El duelo que parecía ser el más difícil para México en los Juegos Olímpicos se convirtió en seis festejos de gol y el júbilo de saberse a un paso de asegurar medalla. Los primeros rayos del sol aparecían en territorio mexicano cuando el representativo en Tokio ya se había puesto al frente de Corea del Sur en los cuartos de final, y mientras el cielo más se aclaraba también lo hacía el panorama en la cancha del Estadio Olímpico de Yokohama, desde donde se volvió a llenar la esperanza, dese donde la fe en ver el oro colgar de los cuellos mexicanos se regeneró. Londres 2012 nos enseñó a creer en serio, a no conformarnos con estar cerca, situación que en Tokio 2020 podría repetirse.
México, a una victoria de asegurar medalla
La alegría que brilló en los rostros de los mexicanos en Japón, al pitazo final, tiene muchas lecturas, primero por la victoria contundente anotando 6 goles y con un desarrollo de juego eficaz, tanto al frente como en la defensa. Después, por los pronósticos negativos que se auguraban ante Corea del Sur, quizá la selección más desequilibrante del torneo olímpico, solo después de Japón, y a quienes en los más recientes antecedentes olímpicos no se les había podido siquiera anotar. También por las individualidades, y es que vimos a Antuna, Vega, Laínez, Romo, Martín y más salir victoriosos de muchos duelos 1 vs. 1 y combinándose de maravilla para resolver tanto espacios cortos como a campo abierto. De esos días en los que todo sale bien y el valor de la victoria conseguida genera nuevas sensaciones en el grupo, reafirma las posibilidades de una u otra manera. Es mejor aprender de las victorias, y ésta le ayudará al Tri a sentirse contendiente de verdad.
Corea del Sur buscó apretar rápido e imponer sus condiciones, pero cuando tuvo que retroceder para recuperar el balón fue impreciso y hasta lento. El notable entendimiento entre los ejes de ataque mexicanos, para este juego Uriel Antuna, Alexis Vega, Henry Martín y Luis Romo en su constantes recorridos al frente, terminaron por perforar las líneas coreanas y generar todo el peligro que se propusieran. Así se explica el marcador al medio tiempo, México 3-1 Corea.
Después, en la desesperación de volver al partido, Corea intentó ser todavía más agresivo, pero los espacios que naturalmente deja un equipo cuando se larga a buscar los goles necesarios, terminaron por abrirle la puerta a la velocidad mexicana. Con dos o tres pases se condicionaban los contragolpes y así cayeron gol tras gol. Destacado el de Sebastián Córdova (5-2), el segundo en su cuenta personal, un zapatazo con la zurda -el joven mediocampista del América es ambidiestro, una condición que lo vuelve impredecible- que dejó boquiabierto al país.
6-3 culminó el encuentro de cuartos de final, el preámbulo de lo que podría ser otra historia de gloria olímpica para México.
El qué y el cómo
El Tri de Jaime Lozano suma 14 goles en cuatro partidos, un número que representa la capacidad ofensiva que tiene este conjunto. Para la instancia de semifinales en la justa londinense, hace 9 años, México sumaba 7 goles nada más, solo la mitad de los que ya han anotado en el actual torneo olímpico.
Las conexiones altamente fluidas, las transiciones en orden y la facilidad que tiene el equipo mexicano de encontrar las llaves ofensivas para crear peligro en las áreas rivales son destacadas. Ir nombre por nombre es todavía más alentador, pero en el conjunto, en el desarrollo de juego, México luce más sólido que ningún equipo en Tokio 2020. Cuando la presión aparece, también se refuerzan los conceptos en la cancha.
Solo restan cuatro equipos en el torneo olímpico de Tokio 2020. El anfitrión Japón buscará ante España el primer pase a la final, mientras que el Tri de Jaime Lozano se peleará el boleto contra Brasil, ese país que ya nos vio cantar el himno nacional en Londres 2012.
Despertarse a las 5:55 am en sábado podría sonar descabellado, pero hacerlo en martes, o incluso optar por no dormir pareciera más enfermizo. Como sea, México podría colocarse en la final olímpica de futbol varonil dos ciclos después de ganar el oro, y eso no suele suceder con cotidianidad. A un partido de asegurar medallas, a dos victorias de refrendar la visita al Olimpo con el balón entre los pies. Sí, México enfrentará a Brasil en la semifinal olímpica este martes, a las 3 de la mañana.