoluciones ajenas al sistema, aún así, la lírica y los ensambles dejan muy claro el mérito de este álbum, ya que consigue atraparte sin grandes pretensiones.

Con ingredientes que analizados de forma separada, pueden hasta sonar simples, pero que puestos a trabajar juntos provocan una mezcla explosiva y contestataria que todos creemos poseer.

Sí bien mucho de los 90 en general no era algo de qué ufanarse, la etapa grunge de la música estadounidense mostró que tenía las armas suficientes para competir con el imperio que venía gestando el britpop al otro lado del Atlántico y las razones por las que Pearl Jam, los Stone Temple Pilots y Nirvana tuvieron una explosión a nivel mundial, explosión que sin el polémico "Nevermind", pudo bien nunca suceder.

Es por ello y algunas cuántas razones emotivas que se quedaron fuera, darle una revisitada al más al exitoso trabajo de Nirvana, nunca está de más.