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Gabriel Luna, el nuevo Terminator con sangre mexicana

Gabriel Luna es el primer hispano que da vida a Terminator. En la nueva película, Terminator: Dark Fate, su cuerpo es de metal maleable, pero este es el ser humano de carne y hueso.
jue 31 octubre 2019 05:46 PM
Gabriel Luna
Gabriel Luna es el nuevo Terminator.

Corre la sangre y no miente. Hay algo en ella que da vida y también identidad. Se puede nacer en Texas, por ejemplo, pasar toda la vida en Estados Unidos y aun así conservar la mexicanidad heredada a través de cuatro generaciones.

Trabajar duro y de forma incansable, cumplir metas a pesar de la condición socioeconómica y las dificultades, y cuidar de una familia mientras se buscan oportunidades, son cualidades que muchos relacionarían con los mexicanos que migran al norte. Gabriel Luna las comparte, más allá del color azul de su pasaporte estadounidense. Estas cualidades lo han convertido en una promesa de la actuación, gracias a sus papeles de Ghost Rider en Agents of S.H.I.E.L.D. –serie de Marvel para Netflix– y Tony Bravo en Matador.

Ahora su gran reto es como el androide Rev-9 en Terminator: Dark Fate, el ansiado regreso de esta saga cinematográfica. Gabriel, de 36 años, debe aprovechar los reflectores que lo iluminan por actuar junto a los legendarios Arnold Schwarzenegger, Linda Hamilton y Mackenzie Davis.

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Estoy agradecido de que un trabajo me lleve a otro y trato de hacerlo lo mejor que puedo”, dice Luna a Life and Style. “Quiero que la gente hable de mí en la industria y en las calles quiero que digan: ‘Él trabaja duro, ejecuta su trabajo, denle una oportunidad’”.

El hombre que ante una lesión cambió el deporte por la actuación; que buscó en el periódico anuncios de castings hasta ser héroe de acción; que dejó su natal Austin para intentarlo en la ciudad más importante y competitiva del entretenimiento, quiere demostrar que solo necesita eso, una oportunidad.

CAMBIO DE DESTINO

En los recuerdos de su infancia, Gabriel Luna ve pelotas en forma de ovoide y juguetes de acción que compartía con su hermano. Ahí está la imagen de su abuela materna, una trabajadora de lavandería de Austin, Texas, la de su madre y la de alguien que faltaba.

Ante la ausencia de un padre, hay un montón de responsabilidades de las que te tienes que hacer cargo, y yo me convertí en mi propio padre”, afirma Luna. “Mi padre murió antes de que yo naciera, así que mi madre fue viuda desde los 15 años de edad. Ella trabajaba para el Estado de Texas y, básicamente, me crió junto con mi abuela. A la larga, mi madre se volvió a casar y después se divorció, y en ese tiempo tuvo a mi hermano y hermana menores”.

En sus recuerdos, esos a los que está llegando con la mirada perdida en el horizonte de Los Ángeles, no hay adversidades, aun cuando su realidad fue otra.

Conseguir dinero era difícil, pero como siempre, no sabemos que somos pobres hasta que otra persona nos lo dice. Éramos felices con lo que teníamos... nos teníamos a nosotros. Yo jugaba futbol [americano] con mi hermano todo el día. Nunca sentí que fuera pobre, pero cuando entré a la preparatoria me di cuenta de que había gente con mucho más dinero que mi familia”, explica.

Gabriel Luna
Gabriel Luna en sesión para Life and Style.

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Hay algo muy mexicano en enfrentar con dignidad las adversidades e incluso existe un refrán para ello: “al mal tiempo, buena cara”.

Tu historia y tu filosofía tienen mucho de México”, se le dice a Gabriel, quien enumera parientes en Chihuahua y Monterrey, y asiente con otro ejemplo.

