Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Schwartzman no es el mismo de antes

El tenista argentino llega a Acapulco en lo que considera el mejor momento de su carrera. La vara es alta y su confianza también.
mié 17 marzo 2021 09:28 AM
Diego schwartzman
.

La lista de metas a cumplir en su trayectoria tiene menos pendientes que hace un año. Los reflectores y titulares en la prensa se multiplicaron, los puntos siguieron entrando y la confianza aumentó. Se nota en su semblante, en las fotografías y la televisión. Se nota en su voz, en la charla que da pie a esta entrevista; Diego Schwartzman vive el mejor momento de su carrera, lo dicen él, los expertos y su raqueta.

“Después de tanto tiempo en el deporte, de no saber siquiera si podrías jugar al tenis, el lograr objetivos te da tranquilidad y felicidad que, en lo mental, sí hacen mejor las cosas”, comparte desde Acapulco el “Peque”, que cumplirá 29 años en agosto y suma cuatro títulos del circuito profesional, el más reciente en Buenos Aires, un torneo que se le había negado y que le supo a más que un trofeo para la vitrina.

Publicidad

“Es la victoria más especial, además llega después de un año de venir cumpliendo logros y metas que soñaba desde chico. Ser top ten, llegar a momentos importantes de torneos grandes, así que ganar en Buenos Aires fue muy especial, me pone muy feliz. Ganar en casa es una sensación muy especial”, compartió el argentino, número nueve del ranking ATP.

Jugar con clima caluroso y sobre territorio mexicano le trae buenos recuerdos. Fue en 2019 cuando se impuso en el Abierto de los Cabos, competencia ATP 250 que también resalta en los torneos que Diego quiere disputar en la presente temporada: “Ojalá pueda repetir, Los Cabos es una categoría menor que Acapulco, acá vienen casi que los mejores jugadores del mundo y es un torneo de una dificultad extrema. Los Cabos tienen condiciones parecidas, pero ese año (2019) lo disfruté mucho y espero poder hacer algo similar acá en Acapulco, sentirme de la misma manera”.

Con las cartas sobre la mesa, Schwartzman no escatima en aceptar que las expectativas que tienen él y su equipo para esta edición del Abierto de Acapulco, son altas. “El techo a veces se lo pone uno”, dice, “pero después te preguntas cómo hacer para tener nuevos logros”. El bonaerense sabe que la única forma de conocer su límite es seguir empujando, resaltar los puntos que lo tienen en este momento de su carrera y, por qué no, sorprenderse él mismo.

“Por suerte estos últimos años de mi carrera fui logrando objetivos en mi cabeza y jugando cada vez mejor. Así que espero no haber llegado al máximo, y poder seguir teniendo mejorías”.

Publicidad

En el tenis todo bien, su revés paralelo es cada día más sólido y recorre la cancha con más soltura, pero nada de eso sería posible sin una preparación mental, y en las condiciones que vive el mundo, Diego supo darle la relevancia indicada a este aspecto del entrenamiento: “Si se vio modificado mi entrenamiento mental, es duro, la situación del mundo es muy difícil. Nosotros estamos compitiendo e intentando hacerlo de la mejor manera, pero sí hay altibajos en la cabeza a la hora de viajar, a la hora de competir también. Pero en lo personal lo vengo llevando muy bien e intento mantenerme enfocado, estar acompañado de la mejor manera y disfrutar para evitar esos altibajos mentales”.

Schwartzman inicia su recorrido en Acapulco frente a el italiano Lorenzo Musetti, joven de Carrara, Italia, a quien nunca ha enfrentado. Las participaciones del argentino en Acapulco no han sido las mejores, pero con los argumentos más sólidos que en otras ocasiones, podría encontrar las respuestas necesarias.

“Las expectativas son siempre altas, este es un torneo que me encanta. Lamentablemente no pude jugar de la mejor manera, como a mí me gusta en las ediciones anteriores. Vengo bien, las condiciones son distintas. Vengo bien y esperemos ir de menos a más”.

La sobriedad en las palabras que elige es la misma que denota cuando tira un drop shot, y también es la misma que define sus placeres y favoritismos, por ejemplo, en el mundo de los automóviles. Cuestionado sobre qué tiro de su repertorio sería el mejor y a qué automóvil se asemejaría, Schwartzman no dudó: “Mi revés paralelo, a una Mercedez Benz GLC300”.

Publicidad

Tags

Publicidad

Publicidad