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La noche que los Arctic Monkeys se quedaron fríos en México

Simple y con poco encanto. La mejor banda de rock actual fue superada, ampliamente, por The Hives.
lun 25 marzo 2019 12:24 PM
Artic Monkeys
Artic Monkeys

Las expectativas eran altas. Casi seis años después de su anterior visita a México, y a uno del lanzamiento de su álbum más reciente –Tranquility Base Hotel & Casino (2018)–, y a un par de días de la presentación de los Arctic Monkeys en el festival Pa’l Norte, en Monterrey, la banda encabezada por Alex Turner se presentó en el Foro Sol de la Ciudad de México.

Dejando en claro que ellos, y no los asistentes, estarían a cargo de la noche, la banda inglesa inició puntual; sonaron los primeros acordes de “Do I Wanna Know?” y la emoción acumulada por sus seguidores durante años explotó.

Para que un concierto sea memorable –que es lo que uno espera como mínimo de una banda de esta talla–, existen dos elementos que deben sincronizarse: una público emocionado y una banda que ofrezca un espectáculo a la altura de las expectativas.

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Los contoneos en el escenario y la voz de Alex Turner, los mismos que han hecho del uno de los sex symbols contemporáneos, bastaron para encender el ánimo de los casi 70 mil asistentes al recinto. Desde el primer bloque del playlist, conformado “Brianstorm”, “Snap Out of It”, “Don't Sit Down 'Cause I've Moved Your Chair” y “One Point Perspective”, dejaron claro que el recital, a pesar de formar parte de la gira Tranquility Base Hotel & Casino Tour, para promocionar su disco homónimo, pintaba para ser una noche dedicada al público, a los que no habían visto su espectáculo y a aquellos que iban a escuchar sus canciones favoritas. Lo cual, como era de esperarse, funcionó.

El segundo bloque de canciones: “I Bet You Look Good on the Dancefloor”, “Library Pictures”, “Knee Socks”, “The Ultracheese” y “Teddy Picker”, mantuvo la emoción de los asistentes pero a medida que transcurría el concierto, las deficiencias fueron evidentes.

El público cumplió con la parte que le correspondía: mantenía la energía y la disposición para acompañar a Turner, Helders, Cook y O’Malley en los coros. Sin embargo, la actitud fría y distante del ‘frontman’, quien apenas interactuó con el público y sólo pronunciaba palabras en español para congraciarse, quedó patente, aunque tampoco evitó que recibiera ovaciones y una que otra propuesta de matrimonio.

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Todos querían llevar un poco a casa de la noche en la que vieron a los Arctic Monkeys; de ese momento en que bailaron y brincaron con “Dancing Shoes”, de cuando pensaron en sus malas decisiones “Why'd You Only Call Me When You're High?” o bien, cuando pensaron –entre los mares de luces en las gradas– en aquella persona que aún no superan con “Cornerstone”.

Artic Monkeys
Artic Monkeys

El público estaba en su punto. La banda tenía la oportunidad perfecta para interactuar con los asistentes… y lo dejaron ir.

El 'playlist' continuó sin sorpresas con una mezcla de canciones de tres discos: “505”, “Tranquility Base Hotel + Casino”, “Crying Lightning”, “Pretty Visitors” y “Four Out of Five” perfilaron el final del concierto cuyo audio mal ecualizado ocasionó que, por momentos, la voz de Alex se perdiera entre el sonido de los instrumentos, lo que no impidió a los asistentes disfrutar la hora y cuarenta minutos de concierto.

Finalmente, tras unos minutos lejos del escenario, Turner y compañía regresaron para cerrar la noche con un encore conformado por “Star Treatment”, “Arabella” y “R U Mine?”, canción tras la cual las luces se encendieron y la gente comenzó a salir.

Artic Monkeys
Artic Monkeys

No importa el nombre en el boleto, los conciertos son de las personas que van a ellos; de los que se desgarran la garganta cantando y salen con los pies destruidos de tanto bailar y brincar. Los conciertos son de las bandas que encienden a la audiencia, que te hacen gritar y que interactúan con la gente, le exigen más y juegan con ella.

No, el concierto no fue de Arctic Monkeys. La noche fue de las casi 65 mil almas que llenaron el Foro Sol con su energía y sus emociones a flor de piel. Y de The Hives.

Tu (no tan) nueva banda favorita: The Hives

Quienes se convirtieron en los héroes de la noche, superando a Arctic Monkeys, fueron The Hives . Con un setlist conformado por canciones de sus cinco discos, el más reciente publicado en 2012, la banda liderada por Pelle Almqvist se ganó a los asistentes al Foro Sol con sus interacciones.

"No queremos silencio". En un masticado español, con más intención que coherencia, The Hives reventó con los explosivos gritos del vocalista y su presencia cargada de energía arriba y abajo del escenario.

The Hives
The Hives

La autodenominada 'mejor banda sueca de rock' –algo que confirmaríamos tras su presentación–, interpretó un setlist a la medida de la añoranza: "Come On", seguido de "Walk Idiot Walk" y "Main Offender" –del ovacionado Veni Vidi Vicious, publicado en el 2000–, encendieron la mecha y dejaron al público listo para la desanimada actuación que llegaría después.

Completando el show, interpretaron "Paint A Picture", "Go Right Ahead" y "Good Samaritan" –nueva canción tocada únicamente en México, hasta ahora–, y "Won't Be Long" para dar paso a lo mejor de su repertorio con los aullidos de Almqvist y los riffs que hicieron a más de uno entrar al 'headbanging'.

The Hives
The Hives

Finalmente "Hate To Say I Told You So", con la que se ganaron el título de la mejor banda sueca de rock, "I'm Alive" y "Tick Tick Boom" dejaron a los asistente con un gran sabor de boca y con ánimo de explotar el recinto con Arctic Monkeys. No fue así, The Hives fue lo mejor de la noche.

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