Hard, la serie brasileña de HBO que explora el porno

Esta comedia de seis episodios del director Rodrigo Meirelles, que estrena a las 23:00 horas por HBO, es una adaptación de la serie homónima francesa de 2008.

Debido a la rápida evolución de la industria del porno en la última década, la versión brasileña retrata la disrupción de las páginas de sexo en vivo que tanto han desestabilizado a las casas productoras de cine para adultos.

“No se trató sólo de traducirla del francés al portugués”, dice el productor Roberto Ríos. “Se hizo un esfuerzo para hacerla encajar al universo brasileño, que fuera auténtica, y plasmar la transformación del porno debido al internet”.

A Rodrigo, hijo del cineasta de Fernando Meirelles (Ciudad de Dios), lo que le interesó de la historia fue poder hacer un retrato de alguien que está dispuesta a confrontar su educación conservadora y a sobrellevar el luto a través de un trabajo que jamás imaginó.

“Es muy desgastante para Sofía lo que ella tiene que atravesar”, dice Natália, “porque mientras más conoce este nuevo negocio del sexo, su cabeza la jala para un lado, pero su cuerpo hacia la otra dirección”.

Meirelles explica que intentó no abordar la serie desde la misma perspectiva de Boogie Nights (1997), la película de Paul Thomas Anderson. Sin embargo, ésta sí fue una referencia porque es una película que marcó a su generación. “No quise hacer una nueva versión de Boogie Nights. Aquí estamos retratando a una mujer que vivirá una gran transformación a través del porno”.

Para familiarizarse con la temática de la serie a un nivel realista, Rodrigo pidió a su elenco —también conformado por Julio Machado, Martha Nowill, Fernando Alves Pinto y Denise Del Vecchio— ver documentales sobre la pornografía y conversar con actores porno brasileños de verdad.

“Para mí fue muy importante conocerlos”, dice Natália, “y poder ver más allá de los estereotipos. Entonces espero que los espectadores, al igual que mi personaje Sofía, puedan atravesar las barreras del prejuicio y conseguir ver ese universo con humor y con afecto”.

En el primer episodio de la serie, a través de un personaje, se reflexiona sobre cómo el sexo puede ser un producto que vende y, al mismo tiempo, también arte. Entonces, ¿cómo hacer un show que pueda ser sobre porno, desde un punto de vista artístico, sin que el sexo sea sólo una herramienta de marketing?

“Esa pregunta da para un seminario… Obviamente el sexo y la violencia venden, pero no fuimos nosotros quienes las inventamos, sino los griegos”, dice el productor Roberto Ríos y ríe. “El objetivo de la serie es entretener con inteligencia y sensibilidad y para poder aprovechar lo mejor de esos dos mundos, de esos elementos atractivos y emplearlos con inteligencia reunimos a este equipo de trabajo”.

En ese sentido, Rodrigo subraya que la pornografía, aunque es el universo, el corazón de la historia es otro. “No usamos el sexo de forma gratuita. Esta temática está completamente ligada a la transformación de Sofía, que es colocada en un lugar en el que se siente fuera de lugar y en donde tendrá que quebrar sus paradigmas”.