Ni reinas ni reyes, humanes

PABLO CISNEROS / PAM SASHAA

¿Cómo fue tu acercamiento con el mundo del drag?
Empezó a mis 15 o 16 años por un reality show de Estados Unidos que hoy es muy famoso. Al verlo, decidí que yo quería hacer eso, a pesar de que no sabía cómo. Por eso inicié un canal de YouTube para documentarme y poder ver mi crecimiento y mi mejora día con día. También pensé que muchas personas, al igual que yo, estaban interesadas en el tema y que era una herramienta para compartir el aprendizaje con ellas.

¿Cómo ha cambiado con el paso del tiempo la percepción de la gente sobre el drag?
Creo que la gente lo toma hoy mejor que antes. Hace seis años no se veía a dragas en la televisión mexicana ni en revistas, solamente en bares. Creo que la apertura ha sido muy buena en estos años, gracias a una mayor diversidad y al interés en este arte. Yo lo veo como un desfogue de energía que ayuda al alma.

¿Crees que hacer drag es una forma de activismo?
Por supuesto. El hacer drag siempre da un mensaje de aceptación y respeto. Si vemos a una persona maquillada como sea, solamente la debemos admirarla y respetarla. Creo que en ese sentido se ha avanzado muchísimo a pesar de los obstáculos que todavía existen.

¿Qué mensaje quieres transmitir a la gente que sigue y admira a Pam Sashaa?
Fue muy gracioso. Empecé con Pam dotándola de una personalidad muy sutil. La regla general del drag es que más es más. Al hacerla tan soft y digerible, creo que ella fue como un anzuelo. Eso me permite llamar la atención del público y de ahí voy enseñándole a mis compañeras, el trabajo de más personas para que se adentren al mundo drag.

¿Qué significa para ti que una revista como Life and Style se abra a contar una historia como la de Pam y la de tus demás compañeras?
Es un gran paso. Me encanta que las revistas y los medios de comunicación nos tomen en cuenta. Eso nos permite llegar a más gente para educarla y acostumbrarla.

¿Cuál es la mejor experiencia que has vivido siendo drag?
El conocer a mis compañeras y a las personas que me siguen en las redes sociales. También me gusta el hecho de abrir caminos tanto en los medios como en otros espacios.

¿Has tenido alguna experiencia no tan grata?
Uno como gay siempre se enfrenta a la discriminación. El hecho de que una persona se maquille y se transforme es más difícil de digerir para ciertos grupos. Pero nosotros estamos aquí para quedarnos y para mostrarle a la gente que esto es una profesión.

¿Qué rasgos de personalidad comparten Pablo y Pam?
Son muy diferentes, demasiado. A mí no me da pena nada, Pablo es más tranquilo y sencillo. Siempre digo que el drag es una ilusión óptica. Al final, eres la misma persona, pero en cuanto te pones maquillaje y una peluca, tu personalidad cambia por completo.

¿Qué significa para ti el Mes del Orgullo?
Siempre hemos dicho que para la comunidad LGBTQ+ este mes es como nuestra Navidad. Es un tiempo lleno de fiestas, pero no debemos pensar que es solo una fiesta, también hay que luchar por nuestros derechos. También me gusta volver la mirada al pasado, ver qué han hecho otras personas por nosotros y seguir con esa lucha.

Si tuvieras el poder de hacer que todo mundo entendiera una sola cosa en relación a la diversidad, ¿que sería?
El respeto. Esa palabra puede cambiarlo todo. Nada le afecta a otra persona el hecho de que yo me maquille y de que salga así a la calle. Es mi vida, mi persona y mi personaje. El respeto es muy importante hacia todas las personas.

ANTONIO / PIXIE PIXIE

¿Cómo surge tu interés en el mundo del drag?
Comencé a hacer drag porque quería desafanarme del mundo Godín en el que estaba. Mi trabajo no me gustaba y no podía dedicarme a nada de lo que quería hacer. Los fines de semana me drageaba y salía. A la gente comenzó a gustarle y entonces dije, ‘De aquí soy’.

¿Cómo se ha desarrollado tu personaje a lo largo de los seis años que llevas interpretándolo?

Al principio, mi onda era muy conceptual. Me gusta la alta costura, la Bauhaus y la moda muy geométrica. Después comencé a feminizar mi concepto y a ponerme caderas, pelucas, joyas. Me gusta mucho también jugar con la idea de las femmes fatales. Mi concepto se ha ido ajustando con los tiempos. La gente consume cosas diferentes y tu concepto se tiene que adaptar a lo que la gente pide.

