Martin Scorsese reitera por qué las películas de Marvel no son cine
“Podrías preguntarte, ¿cuál es mi problema? ¿Por qué no simplemente dejar que sean películas de superhéroes y otras películas de franquicia?”, cuestiona Martin Scorsese en el artículo que publicó en el New York Times . El director de The Irishman aprovechó el espacio para dar cátedra y explicar por qué las producciones de Marvel no son cine. Y cuando Scorsese profundiza en lo que es y no es cine, el mundo escucha.
“Nada está en riesgo. Son películas diseñadas para satisfacer un conjunto específico de demandas”.
“Me parece que están más cerca de los parques temáticos que de las películas como las he conocido y amado durante toda mi vida, y que al final, no creo que sean cine”, declara desde el primer párrafo. Señala que tenemos dos campos separados: el entretenimiento audiovisual en todo el mundo y el arte. En el primer campo ubica los productos de Marvel, argumentando que “carecen de algo esencial para el cine: la visión unificadora de un artista individual. Porque, por supuesto, el artista individual es el factor más arriesgado de todos”.
Están más cerca de los parques temáticos que de las películas como las he conocido y amado durante toda mi vida.
Scorsese parte de la firmeza de que dichas franquicias están destinadas al entretenimiento y no al “arte”. Describe el arte cinematográfico como “revelación estética, emocional y espiritual” como lo son Persona de Ingmar Bergman, Vivre Sa Vie de Jean-Luc Godard o las películas de Spike Lee o Wes Anderson. Pero ya no hay autores, sino mercadólogos que los monopolios han sabido capitalizar las franquicias modernas. “No hay riesgo. Son películas diseñadas para satisfacer un conjunto específico de demandas”.
Así el cineasta expande el debate hacia las consecuencias que las franquicias tienen sobre el cine. Detalla que, cuando el público va al cine, encuentra una cartelera llena de estas películas. “Es un momento peligroso para la exhibición de películas y hay menos cines independientes que nunca”, indica.
Reconoce que en los últimos 20 años la industria ha cambiado en todos los frentes, pero reemplazaron el riesgo con productos de consumo inmediato. No menosprecia la existencia de las plataformas de streaming como Netflix, con quien realizó The Irishman, pero recalca, que la abundancia de los productos de consumo inmediato excluyen la visión de un autor.
Asimismo, expresa su pesar por la situación que sufre el arte. “Temo que el dominio financiero de uno se está utilizando para marginar e incluso menospreciar la existencia del otro”, describe. “Y el acto de simplemente escribir esas palabras me llena de tristeza”.