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'Familia de medianoche', el tragicómico documental de las ambulancias de CDMX

Al retratar a la familia Ochoa, Luke Lorentzen revela el fallido sistema de atención de emergencias del gobierno de la Ciudad de México
mié 04 marzo 2020 10:00 AM

Reír para no llorar. Eso fue lo que aprendió Luke Lorentzen, director estadounidense del documental Familia de medianoche, a tan sólo dos semanas de haber llegado a la Ciudad de México. Invitado por un amigo chilango de su universidad, tenía en mente realizar un cortometraje en el país que dejó de lado cuando a medianoche —muy cerca de su departamento en la Colonia Roma, en la esquina de la calle Chiapas y Av. Cuauhtémoc— vio a un niño que jugaba con una pelota de futbol al lado de una ambulancia.

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Familia de medianoche
De izquierda a derecha: Fernando Ochoa (protagonista), Luke Lorentzen (director) y Juan Ochoa (protagonista).

Descubrió que se llamaba Josué y era uno de los integrantes de los Ochoa, familia también conformada por Fer (padre) y Juan (hermano mayor), que se dedica a dar servicio privado de ambulancia en la Ciudad de México. Bastaron pocas noches a bordo, filmándolos de un accidente a otro, para que Luke se diera cuenta que esta carismática familia era la punta del iceberg de un problema estructural del sistema de la salud, pues existen menos de 45 ambulancias del gobierno para dar servicio a los nueve millones de habitantes de la Ciudad de México.

Dentro de esta ambulancia se condensaba todo el rango de emociones humanas
Luke Lorentzen, director

“Aunque retrataba la tragedia, desde el principio me di cuenta que tendría humor en el documental. Descubrí que es una cosa muy mexicana, procesar la tragedia con momentos de humor: reír para no llorar. Vi eso cada noche: los Ochoa metiendo humor en momentos muy difíciles”, explica el director de Familia de medianoche, ganadora del premio especial del jurado del Festival de Sundance y el de Mejor Documental en el Festival de Guadalajara.

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En efecto, Familia de medianoche —que tuvo un muy buen recibimiento en festivales de cine y excelentes reseñas de medios como The New York Times y Variety— resulta una tragicomedia por lo entrañables que son los Ochoa: Josué evade sus responsabilidades escolares por la mañana y sólo piensa en comer y jugar futbol; Juan, pese a tener 17 años, es el líder y chofer que llama a su novia cada que puede para contarle los horrores que ha visto, y Fernando, el papá de ambos, por momentos se comporta como un adolescente más. El horror de esta historia viene cuando se devela que ellos, pese a sus buena intenciones, son paramédicos improvisados que compiten con otras ambulancias para poder ganar pacientes y así ganarse la vida.

Familia de medianoche 2
El documental estuvo en 130 festivales y ha recibido más de 25 premios.

“Mi lectura es que es un sistema en el que nadie está sobreviviendo. Ni los pacientes a los que transportan ni los Ochoa, que batallan mucho para ganar dinero de esto. Esta familia hace lo que puede dentro de un sistema imposible y el menú de decisiones que tienen cada noche es limitado. Ellos como familia están intentando llevar comida a su mesa, al mismo tiempo que salvan vidas y hay un juego entre esas dos metas que me interesó muchísimo mostrar. En el documental se ve cómo el dilema ético se pone más complicado en cada accidente”.

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Me interesó contar la historia de este sistema pero desde la perspectiva de una sola familia
Luke Lorentzen, director

Después de mucho tiempo de convivencia —se tardó tres años filmando—, conservar este balance y la objetividad fue primordial para Luke, también director de documentales como New York Cuts (2015) y Santa Cruz del Islote (2014).

“Fue súper difícil mostrar el balance de la historia. Mostrar todo lo malo, mostrar cómo el sistema no funciona, sin quemar a la familia Ochoa, sin representarlos como si estuvieran solo lucrando con los pacientes, porque lo que están tratando de hacer es ofrecer un servicio dentro de un sistema que no funciona: 70% de los pacientes no les pagan porque piensan que una ambulancia tiene que ser gratis, y debería de serlo… entonces, es complejo para quienes prestan este servicio”.

Familia de medianoche 3
El documental expone cómo la policía saca provecho económico de cada accidente que reportan a las ambulancias privadas.

Contar esta historia significó para Luke una factura emocional. Reconoce que se necesita una particular personalidad y entereza para poder llevar el modo de vida de los Ochoa. “Fue difícil porque cada noche veía el peor momento de la vida de alguien. Tuve la oportunidad de salir de la ambulancia unas semanas y desconectarme, y pensaba cómo era tener que estar ahí todas las noches. No es fácil, en serio, estos momentos te cambian. Son cosas que no voy a olvidar”.

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