Nuestra crítica de 'A Rainy Day in New York' de Woody Allen
Reírse de uno mismo no es nada fácil: se necesita autoconocimiento y un desprendimiento del ego (¿o un ego desmedido?) para hacer una burla atinada. Se requiere, además, fineza en el planteamiento del chiste… Y Woody Allen es un maestro en ello.
La nueva cinta del director neoyorquino, Un Día Lluvioso en Nueva York, parte de sus temas más personales en los últimos años y retoma lo que ha expuesto en sus 55 películas como director.
Esta película, que no escapa en lo más mínimo al estilo del cineasta, presenta un premisa simple. Ashleight Enright (Elle Fanning), reportera del diario universitario de la universidad de Yarland, consigue una entrevista con el prestigioso cineasta Roland Pollard (Liev Schreiber) en Nueva York, por lo que se traslada con su novio, Gatsby Welles (Timothée Chalamet), a la Gran Manzana.
Ahí, en un clásico cambio de timón con sello Allen, una serie de eventos los separan durante el fin de semana que, cuidadosamente, el chico había planeado para su novia. Y una a una van saliendo los temas que apuntalan al director.
El también escritor y músico se expone, de inicio, en todos sus personajes. Desde Gatsby, el protagonista, quien es un joven confundido sobre su futuro a quien lo único que llena es la música. Su protagonista es una chica a la que los hombres mayores le atraen. De nuevo un guiño a su vida personal que, tampoco debemos dejar de mencionar, incluye acusaciones de abuso sexual.
Está también el cineasta con crisis existencial y el director en ciernes con ambiciones, de los cuales se ríe, y las burlas a la prensa que constantemente acosan a sus personajes (¿a él mismo?), y el actor latino (Diego Luna) lleno de galantería.
El autor incluso presenta clichés que, si bien no pasan desapercibidos, tampoco molestan. La constante lluvia que los romantiza todo y le da un sentido nostálgico, sus constantes referencias a París y cómo dejaría todo por vivir en la Ciudad Luz (como dejó más que claro en Midnigt in Paris) e incluso un soundtrack que ya le conocemos, como “Will You Still Be Mine”, de Erroll Garner, que usó en Alice (1990).
Tal vez la novedad es que, en el primer acto, hay diálogos en los que deja claro que Nueva York ya no es la ciudad que amaba. Ya no hay más monólogos como el de Manhattan (1979): “Chapter One. He adored New York City. He idolized it all out of proportion”, y sin embargo ahí está.
Un gran acierto a destacar es el divertidísimo elenco que no sólo incluye a unas hilarantes Fanning y Selena Gomez, que en momentos llegan a opacar a Chalamet, Diego Luna y Jude Law.
En resumen, Un Día Lluvioso en Nueva York, no es más que Woody Allen siendo Woody Allen, pero es su particular modo de exponer temas cotidianos, además de saber reírse de sí mismo, lo que hacen especial este nuevo trabajo.
Un Día Lluvioso en Nueva York se estrena este viernes en la Cineteca Nacional.