Charlie Watts fue un rockero con un estilo único. El estilo del baterista estuvo marcadamente distante de la vida de excesos de sus compañeros y del prototipo del "rockstar". Su fallecimiento cala hondo en el mundo de la música internacional.
El temple de Charlie Watts creando en el mundo de los Rolling Stones
Alejado de la vida loca
Watts, que siempre se mantuvo alejado de la loca vida que vivían sus compañeros, siguió siendo durante más de medio siglo el imperturbable metrónomo de la banda mientras alimentaba su pasión por el jazz.
Con su rostro impasible y su talento unánimemente reconocido para el ritmo binario, ofrecía el contrapunto perfecto en el escenario a los frenéticos contoneos de Mick Jagger y las payasadas eléctricas de los guitarristas Keith Richards y Ronnie Wood.
Y mientras sus amigos pasaban por "divorcios, adicciones, arrestos y peleas locas", según un inventario recopilado por el diario británico Mirror, el tranquilo Charlie Watts vivía una vida serena con Shirley Shepherd, su esposa desde hacía 50 años, y su hija Seraphina, en su granja de cría de purasangres árabes en Devon, Inglaterra.
"Durante cincuenta años de caos, el batería Charlie Watts representó la calma en medio de la tormenta de los Rolling Stones, tanto dentro como fuera del escenario", escribió el Mirror en 2012.
Sin embargo, el músico no era totalmente impermeable a las adicciones de la banda: en la década de 1980, se sometió a rehabilitación por heroína y alcohol.
Pero "fue un tiempo muy corto para mí", explicó él mismo. "Simplemente lo dejé, no era algo para mí", confiesa el taciturno músico.
Pasión por el jazz
Nacido el 2 de junio de 1941 en Londres, Charlie Watts llegó a la música a través del jazz animado a los 13 años por su vecino Dave Green con quien después formaría el cuarteto "The A, B, C & D of Boogie-Woogie".
Totalmente autodidacta, aprendió a tocar de oído, observando a los músicos de los clubes de jazz de Londres.
"Nunca fui a una escuela para aprender a tocar jazz. Eso no es lo que me gusta. Lo que me gusta del jazz es la emoción", explicaba el músico que durante su carrera con los Rolling Stones, siguió tocando jazz en paralelo y grabó varios discos con el Charlie Watts Quintet y con el grupo Charlie and the Tentet Watts.
Pero primero estudió arte y trabajó como diseñador gráfico en una gran agencia de publicidad.
Cuando se unió a los Rolling Stones en 1963, no eran más que una banda pequeña e incipiente.
"Fue una bendición", decía Keith Richards. "El primer batería con quien empecé hace 40 años es uno de los mejores del mundo. Con un buen batería, eres libre de hacer lo que quieras", agregaba.
Watts fue designado como el duodécimo mejor baterista de todos los tiempos por la revista Rolling Stones.
"No me va para nada"
Mientras sus compañeros de banda entretenían a sus seguidores a una escala épica, Watts, en cambio, se permitía el hábito compulsivo de bocetar cada nueva habitación de hotel que ocupaba, contó alguna vez en una entrevista radial.
También se refirió a un breve período en la década de 1980 cuando lidiaba con una crisis de mediana edad y consumió drogas y alcohol. "Fue muy breve para mí. Simplemente paré, no me iba para nada", dijo al diario Daily Mirror en 2012.
Tomé mucho y consumí drogas. Realmente me volví loco. Pero paré todo. Fue muy fácil para mí
En 2004, fue diagnosticado con cáncer de garganta, a pesar de haber dejado de fumar a fines de la década de 1980, y se sometió a radioterapia. El cáncer entró en remisión y volvió a grabar y realizar giras con los Stones.
A pesar de reportes de diarios de una pelea alcoholizado con Jagger en los '80 sobre si el cantante o el baterista eran más importantes para un grupo, Watts estuvo de un humor magnánimo cuando habló con el periódico Guardian en 2012.
"Mick es el show, realmente, lo apoyamos", dijo, aunque agregó "pero Mick no bailaría bien si el sonido fuera malo".
Se supone que sea sexo, drogas y rock and roll
Watts era conocido como un comprador entusiasta que le gustaba vestir elegante. El Daily Telegraph lo nombró el Hombre Mejor Vestido del Mundo y en 2006 Vanity Fair lo incluyó en el Salón de la Fama de los Mejor Vestidos.
"Se supone que sea sexo, drogas y rock and roll", dijo una vez. "Realmente no soy así", agregó.
(Con información de agencias: AFP / Reuters)