Rodrigo Prieto, el cinefotógrafo mexicano que lee la mente de Scorsese
Es una cosa casi telepática. El entendimiento que Rodrigo Prieto tiene sobre Martin Scorsese y sus películas va más allá de la relación entre un cinefotógrafo y un director.
Véase The Wolf of Wall Street, Silence y ahora The Irishman. Parece que el mexicano lee la mente del neoyorquino para lograr esas imágenes y estética que recuerdan porqué al cine se le llama “el séptimo arte”.
Y sin embargo, dice Prieto en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos, esta inteligencia compartida no es más que parte de su proceso creativo.
“Martin es un director muy generoso en el sentido que habla con términos emocionales sobre los planos y las escenas, entonces lo que hago es que escucho con mucha atención lo que él dice, y no solamente cuando está hablando específicamente de movimiento de cámara o algo así, sino cuando está hablando de los personajes, cuando está hablando con los actores”, dice el también fotógrafo de Amores Perros.
El artista ve su trabajo como algo colectivo y no sólo como tareas particulares que se amalgaman. Por eso le es tan involucrarse en todo sentido.
“Todo el tiempo estoy escuchando y tratando de entender la perspectiva de Martin. Entonces trato de absorber eso y traducirlo a una imagen en la pantalla. Esa es la clave: escuchar, de alguna forma, perderme a mí, desaparecer mi personalidad y convertirme en vehículo de la imaginación de Scorsese”.
Pero también está el bagaje del mexicano, su banco vivencial. Decía Richard Avedon: “mis retratos son más acerca de mí que lo que son sobre la gente a la que Fotografío”. Y esta frase puede quedarle muy bien a Rodrigo Prieto.
“Por supuesto, también soy artista y tengo una expresión que quiero hacer y a través de la iluminación, la selección de ópticas, los movimientos de cámaras, tengo mi expresión. Es esa combinación entre lo que Scorsese está tratando de hacer y lo que yo traigo en mi experiencia y mis ideas”, explica.
Sobre su experiencia y aporte a cada película, Prieto habla de 8 Mile, cinta sobre Eminem de Curtis Hanson.
“Yo acababa de hacer Frida. Entonces, lo primero que hice fue ir al Detroit Institue of Arts donde Diego Rivera hizo los murales. Incluso, en la película de Frida hicimos unas escenas que después se cortaron sobre este lugar. Al ver estos lugares, vi un color sobre la industria en Detroit que luego utilicé para el color e iluminación de 8 Mile”.
Lo mismo para The Irishman, cinta que se estrena hoy en cines selectos. En ella echó mirada al pasado y el 27 de noviembre en Netflix.
“Como Scorsese quería que se abordara la memoria de estos personajes, busqué el recuerdo de las fotografías de cuando yo era niño, en los sesentas y principios setentas. Ese color. Luego hice una investigación sobre las emulsiones fotográficas de los cincuentas y sesentas y eso es lo que apliqué al color de la película. En los cincuentas, los rojos son muy primarios, muy vivos. Y conforme avanza la vida de este personaje, le quité color. Al final hay poco color en su vida y en la imagen”.