En la preparatoria era un atleta que practicaba futbol [americano] y basquetbol, también era un muy buen estudiante. Mi meta simplemente era ir a la escuela, obtener una beca de la forma que se pudiera. Así que iba a jugar futbol para tener esa beca, pero luego me disloqué el hombro. Tuve que buscar otra manera, y la encontré”.

Con 1.83 metros de altura, espalda en V y brazos marcados, el físico de Luna tiene memoria y recuerda los años en los que frenaba el ataque de las ofensivas como strong safety, mientras cursaba la preparatoria. Pero ese cuerpo pasó de ser herramienta deportiva a artística.

Mi maestro de la preparatoria, el señor Sharp, pensó que tenía madera y me invitó a hacer una audición. Al principio dije que no, pero una vez que encontré el valor, hice la prueba y me quedé con el personaje. Resultó que ahí había una mujer de la Universidad St. Edward’s, en Austin, que vio mi actuación. Quería que fuera a su universidad y me convirtiera en actor”, cuenta.

Luna insiste en que su carrera, desde ese primer momento, se ha basado en estar concentrado en el presente y atento a las oportunidades. Un paso seguido del otro.

Me dieron una beca de 75,000 dólares y mi primera obra fue Romeo y Julieta, que en ese momento era el primer montaje de larga duración que había hecho, porque en la preparatoria solo había participado en obras de un acto. Fue una versión de tres horas, mi primera experiencia de tanto tiempo sobre el escenario, y me enamoré de ello”.

El teatro, dice, le dio todos los conocimientos que necesitaba como actor. En una de las puestas en escena que más trabajo le costó, nueve actores debían representar a 54 personajes. Y fue entre telones que se creó una filosofía.

Recuerdo la obra llamada Black Snow en la que entraba en la primera escena y ya no salía del escenario en todo el montaje. Lo que amo del teatro es que, una vez que estás encaminado, no puedes apartarte de él, tienes que recorrerlo hasta el final. No hay nadie que diga corte, no hay segundas tomas, solo estás ahí, con otras personas y en ese momento”.

Casi como la vida”, se le comenta, “como la carrera de un actor...”.

Como un actor o un jugador de futbol, un empresario o un escritor”, responde. “Lo único que importa es lo que estás haciendo, y así es la vida en el escenario”.

BRIGHT FATE

Austin se ha convertido en uno de los nodos culturales más importantes de Estados Unidos, como demuestran los festivales SXSW y Austin City Limits. La ciudad es un imán de jóvenes con sueños artísticos, atraídos por la Universidad de Texas. Pero lo que otros ven como promesa, Gabriel Luna lo consideraba un freno. El actor tiene arrojo, es alguien que no teme ir en sentido contrario.

“En Los Ángeles nadie sabía quién era, a nadie le importaba, yo tenía que confiar”, cuenta Luna. “Mi esposa Smaranda se graduó de la maestría en actuación por la Universidad de Texas y quería mudarse a esa ciudad. Seguirla fue la mejor decisión que pude haber tomado, porque aquí hay más oportunidades que en Austin. Permanecer en Austin era como darme un golpe en el techo, no había a dónde más ir porque en el mundo de la actuación, los actores se buscan en Los Ángeles y Nueva York”.

En esta selva gris de rascacielos y ambiciones más grandes, Gabriel ha acumulado 23 créditos como actor, entre ellos los de Prison Break, Bernie y Transpecos, este último, un filme sobre tres agentes de la patrulla fronteriza galardonado con el Premio de la Audiencia en el festival South by Southwest de Austin.

“No me gradué de la universidad, por desgracia, no terminé la escuela”, dice. “Pero de inmediato me contrataron para una película [Fall to Grace 2005] y me enamoré de la cinematografía y sus procesos. Solo trataba de encontrar trabajo, compraba el periódico para buscar anuncios de audiciones para obras de teatro y así fue como empezó todo: un trabajo llevó al siguiente”.

