Cuando no resulta glamoroso ver una foto más de alguien portando una máscara por miedo al coronavirus —aunque sea una celebridad—, el rentable negocio de cazar con cámara en mano a las estrellas en Hollywood ha dejado de ser rentable. “La situación ya era mala”, reveló, a The Hollywood Reporter , Francoies Navarre, dueño de X17, una de las agencias fotográficas líderes de este sector en Los Ángeles. “Pero ahora se ha convertido aún más frágil”.
La industria de los paparazzi ya había recibido un duro golpe desde la llegada de Instagram. Los famosos comenzaron a preferir ser ellos mismo quienes compartieran sus fotos, capitalizando así mediante contratos publicitarios sus millones de seguidores, en vez de esperar que un extraño hiciera clic y lucrara con su imagen; sin embargo, la crisis sanitaria que tiene en cuarentena a todos Estados Unidos los ha puesto a los fotógrafos de este nicho en la lona.