¿Qué tanto programas como RuPaul’s Drag Race y La más draga han generado interés en el mundo del drag? ¿Qué tan bueno o malo ha sido esto?

Creo que ha sido algo positivo. A muchas personas les ha presentado el mundo del drag, lo han hecho más visible. También han creado una cultura de la propina y de valorar todo lo que implica. Creo que el proyecto de RuPaul ha marcado un antes y un después; ha hecho que el drag se valore más a nivel artístico. La más draga hizo que el drag llegara a lugares donde no se conocía tanto, principalmente al interior de la república. Para algunas personas, este tipo de programas exhiben una idea muy estereotipada de las drag queens, de lo que debemos de ser, pero creo que se está luchando por mostrar la diversidad de este universo. No se trata de mostrar únicamente a drags bonitas, enjoyadas y muy perras, sino que se está abriendo a muchas otras expresiones.

¿Cuál es el mensaje que te gusta transmitir a través de tu trabajo como drag?

Me gusta que la gente que hace drag se de cuenta de que es un vehículo para la libertad. No tiene que casarse con un concepto clásico del drag –la chica rubia de pelo ondulado–, sino que puede jugar, divertirse y no quedarse con lo que todos los demás esperan. Incluso si no quieres hacerte un cuerpo de mujer, te puedes divertir. Eso es lo que yo siempre he querido transmitir. Ahora vivimos en un mundo super diverso. Al principio yo era una drag extraña y ahora soy una más de un montón de extrañas que han surgido. Yo estoy tratando de luchar por eso, por que la gente se siga divirtiendo haciendo drag y que no se encasille en una sola idea.

¿Es el drag una forma de activismo?

No necesariamente. Cada quien dota al drag el significado que quiera. Hay drags que hacen activismo, pues el drag denota mucho temas de resistencia y visibilidad de la comunidad LGBTQ+. Algunas lo toman como un pasatiempo, como una terapia. Cada quien le da el significado que quiera.

¿Qué tienen en común Antonio y Pixie?

Yo trato de separar ambos. Detrás de Pixie está Antonio. Él es muy extrovertido, pero es menos queer y femenino. Antonio es más conservador y Pixie me permite plasmar mi arte; mientras más exagerada sea, mejor. Ella me brinda un espacio creativo en el que puedo hacer todo.

¿Qué significa para ti el Mes del Orgullo?

Es sumamente importante, por lo menos desde mi lado personal. Hace apenas algunos años nos atacaban mucho. Nos decían que éramos raros y nos cuestionaban lo que hacíamos. A veces, todavía pasa que los Ubers no quieren subirnos. Este mes es importante para nosotros porque nos permite mostrarnos a la sociedad, decirle que aquí estamos, que no nos vamos y que estamos luchando por crear espacios en los que quepamos todes y en los que podamos seguir trabajando.

¿Cuál es la mejor experiencia que has tenido como drag?

El amor del público. A la gente le ha gustado mucho lo que he hecho a lo largo de estos años y en este tiempo he conocido a personas muy buenas que han estado conmigo. Eso es lo que me ha hecho continuar, ellos son quienes me han motivado a seguir haciendo lo que hago.

¿Cuál es la experiencia más difícil que te ha tocado enfrentar?

Es muy difícil crear espacios y mantenerte en esto. A veces, el público exige demasiado y, en ocasiones, satisfacer esas exigencias con los recursos que tienes a mano es muy difícil. También hay que luchar con los medios y las plataformas que pueden ponerte en una situación límite.

¿Qué significa que una revista como Life and Style trabaje para mostrar distintas maneras de ser hombre en 2021?

Me parece muy importante que se abran a mostrar otras maneras de ser personas. Somos seres que existimos y estamos, y es importante que el público se abra a conocer otro tipo de cosas. Que sepan que somos personas como todas y que trabajamos y luchamos por mantenernos y salir adelante día a día, por comer, por vivir y por divertir a un público. Se agradece mucho que nos estén brindando espacios que no son los tradicionales en los que solemos estar. Aplaudo esto, pues sin este tipo de espacios nuestro arte se queda en nuestro núcleo y no llega a más personas. Además, la gente puede descubrir que es algo divertido y que tenemos que quitar estigmas. No somos monstruos ni extraños, somos personas como cualquier otra que se dedica a esto de tiempo completo.

Si tuvieras el poder de hacer que todo mundo entendiera una sola cosa en relación a la diversidad, ¿que sería?

