La Mirada Femenina en el cine de Lila Avilés
La lente y la mirada son sustantivos femeninos, aunque pareciera que a ellas se los han arrebatado. Las mujeres representan más de la mitad de la población y, sin embargo, son apenas un puñado las que dirigen, producen y están tras de cámaras.
En México, apenas 47 de 186 filmes rodados en 2018 llevaban la firma de una cineasta y, aun así, ellas fueron quienes engrandecieron nuestra industria aquí y en el extranjero. Como representantes de todas ellas, hay tres mexicanas que con su talento quieren darle la vuelta al panorama.
En un artículo para nuestra edición impresa noviembre-enero (ahora replicado en tres entregas para nuestra página web), recogimos las impresiones de Lila Avilés, Alejandra Márquez y Natalia Beristáin sobre el momento que vive el cine nacional y el futuro para sus colegas.
Las cineastas, abanderadas de la iniciativa “Ya es hora” por la paridad laboral y cero tolerancia a la violencia de género, prometen visibilizar a la mujer.
Lila Avilés
En la historia del Óscar, nunca una cineasta mexicana ha sido candidata en la categoría a Mejor Película Extranjera.
De hecho, desde 1961, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas solo había considerado a tres directoras para buscar una nominación a la estatuilla dorada en nombre del país: Sabina Berman con Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, de 1996; Maryse Sistach con Perfume de violetas, de 2001, y Tatiana Huezo con el documental Tempestad, de 2016.
Lila Avilés tiene la oportunidad de darle la vuelta a este panorama. Su ópera prima, La camarista, fue seleccionada para representar a México en el Óscar y, en enero de 2020, se anunciarán los cinco nominados para la estatuilla dorada a película extranjera.
La mexicana de 37 años, que también contendió por un lugar por el Goya español, llega a este punto en un año en que las cineastas fueron figuras clave de las historias que más hondo calaron en el cine, la televisión y la opinión del público.
Así como lo demostraron las directoras Alejandra Márquez Abella, con Las niñas bien, y Natalia Beristáin, con la serie Historia de un crimen: Colosio.
“Faltaba otro empuje en la parte de dirección”, dice Lila Avilés sobre su nominación y el buen momento femenino. “México, como tal, es un país de mujeres. Si uno voltea a la historia de cada familia, habrá una gran mujer en la tribu”.
Hay un paralelismo entre la declaración de Lila y su propia película, que protagonizada por Gabriela Cartol y Teresa Sánchez, resulta un retrato discreto y humanizado de quienes se encargan de los cuartos de hotel, de sus adversidades y vidas fuera del trabajo.
Venimos de una cultura muy machista. A la mujer latina, y en particular a la mexicana, se le exige ser multitask.
"Tiene que ser sabia y al mismo tiempo trabajadora y con seis hijos, con muchas cosas. Son lazos de educación que se tienen que ir cortando, patrones que hay que transformar”, dice.
Y, quizá sin darse cuenta, su opinión también refleja su propia carrera artística. A sus 37 años, había trabajado como actriz, maquillista, vestuarista y asistente de dirección, arte y producción.
Siempre quiso pasar de la dirección teatral a la fílmica. Una de las últimas obras que dirigió fue Camarera, que se convertiría en su largometraje.
“Con los años me di cuenta de que el término correcto en México era 'camarist'a, que si uno se fija en la palabra es ‘el arte de hacer la cama’. Esa premisa me pareció muy bella. A mí me llegaba una nostalgia, una sensación de triunfo solo con estar filmando La camarista, ni siquiera con terminarla. Cuando estábamos en la filmación, yo decía: ‘Lo estoy haciendo, lo estoy haciendo, lo estoy haciendo’”, cuenta Avilés.
En 2018, después de un rodaje de 17 días, Lila presentó su filme en competencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde le dieron el Ojo por Largometraje Mexicano, su primer premio y el más importante del evento.
De ahí el ascenso y los festivales: La Habana, Ámsterdam, Estocolmo, San Francisco, Londres, Jerusalén, Atenas y nueve nominaciones al Ariel –entre ellas las de Gabriela Cartol y Teresa Sánchez a Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto–, de las cuales al final se quedó con Mejor Ópera Prima.
A Lila Avilés le queda trabajo por hacer. Desde su oficina tiene que enviar su filme a los integrantes de la Academia estadounidense para esperar que sean ellos quienes le den formalmente la nominación al Óscar a mejor película extranjera, galardón que este año se quedó Alfonso Cuarón por Roma, su octava película.
Y no se engaña. Claro que le gustaría ser nominada y tal vez ganarlo, pero eso, dice, depende del filme.
“Lo que ha sido muy bonito en mi camino es que, en algún momento, la película ha ido adelante y yo atrás”, asegura.