El sorteo deparó que el primer rival del jugador de Basilea tras más de un año haya sido el tenista que eligió como su compañero de entrenamiento en las dos últimas semanas.
Después de la semifinal del Abierto de Australia que perdió en enero de 2020 ante Novak Djokovic y un partido de exhibición a principios de febrero del año pasado ante Rafa Nadal en Sudáfrica, Federer decidió someterse a una artroscopia en la rodilla derecha, que le molestaba desde hacía tiempo.
La suspensión del circuito ATP por la pandemia del covid-19 y una segunda artroscopia en la misma rodilla, en mayo, llevaron a Federer a una larga ausencia en la competición, que terminó por fin este miércoles.
El primer jugador de la historia en ganar veinte títulos del Grand Slam -tiene el récord ahora compartido con Nadal- se mostró ilusionado este miércoles en los últimos días con ese regreso, que generó una gran expectación.
"El tenis es como montar en bicicleta. Es algo que sé hacer, así que no me preocupa", aseguró Federer en conferencia de prensa antes del torneo, explicando que su única duda era cómo iba a responder su rodilla a medida que fuera encadenando partidos.
Federer no había disputado un torneo de categoría ATP 250 -el nivel más bajo del principal circuito profesional- desde su título en el césped de Stuttgart en junio de 2018. Entonces reaparecía tras un parón de tres meses, tras haber renunciado a participar en la temporada sobre tierra batida.