Me encantaría que la gente entendiera que todos somos iguales, que todos comemos, que todos tenemos oídos, orejas, manos y corazón. Lo único que nos diferencia es lo que sentimos hacia los demás. Tenemos que respetarnos y amarnos, a pesar de las diferencias. Estamos en un mundo en el que tenemos que convivir y debemos de luchar por estar todos juntos.

BERNARDO CASTREJÓN CHAVARRÍA / DOLORES

¿Qué tanta comunidad existe entre las drags?
Depende. Hay tantas comunidades como comunidad. De pronto, puedes toparte con una familia de dragas viviendo juntas y también puedes encontrar a unas amigas dragas trabajando en un antro y esa es otra comunidad. Varía qué tanta comunidad hay en una casa y en el antro; creo que es algo muy subjetivo.

¿Cómo comienza tu relación con el drag?
Supongo que mi relación con el drag comenzó antes que mi relación con el travestismo. Yo tenía una tía locochona que usaba pelucas por los años 80 y a mí siempre me interesó el tema del disfraz como herramienta de supervivencia. De chiquite, era afeminado y en el disfraz encontraba un lugar para esconderme y verme como yo quería. Yo tenía una maleta de disfraces y en ella estaba la peluca de mi tía Vicky. Me la ponía, usaba maquillaje y yo no sabía que eso era travestirse. Al crecer, me di cuenta de lo que implicaba vestirme de mujer en una sociedad tan machista y misógina como la mexicana. Comencé siendo travesti de cuarto, maquillándome a escondidas en casa y después conocí RuPaul Drag’s Race y me di cuenta de que había más gente haciendo eso que yo también hacía. En la Ciudad de México entré a La carrera drag y ahí fue cuando me nombré como drag queen públicamente.

¿Qué tienen en común Bernardo y Dolores?
Tenemos todo en común. Cada vez se desdibujan más los límites entre une y otre. Eso me gusta porque luego ocurre que las drag queens se fragmentan. A mí me parece que más bien se trata de un tema de integración para ser un mejor ser humano. Si te empoderas solo de noche cuando estás arriba de unos tacones y con la peluca puesta, esta chido, pero también el día a día importa. Cada día intento integrarme más como Dolores y Bernardo. Esto cambia la manera en que la gente te percibe porque como te ven te tratan. Esta es una armadura blanca que yo utilizo para representar muchas otras cosas, para venir aquí a platicar, pero también existe una persona debajo de todo esto que está en una lucha diaria. Espero que día con día, existan menos diferencias entre una y otra.

¿Cómo ha cambiado la visión de la gente respecto al drag a lo largo de los últimos años?
Creo que ha cambiado en términos del respeto a las personas que hacemos esto. Como sociedad hemos ido avanzando y derribando muchos muros como el machismo y la misoginia; creo que el hecho de ver travestis en la televisión y que sea algo normal es increíble. Ahora podemos estar aquí hablando de esto, pero hace unos años, yo hubiera estado golpeada en la calle porque la sociedad no acepta a un hombre vestido de mujer, porque se sale de los estándares de lo que debería ser un hombre. A la mujer se le sobaja y asumir la feminidad es malo para muchos. Con RuPaul’s Drag Race y muchas otras cosas que han ocurrido a la par ha habido una gran evolución. Vimos El baile de los 41, un grupo de hombres a los que nadie les hubiera hecho una entrevista; más bien, los mandaron a un campo de concentración y los desaparecieron. Ahora tenemos estos espacios y es un camino que estamos recorriendo.

¿Qué significa que una revista como Life and Style trabaje para mostrar distintas maneras de ser hombre en 2021?
Me encanta este ejercicio. Es un poco como entrar y dinamitar. Tenemos que colarnos en todos los espacios y me encanta que una revista para hombre –yo mismo no me considero un hombre– vaya abriendo estos caminos. Va a ser interesante saber cómo lo toma el público de la revista, pero me parece que es un gran avance. Todo el tiempo se van ganando luchas; también hay otras que se pierden. Para mí, lo importante es entrar al sistema y dinamitar desde ahí. Lo hizo RuPaul, él entró y dinamitó y ahora hay una revolución.

¿Cuál es la mejor experiencia que has vivido como drag?
Puede sonar a un cliché, pero lo mejor es empoderarme y saberme importante y reconocide. Haber obtenido todo el reconocimiento que desde pequeño me dijeron que no tendría por ser afeminado o por usar cierto tipo de ropa. El drag me dio una oportunidad maravillosa de agenciarme de mi historia y de encontrar gente increíble que está en el mismo canal. He llegado a muchos lugares que jamás imaginé; he estado en el Vive Latino, en el Ceremonia, mil cosas. Es maravilloso poder rehacer la historia personal, empoderarse desde ahí y tomar agencia de cada paso.

