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Después de la tormenta, vuelve a rodar el balón

La Superliga Europea no pudo ser, y eso supone cambios en la estructura del torneo de clubes más aclamado a nivel mundial, la UEFA Champions League
vie 30 abril 2021 01:57 PM
La Superliga Europea no pudo ser, y eso supone cambios en la estructura del torneo de clubes más aclamado a nivel mundial, la UEFA Champions League
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Posterior al drama que supuso el anuncio de la Superliga Europea , las amenazas desplegadas desde cada flanco por parte de la UEFA y la FIFA, la caída de esta nueva liga en apenas 24 horas y la aprobación del nuevo formato de la UEFA Champions League como respuesta al intento de formación de una liga ajena al organigrama del futbol internacional, el balón tiene que seguir su curso.

Los partidos de ida de las semifinales de la Champions rompieron la tensión en el futbol europeo. El Manchester City tomó ventaja en Paris (1-2) y el Real Madrid empató a un gol con el Chelsea, en la capital española. Se entonó el famoso himno que retumba en millones de televisores jornada tras jornada y los finalistas se definirán los próximos martes y miércoles 4 y 5 de mayo, respectivamente. Nadie habló de la polémica liga, no se desplegaron comunicados y ningún club fue expulsado de la competencia (como la UEFA dispuso días antes, anunciando que el Real Madrid sería dado de baja de la Champions en caso de continuar con la idea de la Superliga). Como si nada hubiera sucedido.

Imaginemos que la realidad se tornó distinta, que la Superliga sí continuó con el proceso de creación y que los clubes involucrados se mantuvieron unidos, firmes con su decisión. ¿Crecerían de inmediato en números, tendrían una sencilla readaptación comercial y su reputación se mantendría estable? Parece todo lo contrario.

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El impacto económica quizá traería beneficios a mediano plazo para los involucrados, pero de acuerdo con la consultora Brad Finance, los clubes que monten esta competencia podrían perder hasta 2 mil 500 millones de euros en valor de marca: “el cálculo contempla una pérdida de ingresos de mil 100 mde al año para los clubes fundadores, resultado de la caída por facturación de derechos de emisión, ingresos comerciales e ingresos en día de partido, suponiendo que estos equipos no podrían competir en la Champions League ni en sus ligas domésticas”, publicó la agencia EFE en días anteriores.

La directora de la consultora financiera citada, Teresa de Lemus, explicó a EFE que “los clubes fundadores de la Superliga no previenen el riesgo asumido frente a los fans o el riesgo de reputación de las marcas”. Se lanzaron al ruedo como si su fanaticada respaldara el 100% de sus decisiones, factor que podría hacer la diferencia entre un proyecto exitoso y un fracaso cantado, algo que probablemente el futuro nos dejará claro, porque la Superliga fue detenida momentáneamente, no erradicada de las mentes de los dueños y de quienes toman decisiones en los clubes más importantes de Europa.

Nueva Champions en puerta

La respuesta de la UEFA ante la caída de la Superliga funcionó para arropar a los equipos que renunciaron a la Superliga, una especie de reconciliación inmediata que genere un ambiente pacífico.

La nueva UEFA Champions League, que cambiará su formato a partir del 2024 y se mantendrá así hasta el 2027, incluirá 36 equipos, no 32 como hasta ahora. Cada participante jugará y las nuevas cuatro plazas no pertenecerán a las ligas de mayor alcance, como la española, inglesa, italiana o alemana, sino que serán repartidos entre países con ligas más modestas.

No habrá grupos, como hasta ahora conocemos en el formato de la Champions League. Los 36 equipos clasificados jugarán una especie de fase regular. Serán divididos en bombos, de acuerdo a su ranking, y así se clasificarán para jugar dos partidos ante rivales del mismo bombo, tres ante equipos del bombo 2, tres ante equipos del bombo 3 y dos ante conjuntos del último bombo.

Para la fase de eliminación directa (que contempla series a dos partidos) se clasificarán automáticamente a octavos de final los ocho mejores equipos de la tabla general, mientras que del noveno al vigésimo cuarto sitio disputarán un playoff para definir a los otro ocho clasificados. Por su parte, los perdedores de esta fase jugarán la Europa League.

Otra novedad es que, si bien los días martes y miércoles seguirán siendo los elegidos para albergar los juegos de Champions, habrá semanas exclusivas para este torneo que nos traerán juegos los martes, miércoles y jueves, una triple cartelera nada común para este certamen. La final, como de costumbre, se realizará en una sede neutra previamente anunciada.

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“A partir de la temporada 2024-2025 habrá una única liga formada por los 36 clubes participantes. Esto dará a cuatro equipos más la oportunidad de competir contra los mejores clubes de Europa”, se lee en el comunicado emitido por la UEFA el 20 de abril, comunicado un tanto irónico, ya que la UEFA anuncia prácticamente la creación de una Superliga, esa palabra que cimbró en su núcleo y que disparó una serie de amenazas, conminaciones, cambios en el formato actual de la Champions y reacciones de todas partes del mundo.

¿Está destinado el futbol de clubes en Europa a transformarse para siempre? Por ahora esperaremos hasta el 2024 para vivir esos cambios, pero la trillada frase de “adaptarse o morir” parece estar alcanzando al torneo más popular en el futbol mundial, ese que ganaron Messi, Cristiano Ronaldo, Ronaldinho, Cruyff, Zidane y los más grandes genios del deporte, ese que tiene a La Orejona y a su himno como estandartes casi patrióticos, ese que los niños se juntan a ver con las remeras de tallas mucho más grandes y que todavía supone un respiro entre semana para los que, desde casa u oficina, ajustamos alarmas para no perder ni el himno previo ni las alineaciones. La UEFA Champions League sigue su curso.

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