No se equivoca. En esta metrópolis, donde han hecho carrera sus admirados Julianne Moore, Michael Shannon, Alfred Molina y Gary Cooper, el texano supo que daría vida al androide asesino Rev-9, Terminator, en la nueva película de la saga, Terminator: Dark Fate, que comenzó hace 35 años.

Tuvo entonces que volcar toda su experiencia en una sola interpretación que podría darle mayor visibilidad y proyectos. Tuvo que volver al origen, a los tiempos en los que actuó sobre escenarios y hasta un poco antes, cuando tacleaba receptores y corredores.

Siempre me gustó el ejercicio, pero una vez que supe que trabajaría en Terminator, tuve que llevarlo a otro nivel. Me dieron recursos para hacerlo: un nutriólogo, entrenador personal para aumentar seis kilos de músculo, lo cual fue interesante. Estoy muy feliz por lo que aprendí, los ejercicios, la nutrición, las recomendaciones sobre la dieta y mis entrenadores. Y por supuesto, Arnold Schwarzenegger, que fue maravilloso conmigo, un gran amigo a quien le agradezco la información que él tenía, sus experiencias. Al estar junto a él, lo único que tenía que hacer era escuchar para aprender”.

Gabriel Luna
Gabriel Luna nació En Austin, Texas.

En este filme, que se estrenó en México el 1o de noviembre, Luna es un humanoide exterminador de cuerpo maleable. “Usamos un traje de full motion capture y a veces puntos en el rostro [para capturar los gestos]. Trabajé escenas de acción de riesgo, tomas bajo el agua y también en vehículos...’”.

Ser el villano de esta saga no es reto menor e implica extender el legado de James Cameron, director de las primeras dos películas, y su futuro distópico. Adelantado a su tiempo, uno de los realizadores de sci-fi más destacados de la historia propuso que la inteligencia artificial exterminaría a los humanos, miedo que en la vida real comparten algunos científicos.

Luna cumplió con las expectativas: Tim Miller, realizador de la cinta, quedó fascinado con su trabajo y, en la presentación del filme en México, lo comparó con Brad Pitt por su facilidad para pasar de gestos carismáticos a sombríos de un momento a otro.

Mackenzie Davis y Linda Hamilton, protagonistas de la película, descubrieron que el actor basa sus interpretaciones en su físico sin mayor problema.

“Le encanta estar en el set, le encanta ser actor, su profesión y trabajar muy duro”, aseguró Mackenzie. “Le imprimió una extraña humanidad sociópata a su Terminator”.

“Quedé superimpresionada con el trabajo que hizo como stunt”, añadió Hamilton, intérprete de Sarah Connor, en entrevista en México. “Gabriel se arrojó al mundo del stunt en una forma que yo simplemente no habría podido porque soy más frágil. Se metió en el filme todo el día, todo el tiempo”.

A Gabriel no se le puede preguntar sobre el futuro ni qué espera que pase con su carrera después de Terminator: Dark Fate. Es congruente con lo que ha dicho antes.

Si ves muy adelante en el futuro, lo único que encuentras son las cosas que no tienes, así que mi meta siempre ha sido poner atención a mi próximo paso y confiar en que la luz va a guiarme por el buen camino”, dice el actor.

Su filosofía casi se convirtió en predicción. Un día después de esta entrevista, Hulu anunció la cancelación del show sobre Ghost Rider que protagonizaría como spin-off del serial Agents of S.H.I.E.L.D. El motivo fue ajeno a él: diferencias creativas entre la plataforma de streaming y Marvel, esta última dueña de los derechos del personaje que interpretaría Luna en esta historia.

No importa, él va a lo que sigue. “Tomo las oportunidades que me llegan y, si mi próximo paso se ilumina, decido dar ese paso. No pienso en lo que está detrás de mí ni en lo que está adelante”, dice Gabriel Luna, Terminator, sonriendo y con la mirada fija en el horizonte de Los Ángeles.

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