La nueva serie de Netflix que no esconderá la corrupción mexicana
Tequila, Jalisco.- Los sembradíos de agave azul a los extremos de la carretera Guadalajara-Tequila de pronto parecen mares. Vistos desde un coche en movimiento, los plantíos suben y bajan laderas y se pierden en el horizonte. Y ya en la capital del destilado se puede oler la tierra, la planta quemada, el alcohol. Esta belleza contrasta con la descomposición social y corruptelas que se viven en el país. Así es México, dispar, y es esto lo que se refleja en Monarca , la nueva serie hecha en el país para la plataforma de streaming Netflix.
En este drama, una familia que se dedica a la destilería y hotelería convulsiona ante la crisis de sus empresas. Ante esto, el patriarca Don Fausto Carranza (David Rencoret) decide que sea su hija, Ana María (Irene Azuela), quien reivindique el camino de los negocios y haga frente a la corrupción. Una ficción que bien representa la realidad.
“Me parece interesante que la serie haga un retrato hablado de lo que es México: toda esa belleza que tiene nuestro país, la cultura que tenemos también está contaminada y no se exenta de esto. Me parece muy importante que presentemos al país, que es muy hermoso, pero también una realidad que permea al mundo”, opina Juan Manuel Bernal, quien protagoniza esta serie junto a Irene Azuela y Osvaldo Benavides.
“Sin ser folclor, la serie tiene este sabor mexicano, de esa familia tequilera y con esos paisajes. Es un universo entero que sólo en México existe y del que inmediatamente nos damos cuenta. Para nosotros es importante ver los paisajes, la hacienda y el contraste de la riqueza mundana de la ciudad, de una familia con tanto dinero”, añade Benavides.
Monarca, como se llama la empresa ficticia, no es la prioridad de Ana María. La mujer lleva 20 años en Estados Unidos. Salió de México y se deslindó de los malos manejos que su familia tuvo con funcionarios de gobierno. Prefirió abrir un blog, dedicarse al periodismo y llevar una vida más tranquila.
“Pero su padre la considera un gran elemento para cambiar el rumbo. Es una mujer con ciertos valores que vienen al caso con esta nueva tarea”, dice Irene Azuela sobre su personaje, “(para el rol) Me dediqué a buscar figuras, a chavas de mi edad, entre 30 y 40 años que tengan una carrera en la grandes compañías o dueñas de sus propios negocios, y que además tuvieran su propia familia, una vida así de rica y de compleja. Y me encontré con muchísimas. Eso fue una inspiración increíble para mí, ver que esas chicas son súper capaces”.
Su nuevo trabajo no será nada fácil; Joaquín Carranza, su hermano mayor (Bernal), le peleará el poder que, considera, le estaba reservado. Andrés (Benavides) -quien se divide entre una vida secreta y la dirección de la parte hotelera-, y una serie de agentes externos, representarán un gran reto para esta mujer, quien deberá demostrar su valía y rescatar el emporio familiar.
Este drama, producido por Lemon Films y Salma Hayek, quien como parte de la realización aportó su visión sobre lo que debía ser la figura de la protagonista.
“Salma y yo hablábamos mucho de la fuerza del personaje, de la inteligencia que debía tener. También sobre el retrato que haríamos de México; ella me decía que cuando vives 20 años fuera del país y regresas, lo ves distinto. Pones atención en cómo te habla el mesero y cómo te encuentras con tus amigos, cómo se comporta la gente en la calle. También me decía que le importaba exportar una imagen de un México moderno, pero también los mecanismos arbitrarios y corruptos que siguen aquí y son parte de nuestra cultura”, recuerda Irene.
Rodada en haciendas de Tequila, Jalisco, y locaciones de la Ciudad de México, la serie no olvida la belleza natural del país y refuerza que, aunque aún hay mucho por hacer, como México no hay dos.