¿Puedes disfrutar las películas comerciales sin culpas? Los expertos responden
Toy Story, El Rey León , Aladdin, Mary Poppins en cartelera y de repente parece que estamos en 1995. Con el fin de alimentar su plataforma de streaming con contenido propio, Disney apresuró el lanzamiento de los remakes de sus marcas más representativas, apoderándose de la oferta cinematográfica de este verano, y por tanto, de las ganancias globales.
Sumando las nuevas películas del Universo Cinematográfico de Marvel , además de las futuras con The Eternals, junto con las adquisiciones de Fox como Dark Phoenix y Tolkien, la compañía de Walt Disney tiene más del 51% de la taquilla, reporta Forbes . Tan solo del 4 de abril al 16 de julio, los live actions de Disney recaudaron más de 3 mil millones de dólares en Estados Unidos.
En esta nube de cine comercial y refritos, ¿cuál es el papel de la audiencia? ¿Limitarse a consumir lo que la industria ofrece o buscar contenido cinematográfico valioso? Daniela Michel, directora del Festival de Cine de Morelia , y Alonso Díaz de la Vega, crítico de cine, nos explican si como espectador puedes ver sin culpas las películas comerciales que ofrece Hollywood.
“En un mundo ideal, el espectador debería tener una responsabilidad ante lo que consume. En un mundo donde hubiera en una educación vasta y suficiente sobre la imagen, donde no hubieran las desigualdades que existen en el nuestro, pues este tipo de cosas afectan a las responsabilidades que puede tener una audiencia”, explica Díaz de la Vega.
Para el crítico, no puede responsabilizarse a un grupo vulnerable de lo que se consume en las salas de cine. “Como son la mayoría de los mexicanos que viven con malos empleos, malos sueldos, un transporte público insoportable, al menos en la Ciudad de México”, comenta. “Solo podría exigirle al espectador privilegiado, que sea más responsable con lo que consume, a personas que tiene un nivel educativo más alto, que tienen más tiempo y más posibilidades de educarse”.
“Solo podría exigirle al espectador privilegiado, que sea más responsable con lo que consume, a personas que tiene un nivel educativo más alto, que tienen más tiempo y más posibilidades de educarse”.
Así, tener una dieta cultural balanceada es una responsabilidad que puede exigirse a quien tiene las posibilidades. “Así podría pedirle que consuma Mubi, que sepa quién es Jean-Luc Godard, que conozca a Dostoevsky, que de repente lea sobre cine. No es que uno sea mejor o peor persona por conocer ese tipo de cosas, pero cuando hay posibilidades, debe asumirse cierta responsabilidad con la cultura”, asegura el crítico de cine.
Daniela Michel coincide con el deber del espectador de acuerdo a sus posibilidades. “Es muy importante que las personas tengan más disciplina para buscar otras cosas. Es importante desconectarse y leer en casa para tener cosas nuevas. Hay que tener más ganas por buscar cosas estimulantes, no cosas tan genéricas, independientemente de que están muy bien producidas, tienen mucho presupuesto”, comenta quien ha impulsado por 17 años el festival de cine más importante de México.
Alonso señala que lo peligroso no es ver cine comercial, sino hacerlo de forma única. “No es malo que alguien consuma película de Marvel o DC Comics, sino que el consumo exclusivo de este tipo de películas es peligroso porque es lo que provoca un mercado de uniformidad”, apunta. Son películas que pueden llegar a resultar un poco peligrosas porque censuran mucho la otredad y la diferencia.
“Lo que veo en las películas de superhéroes es que simplemente han creado una fórmula que se repite una y otra vez hasta que se agoten. En Hollywood solamente buscan repetir películas que tuvieron éxito para seguir generando éxito económico. A ellos no les importa la estética, ni lo cultural”. Muchas veces vemos es que un súper villano tiene un cuestionamiento hacia el statu quo y es presentado como un terrorista o un psicópata malévolo que está queriendo destrozar no solo el estado de las cosas, sino la noción del bien, ejemplifica Díaz de la Vega.
“No es malo que alguien consuma película de Marvel o DC Comics, sino que el consumo exclusivo de este tipo de películas es peligroso porque es lo que provoca un mercado de uniformidad”
“No soy especialista en la industria de producción de Hollywood, pero puedo decir que espero que el público cada vez apoye más las películas con historias originales. Pero si únicamente veo una película de estos superhéroes en su versión 18, es cansado. Lo que realmente perdura son las historias originales”, comparte Daniela.
Recientemente anunciaron la producción de la película número 25 de James Bond , y este mes estrenó la nueva versión de El Rey León, mostrando que Hollywood simplemente se limita a continuaciones y películas derivativas de historias creadas hace décadas. ¿Debería culparse al espectador por consumirlas e incentivar el enriquecimiento de unos cuantos estudios?
“Por un lado los consumidores van a exigir el tipo de cosas que ya les gustan y por otro, compañías y distribuidoras les entregarán esos productos y van a asegurarse de seguir produciendo ese mismo tipo de obras, mientras haya un público expectante de ellas”, comenta el crítico de cine. Por ello, más que cambiar hábitos de consumo, explica que lo necesario es cambiar de las sociedades y las condiciones culturales.
“Es muy difícil pensar que la audiencia espontáneamente buscará nuevas opciones, la crítica de cine busca de algún modo llamar la atención a otro tipo de obras, pero no toda la crítica de cine se comporta así”, continúa. “Estamos en un periodo salvaje del capitalismo y la crítica está contaminada de esto, hay una crítica que se comporta como una agencia de relaciones públicas de los estudios. Hay muy poca crítica que está enfrentando las dimensiones inabarcables de Hollywood, sobre todo de ciertas compañías muy específicas como Disney que tiene la mayor parte del mercado y recibe la mayor parte de las ganancias. No creo que por allí se puedan cambiar las cosas”.
Por ello se necesita acción política para incluir la enseñanza de cine en las escuelas de la misma forma que se enseña literatura, drama y poesía. “En el siglo XIX y XX con el auge de la escuela pública se enseñaron estas formas precisamente porque eran las más comunes, las que generaban las conversaciones en las mesas, en las fiestas, hoy son las series de televisión como Game of Thrones , Big Little Lies, las series se han convertido en el centro, antes de ella quizá eran las películas, las ganadoras del Oscar o las nominadas”, concluye Díaz de la Vega.