Fender Stratocaster: la madre del rock (y las mejores canciones de Pink Floyd)
Jimi Hendrix le prendió fuego. Stevie Ray Vaughan la sedujo. Eric Clapton se hizo dios con ella. La Fender Stratocaster, creada en octubre de 1954, ha estado presente en los grandes momentos de la historia musical , pero pocas son tan emblemáticas como la de David Gilmour, ex guitarrista de Pink Floyd.
La 'Strat', como se le conoce, fue la primera guitarra en incorporar tres pastillas de bobinado simple que le otorgaron sonidos poderosos, profundos y crispantes. Por su versatilidad, se hizo popular entre los guitarristas de los 70: les dio la libertad de ejecutar sucios y trepidantes solos y, en un segundo plano, modificar el sonido para crear riffs potentes, como hicieran Hendrix y Clapton. Por su parte, Ray Vaughan y Jeff Beck cargaron de emotividad y textura sus canciones gracias al sistema de puente flotante de este modelo. Con ayuda de una palanca (tremolo), los músicos podían reducir la tensión de las cuerdas y variar los tonos.
Cuando Gilmour habla de la suya, la 'Black Strat', se queda sin palabras. La abraza y sonríe. “Es la forma en la que algunos nos expresamos mejor”, dijo, al tiempo que cruzó el brazo sobre el instrumento, después de que un periodista de la BBC le preguntó sobre su relación con su Fender Stratocaster 69 color negro.
No es para menos, la relación del músico con su instrumento es tan larga y tan profunda que si fuera un matrimonio —y de cierta forma lo es— el próximo año cumplirían sus bodas de oro. No será así: ésta, aunada a otras 125 guitarras del músico, fue subastada por la casa Christie’s de Nueva York el 20 de junio de este año.
Como la música de Pink Floyd, el sonido de la Stratocaster cruzó fronteras. Gilmour compró la suya en Nueva York, en la tienda Manny’s, en 1970, para sustituir una que sus padres le habían regalado y que había sido robada. Viajó con ella para grabar el icónico concierto Live at Pompeii y fue al Live 8, donde estuvo presente en el último concierto de Pink Floyd con Roger Waters, en 2005.
La 'Black Strat' se despidió de su dueño justo antes de cumplir cinco décadas juntos. Lo recaudado será donado a obras de caridad y el instrumento, dice Gilmore, retomará su misión y, con esperanzas, creará algo nuevo.
Las guitarras de David Gilmour
Stratocaster 1969
En la ‘Black Strat’, que se convirtió en la guitarra más cara del mundo al alcanzar un precio de 3 millones 975 mil dólares, Gilmour definió su estilo. Los dedos cortos y fuertes del guitarrista encontraron en el sistema de puente flotante y las tres pastillas de bobinado simple el complemento ideal para llenar de bends y vibratos los lentos y melancólicos solos. “Tengo un determinado estilo porque me fueron dados estos particulares dedos. Son los que tengo y no son extraordinariamente rápidos. Hay cosas que no pueden hacer y otras que hacen mejor que nadie”, dijo Gilmour en una entrevista hace 4 años.
Es tan icónica que, incluso, existe un libro sobre ella. Phil Taylor, técnico personal de las guitarras de Gilmour desde 1974, narra su evolución en Pink Floyd: The Black Strat, a History of David Gilmour’s Black Fender Stratocaster .
Stratocaster 1954
Recordada por ser la guitarra con la se creó el riff de “Another Brick In The Wall”, esta guitarra es icónica por tener el número serial #0001, Gilmour la compró a su técnico Phil Taylor en 1976 y en junio fue subastada por casi 2 millones de dólares.
Martin D35 1969
Adquirida en 1973, era la guitarra acústica preferida por Gilmour para grabar en las sesiones de estudio; en la subasta alcanzó un precio de 1 millón de dólares. La puedes escuchar en “Wish You Were Here You Were”.