Sobre la arena, un enorme cachalote con extraños símbolos surcados en los costados. En una tienda de antigüedades, un teléfono que marca al pasado. Una silla para bebés con facultades de teletransportar a un hombre. Una artista que pinta cuadros premonitorios. Y quienes los habitan o manejan son las deidades antiguas: Lilitu, Pan, los Annuna.
En El Libro de los Dioses, el escritor Bernardo Esquinca ubica a las divinidades en la era contemporánea.
“¿Qué pasaría si los dioses antiguos siguieran tras la fachada del mundo moderno, en la escéptica actualidad urbana? ¿dónde estarían estos dioses y qué influjo tendrían sobre el hombre contemporáneo?”, pregunta el autor en entrevista.