El Bayern Múnich conquistó su sexta Liga de Campeones tras imponerse por 1-0 al París Saint-Germain, este domingo en Lisboa, en una final disputada a puerta cerrada para clausurar una temporada marcada inevitablemente por la pandemia del nuevo coronavirus.
Fue un jugador francés y formado en la cantera del PSG, Kingsley Coman, el autor del único gol del partido, en el 59, para decidir este duelo entre los campeones nacionales de Alemania y Francia.
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El gigante bávaro cierra así una temporada de ensueño, en la que ganó además la Bundesliga y la Copa de Alemania, por lo que firmó el segundo triplete de su historia. Solo la derrota de agosto del año pasado ante el Borussia Dortmund en la Supercopa de Alemania evitó el pleno de títulos del gigante bávaro este curso.
El anterior triplete de la historia del Bayern en los principales torneos fue en 2013, con Juup Heynckes a los mandos, en el año en el que los muniqueses habían logrado el último de sus títulos europeos antes del de este domingo. Los anteriores habían sido en 1974, 1975, 1976 y 2001. Con seis títulos de campeón de Europa, el Bayern alcanza en el palmarés al Liverpool, el vencedor de la pasada Champions. Solo tiene por delante al Real Madrid (13 títulos) y al AC Milan (7).
Lewandowski, sin récord
Robert Lewandowski terminó como máximo anotador de esta Champions, con 15 dianas, aunque no pudo sumar en la final y se quedó a dos del récord de 17 de Cristiano Ronaldo. Por su parte, el París Saint-Germain, que jugaba la primera final de su historia en el máximo torneo europeo, tendrá que seguir esperando para levantar el trofeo que obsesiona a sus propietarios cataríes.
Robert Lewandowski terminó como máximo anotador de esta Champions, con 15 dianas, aunque no pudo sumar en la final y se quedó a dos del récord de 17 de Cristiano Ronaldo.
Por su parte, el París Saint-Germain, que jugaba la primera final de su historia en el máximo torneo europeo, tendrá que seguir esperando para levantar el trofeo que obsesiona a sus propietarios cataríes.
El Marsella, que se coronó en 1993, seguirá siendo el único club francés en haber logrado el título europeo.
En la primera mitad, el PSG entró con más mordiente en el partido.
Kylian Mbappé lo intentó desde la frontal en el 13, pero el balón se topó con Leon Goretzka, y en el 17 Neymar tuvo la primera gran ocasión del partido, con un tiro cruzado en el área que obligó a una gran intervención de Manuel Neuer.
El Bayern respondió con su gran artillero, cuando Lewandowski recibió, se dio la vuelta en el área y envió un tiro que terminó en el palo de los parisinos.
La final seguía dando alternativas en ambas áreas y Ángel Di María, en una gran ocasión en el 24, envió inexplicablemente muy alto con todo a favor.
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El Bayern perdió en el 25 por lesión a Jérôme Boateng, que llegaba con problemas musculares al partido y que tuvo que ser reemplazado por Niklas Süle.
Tras un buen intento para el PSG, que Ander Herrera envió fuera de nuevo tras tocar en Goretzka, fue el turno para los alemanes, que con un gran remate de cabeza de Lewandowski (31) obligó a una intervención salvadora de Keylor Navas.
Mbappé, con un disparo demasiado flojo en el área tras recibir de Ander Herrera, desperdició otra gran ocasión, enviando a las manos de Neuer.
Lágrimas de Neymar
Sin goles en esa primera mitad con alternativas en ambas áreas, la segunda mitad se mantuvo tranquila hasta que llegó el gol del Bayern: Joshua Kimmich, desde la frontal, colgó un balón al área y allí apareció Coman (59) para rematar de cabeza a las redes del arquero costarricense del PSG.
Otro intento de Coman fue salvado poco después (62) por Thiago Silva bajo palos.
El París Saint-Germain empezaba a sentir la presión del cronómetro y se topaba además con un inspirado Neuer, que con pie desvió un intento peligroso de Marquinhos (69).
El español Juan Bernat fue cambiado con problemas físicos en el 80, en un contratiempo más para el campeón francés, que desperdició su última bala con un balón de Neymar en el área que Eric Maxim Choupo-Moting no pudo conectar por muy poco (90+1).
Las lágrimas de Neymar al término del partido simbolizaban la gran desilusión del PSG.