¿Cuál ha sido la experiencia más difícil que has vivido como drag?
Varias, desde la violencia sistemática y económica. El glamour está difuminado, pues muchas de nosotros no tenemos una buena calidad de vida; no tenemos seguro social y estabilidad económica. También en el amor es muy culero ser drag queen; no todos los hombres están dispuestos a aceptar la feminidad de una persona.

¿Qué representa la palabra Orgullo para ti?
Significa muchos años de lucha. Ahora está padrísimo que el Pride pueda ser una celebración, pero no siempre fue así. Comenzó siendo una revuelta contra la policía y el sistema que nos oprimía tanto. Una noche valió madres todo y se enfrentaron a la policía con violencia en Stonewall. Ese es el orígen del Orgullo y me parece increíble que a nosotres nos haya tocado un camino más pavimentado, pero no siempre fue así. Hubo y hay gente todavía en México que muere por su identidad. México es el segundo país a nivel mundial en transfeminicidios y crímenes de odio. Hay cosas que todavía pasan y que el “orgullo rosa” opaca. No hay que olvidar que es una lucha todos los días por nosotres, por les que estuvieron antes y por les que siguen.

¿Qué quieres comunicar a través de tu trabajo como drag?
Cuando empecé a hacer drag, asumí una postura política para nombrar cosas que me parece que no todas las dragas comunican. Asumí que mi trabajo es ser política activamente y dar un mensaje, pero también mucha diversión. Muchos dolores nos atraviesan por cómo está el mundo, pero también tenemos el digno derecho al goce, a pasarla bien y a divertirnos. Hay que nombrar toda esta mierda, pero no desde un lugar fatalista, sino desde un lugar constructivo que nos haga ver que podemos divertirnos y cambiar el mundo al mismo tiempo.

Si tuvieras el poder de hacer que todo mundo entendiera una sola cosa en relación a la diversidad, ¿que sería?
Que somos parte de un todo. Creo que vivimos una época de individualismo que me parece muy triste. Debemos acordarnos de que si uno se cae, todos nos caemos, y que si uno avanza, todos avanzamos. Yo quisiera cambiar eso, que fuéramos menos egoístas como sociedad. Y no solo entre nosotres, sino con el medio ambiente y más cosas que tenemos que cambiar urgentemente. Porque ya estamos de la chingada, pero podemos irnos más al diablo si no somos empáticos con todos. Da igual la orientación sexual, identidad de género o posición social.

CÉSAR AUGUSTO FLORES / LITTLE MISS SALMA

¿Cómo fue tu primer acercamiento al mundo del drag?
Ocurrieron dos cosas simultáneamente. Una fue que conocí a una drag queen que se llama Margaret Y Ya en la Carrera Drag Queen de la Ciudad de México. Mi novio y yo, que tenemos una marca de ropa, comenzamos a vestirla y gracias a ella nos fuimos metiendo a este mundo. Al mismo tiempo, comenzamos a ver RuPaul’s Drag Race. Creo que esas dos cosas fueron mis primeros acercamientos al drag. Llevo apenas cuatro años haciendo drag.

¿Es el drag una forma de activismo?
Hacer drag es una cuestión política por naturaleza; es transgresor y se sale de lo que la gente identifica como normal. Creo que además de eso, cada quien con su discurso puede hacer activismo a través del drag de muchas maneras distintas. En mi caso, mi activismo se enfoca a la educación. Trabajo mucho con niños en casas hogar y también asisto a centros penitenciarios; trato de hacer mucho trabajo social para que la gente visibilice otras realidades que no son las suyas.

¿Qué tienen en común tu personaje y tu persona?
Mi personaje es un alter ego, es como un grito de mi personalidad con un volumen muy alto. Sin embargo, no me justificaría por decir algo estando en personaje que no diría no estando caracterizada. Nuestros valores e ideales son los mismos.

¿Qué significa para ti el Orgullo?
Es una constante lucha por nuestros derechos, por que la gente nos reconozca y se acostumbre a que existimos. Tienen que vernos y saber que estamos en todos lados y que debemos estar integrados a la sociedad. También es una celebración con toda la gente de mi comunidad, con quienes la paso increíble. Es una gran fiesta en la que celebramos los pasos que hemos dado en todos estos años.

¿Cómo ha cambiado la visión de la gente respecto al drag a lo largo de los últimos años?
Creo que el drag tiene el poder de presentarle a la gente realidades que los sacan de su cotidianidad. Puede ser algo muy impactante, pero gracias a plataformas como La más draga o RuPaul’s Drag Race mucha gente lo reconoce. Además el drag es un espectáculo que despierta el interés de la gente.

