The Pillowman, una obra para sentir terror ante la humanidad
Más difícil que generar aplausos ensordecedores al finalizar una función es dejar la sala en completo silencio… En esto coinciden actores, dramaturgos y directores. Sí, el aplauso es el alimento del actor -y todos esos clichés-, pero un silencio es poderoso y hasta agresivo: revela incomodidad y mucha, pero mucha, reflexión. ¿No se trata de eso el teatro?
La obra The Pillowman es, entonces, el mutismo más (des)agradable que Life and Style ha presenciado en este año. Es, además, una cátedra de dramaturgia.
En 2003, el inglés Martin McDonagh publicó esta obra que pone al espectador de frente con los más oscuro de la humanidad y que, además, se da el lujo de ser involuntariamente cómica. Un humor negro y denso que alimenta este tipo de drama conocido en Reino Unido como “in-yer-face”.
Katurian (Pierre Louis) es un joven escritor detenido por las autoridades de un régimen totalitario. Se le acusa de participar en torturas y asesinatos dado que los métodos de estos crímenes aparecieron descritos previamente en sus relatos. Así, McDonagh logró relatar múltiples cuentos que sostienen la línea dramática inicial y que, al mismo tiempo, van resolviendo este thriller.
Dicho de otro modo, el autor explica el origen de Katurian a través de una historia breve; da a conocer a Mikal, hermano de Katurian también acusado de asesinatos, a través de otro cuento. Expone los métodos de tortura con varios más.
Tupolski (Pablo Perroni) y Ariel (Enrique Arce Gómez) son los gendarmes encargados de resolver este crimen, pero la misma trama los va llevando a lugares oscuros que van del abuso de autoridad a sus propias historias.
Miguel Septién, director y traductor, entiendo este texto a la perfección y creyó en él. Supo que la condición humana más terrible podía conectar con el público, reflejarlo en el espejo. Aquello que más repudiamos resulta muy cercano si se le ve a través de la farsa.
El director tiene también el mérito de montar esta puesta en el Foro Lucerna, espacio íntimo que se torna lúgubre con la escenografía de Arturo Durán, Felipe Rodríguez y Rafael Arellano.
Miedo, asco, furia, tristeza, compasión… The Pillowman no es una obra que pueda describirse, ni en trama ni emoción, pero es tan poderosa que merece la pena guardarse los spoilers. No se le puede decir al público qué y cómo debe sentirla, pero sí es necesario decirle que no verla sería un grave error.
The Pillowman se presenta todos los jueves a las 20:30 horas en el Foro Lucerna, hasta el 12 de septiembre.