En la escena musical latinoamericanas, pocas propuestas son tan interesantes como la de la argentina Nathy Peluso, quien toma la salsa como punto de partida para hacer y deshacer una serie de géneros latinos a su antojo, creando una mezcla única de sonidos que daría envidia hasta al más experimentado de los productores. Para constatarlo, basta con escuchar su disco Calambre, un disco que resalta por ser indescifrable, en el mejor sentido de la palabra.
Recientemente, Nathy Peluso sacó el sencillo "Mafiosa", y nos platicó todo al respecto.
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Acabas de estrenar “Mafiosa”, una canción súper empoderada. ¿Cómo salió la idea?
La escribí una tarde en una habitación de hotel. Estaba enferma y tenía mucha hambre de escribir. Me puse un riddim de salsa que solo tenía conga y güiro e hice la estructura de la canción; empecé a cantar y a improvisar sola y en la cama. Me sentía muy solita, llevaba muchos días en cuarentena y empecé a hablar de algo que me pasó a mí constantemente y le pasaba a muchas de mis amigas: que los hombres se nos intimidan cuando somos seguras. Es un diálogo que tengo mucho con las chicas. Y pensé que quizás quiera charlar de esto. Cuando la terminé, la verdad que sentí que era la mejor letra que había escrito, estaba muy contenta.
¿Cómo fue llevar eso al estudio?
Fue interesante la construcción porque la melodía está absolutamente pautada ya y la letra también. Lo interesante fue trabajar todo el camino armónico y toda la banda. Volví a grabarla en Puerto Rico, porque la verdad es que me representa muchísimo el sonido de allá. Fue interesante porque casi siempre se hace difícil porque estoy de tour, y a la distancia cuesta todo mucho más. Se aprende mucho en esos procesos porque hay muchos músicos, hay que arreglar cada instrumento y yo me involucro muchísimo en todos los arreglos. Eso me dio mucho trabajo porque quise encontrar el camino tradicional, conservando ciertos elementos, pero intentando estructuras diferentes que hay que explicarle a los músicos, porque capaz que ahora les parecen de salsa tradicional, etcétera. Fue todo un camino.
Esta canción sale con un video musical que visualmente es impresionante. Cuéntame un poco de eso…
Es un video que, sinceramente, cada escena la imaginé yo. Imaginé los lugares, las paletas de colores, cada rostro que aparece como extra, cada vestuario, cada movimiento de mi cuerpo. Todo está súper calculado por mí. Disfruto mucho creando esos escenarios y creando los universos de mis canciones. Es la pieza visual más compleja que he hecho, porque tiene mucha delicadeza, mucha artesanía, y se rodó en un día. Es una barrabasada rodar todo eso un día, ¿eh? Quería que fuera vanguardista, porque la verdad es que los videoclips de salsa de las mujeres que yo conozco son maravillosos. Los de Gloria Estefan a mí me han marcado, pero siempre son muy correctos y son muy estéticos y muy fotográficos, y todo muy correcto. Claro. Yo tenía ganas de hacer quilombo porque es necesario que se empiece a ver la salsa como algo estético, como algo moderno, como se le ve al pop, al trap. O sea, ya está bien que la salsa sea algo de viejos, ¿no? La salsa es exquisita. Quise acercar por medio de este visual a mi público está este hermoso género que a mí me gusta, tanto mediante un imaginario que represente la actualidad y que represente lo que habla la canción, que es algo que nos pertenece hoy en día.
Al escuchar tu música se te nota una libertad absoluta, mezclas todo lo que se te ocurre. Pero al mismo tiempo, trabajas en una de las disqueras más grandes y eso suele representar ciertas exigencias. ¿Cómo lidias con eso?
Todo lo que cierro en mi carrera es bajo el entendido de que yo lidero mi arte y mi equipo lo respetan muchísimo y me impulsa hacia ese lugar. Obviamente a mucha gente no le pareció del todo correcto ir con una salsa en este momento de mi carrera. Y yo decidí seguir apostando por ahí porque me parece que, al final, esto lo vengo construyendo yo desde hace mucho tiempo y confío en mi intuición y en mi deseo de hacer la música que me gusta y que siento que tengo que hacer en el momento. Estoy muy contenta de poder defender lo que quiero.
Existen muchos músicos que piden que no se les encasille en ningún género porque sólo hacen la música que quieren en el momento, pero si escuchas su disco, todo es igual salvo por un par de canciones. Tú, en cambio, si yo fuera la persona que categoriza las canciones en Spotify, tendría un problema porque no sabría etiquetarte con algo más burdo que “urbano latino”.
Cuando salió mi disco Calambre me pusieron un adjetivo rarísimo. Se encontraron con un problema.
Claro. Y con materiales tan diversos, ¿cómo encuentras un hilo conductor?
Mi hilo conductor es la identidad, la identidad sonora y la identidad del alma de quien canta y quien escribe. Yo escribo todas las letras y las melodías. Independientemente de que sean diferentes estilos, conviven en un ecosistema que soy yo, y salen desde el mismo puño y letra y salen de la misma voz. Eso las hace convivir de una manera como gustosa. Les da dinamismo, variedad, pero no las hace ajenas. Son hermanas al final, porque salen de mí. El punto de unión entre todo lo que hago es que al final es mi propia evolución y soy yo la que lo defiende. Entonces, al ser mi voz y ser mi speech y mi performance, convive. Nunca me plantee el susto de pensar que mis canciones podrían no funcionar en conjunto. Cuando hice Calambre aparecieron melodías, ritmos ya cada uno lo abracé; no me resistía a no hacer algo porque no combinara o porque no convivirá con el resto de estilos.
Hablando de Gloria Estefan, en algunas publicaciones te han nombrado como una Gloria Estefan o una Celia Cruz moderna…
¿En serio están diciendo eso? Bueno, a ver: no tienen ni un poquito de razón, empezando por ahí. Esas mujeres son irrepetibles. Pero es un honor para mí que les recuerde a un ápice de su alma porque las admiro muchísimo. Me parecen mujeres históricas que colaboraron mucho al imaginario femenino de la salsa, que es muy escaso, y la llevaron por todo el mundo.