¿Cuál es la mejor experiencia que has vivido como drag?
He vivido muy buenas experiencias como drag; es algo que me da mucha felicidad. Mi pedida de matrimonio fue en drag; ahora estoy en un reality show y me avisaron que había sido seleccionada el día de mi cumpleaños, lo cual lo hizo extraordinario. La final de la Carrera Drag de la Ciudad de México en mi temporada fue brutal. En el show de la final de All Stars tuve la oportunidad de hacer show con varias drag queens que admiro mucho como la Super Perra, quien lamentablemente ya no está con nosotros. Esos recuerdos son muy queridos.

¿Has vivido alguna experiencia dura siendo drag?
Ahora mismo no recuerdo una experiencia tan fuerte, sin embargo, ser drag es un trabajo muy pesado. La mayoría de nuestros trabajos son en centros nocturnos. Trabajar de noche es durísimo; entre que suele hacer mucho calor y que tenemos que estar muy adornadas y que nunca recuperas la energía que pierdes cuando te desvelas. Es un trabajo muy pesado y también la convivencia con la gente puede ser pesada. Uno siempre debe tener mucha energía y animar al público aunque no esté en su mejor día. Sé que hay compañeras que han sufrido otras cosas como rechazo de su familia o violencia en la calle, pero afortunadamente ese no ha sido mi caso.

¿Qué significa que una revista como Life and Style trabaje para mostrar distintas maneras de ser hombre en 2021?
Me da gusto que todos los medios están dando visibilidad al arte drag y, en general, a la diversidad sexual y las expresiones de género. La gente necesita acostumbrarse y ver que estamos en todos lados. Además, somos un sector del cual no ha habido representación en los medios durante mucho tiempo. Actualmente, se debate acerca de la presencia de gays, lesbianas, drag queens, etcétera, en todas las series y películas. Esto es porque en el mundo real estamos en todos lados. Que los medios nos publiquen, hace que la gente se acostumbre a nuestra presencia y eso es algo que inevitablemente va a pasar.

Si tuvieras el poder de hacer que todo mundo entendiera una sola cosa en relación a la diversidad, ¿que sería?
Me gustaría que entendieran que la sexualidad de las demás personas no debería importarles y que no es su problema. No quisiera ser grosera, pero esa es la verdad. Cada quien debe vivir su vida y respetar a los demás. Eso no quiere decir que pueden no estar de acuerdo, pero no hay que ir predicando odio por el mundo.

JERRY GAHONA / ROCCODIX

¿Cómo fue tu primer acercamiento con el drag?
Mi primer acercamiento con el drag fue cuando tenía aproximadamente cinco o seis años. Se organizó un Festival de la Primavera cuando estaba en el kinder y me tocó que me vistieran y maquillaran de pollo usando plumas reales. Eso fue muy divertido.

¿Cómo ha evolucionado el drag a lo largo de los últimos años?
El drag ha evolucionado demasiado. Hoy es un poco más pulido y hay mucha atención a los detalles. Algo que siempre diré es que el drag no tiene reglas. Puedes ser drag queen, drag king, drag queer… Las reglas no importan.

¿Crees que hacer drag es una forma de activismo?
Siento que sí porque tienes más atención de las personas y tienes más acceso a lugares, amigos y fotógrafos que, de alguna manera, brindan una plataforma.

¿Cuál es el mensaje que quieres comunicar a través de tu trabajo como drag?
El mensaje que yo siempre doy es que debemos disfrutar por completo lo que hacemos y que debemos ser felices.

¿En qué se parecen tú y tu personaje?
Rocco Dix es más atrevido, espontáneo y seductor. Jerry tiene eso pero con dos o tres rayitas menos.

¿Qué significa para ti el Orgullo?
Para mí, el Orgullo significa ser la persona que queremos ser.

¿Cuál es la mejor experiencia que has tenido como drag?
Lo mejor es que estoy creando inspiración para las nuevas generaciones que quieren incursionar en el arte del drag.

Si tuvieras el poder de hacer que todo mundo entendiera una sola cosa en relación a la diversidad, ¿que sería?
Lo principal sería el respeto. Con él comienza a fluir todo lo demás.

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Créditos

Fotografía: Adolfo Margulis.
Asistente de foto: Javier M. Keymolen.
Moda: Ruth Buendía.
Grooming: Davo Sthebané para Givenchy.
Video: Arturo Gómez.
Locación: Fílmica Nacional / Foto Arnaus.