Fue al minuto 16 que, después de un regalo en la salida por parte de Francia, Laínez sirvió para Alexis Vega dentro del área. El delantero rojiblanco recortó y logró tirar, pero la pierna derecha del central galo evitó el primer gol. A partir de ahí, Francia –vestida de blanco- comenzó a ceder la posesión por algunos minutos, pero una especie de nudo en el medio campo, aunado a la poca paciencia del árbitro que comenzó a exceder el uso del silbato, hicieron que las oportunidades en el primer lapso fueran escasas.
Ochoa sacó un disparo que pretendía colarse en el lado derecho del marco mexicano, Diego Laínez tiró un par de piques desequilibrantes por la banda derecha, Jorge Sánchez mandó un par de centros buenos desde ese mismo costado pero ni Henry Martín ni Sebastián Córdova cerraron a tiempo. En una de las últimas jugadas del primer tiempo, un balón cruzó el área francesa y Diego Laínez había llegado a la cita para rematar, pero fue interceptado por la defensa francesa. A pesar de los gritos que pedían penal, el juego continuó y el 0-0 imperó hasta el medio tiempo. En el desarrollo del futbol que cada país pretendía, Francia se veía más sólida, pero México parecía estar más cerca de abrir el marcador.
Con ese mismo ímpetu, bastó un minuto del segundo lapso para que una vez más fuera Diego Laínez quien desequilibró y centró, para esta vez sí encontrar la cabeza de Alexis Vega, quien firmó el primer gol de México en esa justa olímpica. Con los gritos y las celebraciones, claramente audibles por la falta de público en las gradas del Estadio Olímpico de Tokio, resultó imposible no recordar aquel verano en Londres 2012, cuando el Tri de Luis Fernando Tena consiguió el histórico resultado dorado.
Casi inmediatamente, Sebastián Córdova firmó el 2-0 engañando de zurda al portero francés después de recibir un pase filtrado, y todo parecía hacerse gris para Francia, que rápidamente se metió al juego con un penal en su favor. César Montes se barrió de manera imprudente en el área y fue André-Pierre Gignac quien hizo válida la pena máxima para poner todo 2-1 faltando más de media hora por jugarse en Tokio. Ochoa estuvo cerca de atajar, pero no pudo hacer nada y Gignac, cómo lo prometió, no festejó su gol contra el país que es su casa desde hace ya seis años.
Jaime Lozano, seleccionador olímpico mexicano de este ciclo, reaccionó rápidamente y metió a Uriel Antuna y a Jesús Esquivel, situación que le dio más libertad a Luis Romo en el medio campo y que abrió los espacios por las bandas. Justamente por la lateral derecha fue que Antuna, como si se tratara de un zurdo natural, recortó hacia el interior e impactó con su pierna mala, para que el balón dramáticamente golpeara el poste y se metiera en el arco francés. Esa primera ventana de cambios resolvió muchas dudas para México, que para este momento ya dominaba todos los aspectos del partido.
El siguiente cambio tricolor fue la salida de Henry Martín, de poca participación, por Eduardo Aguirre, quien en el primer esférico que tocó puso el 4-1 definitivo. El atacante de Santos Laguna intentó un remate fuerte y arriba dentro del área, que fue suficiente para que el portero Paul Bernardoni viera por cuarta ocasión su marco vulnerado. Pocos instantes después terminó el encuentro.
Al final, el semblante calmado de los seleccionados mexicanos confirma la concentración y la confianza que tienen en los meses de trabajo acumulado, ese tiempo en el que lograron darle un estilo de juego propio a este conjunto nacional. Comandados por el estratega Jaime Lozano, quien supo interpretar los espacios y terminó por ser fundamental desde sus decisiones. Con la seguridad que otorga Ochoa en la meta, la central de César Montes y Johan Vázquez que se nota cada día más madura, el medio campo de Luis Romo y Carlos Rodríguez que ilusiona por el orden y el ataque siempre cargado a las bandas, con gente como Vega, Laínez y Antuna de recambio, todos estos son factores para imaginar que en Tokio, México podría volver a ser el tema de conversación cuando de futbol se hable, como ocurrió hace 9 años en Londres.
El siguiente rival del Tri olímpico será Japón. Los anfitriones, siempre difíciles de controlar en categorías menores, reciben a México el próximo domingo 25 de julio, en punto de las 6:00 horas (tiempo del centro) 5:00 (noroeste) y 4:00 (Pacífico). La más reciente ocasión que vio a México y Japón enfrentarse en una justa olímpica, fue en aquel grato verano del 2012. El resultado en ese duelo correspondiente a las semifinales, fue 3-1 en favor de México.
Sí, una vez más, la selección mexicana de futbol varonil emocionó a un país entero, esta vez por la madrugada, a más de 11 mil kilómetros de distancia y con cuatro contundentes anotaciones que llegaron más por la elaboración propia que por distracciones o errores del rival. Como dicen los cánones del balompié, México goleó y gustó. Una generación aspirante a medalla, una generación que podría volver hacer sentir a México como el mejor del mundo.
El siguiente partido de México será contra Japón el 25 de julio.
