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'Puras Cosas Maravillosas', nuestra recomendación de teatro en Foro Lucerna

El actor mexicano Pablo Perroni, protagoniza un monólogo asistido que explora en los valores simples de la vida.
mié 18 abril 2018 05:43 PM
Pablo Perroni
Pablo Perroni Momento de la obra Puras cosas maravillosas (Foto: Cortesía Puras Cosas Maravillosas )

Pasan de las 20:30 horas. Puras Cosas Maravillosas lleva algunos minutos de retraso. Los tolerables en la noche de un estreno o un re-estreno como es el caso. El público espera en las escaleras del Foro Lucerna para poder ocupar sus asientos y que entonces comience la función. De pronto el actor Pablo Perroni saluda con un gesto: la señal de que la función está por comenzar.

Cuando el público termina de ocupar las cuatro secciones de butacas distribuidas según los puntos cardinales, Perroni se instala casi de un salto en la silla que se encuentra al centro de una de las primeras filas. De pronto un oscuro y solo una luz sobre el protagonista. Allí, arranca la premisa de esta obra escrita por el dramaturgo británico Duncan Macmillan y el actor irlandés Johnny Donahoe: un niño que comienza un lista con las cosas que él considera más bellas de la vida: el color amarillo, el helado, las cosas que tienen rayas… todo con la intención de que su madre no intente “cosas estúpidas” de nuevo.

Este es un espectáculo unipersonal, aunque su definición más precisa sería un monólogo asistido ya que, si bien toda la historia está narrada desde la visión de un niño de siete años que crece marcado por los intentos suicidas de su madre, el histrión en escena echa mano del público cuando es necesaria la presencia de una veterinaria, una profesora, el padre del protagonista e incluso la del amor de su vida; un asunto que activa la interactividad y coloca a los asistentes al centro de la ficción.

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Pablo Perroni
Momento de la obra

Perroni es dueño de la escena. Tan solo un tapete creado con millones de pedazos de papel, es necesario como pieza escenográfica. Una libreta, algún libro y uno que otro elemento de utilería. El resto es el trabajo del actor, quien logra convertir esos limitados recursos en algo más: una chamarra en un moribundo perro, por ejemplo. La complicidad del histrión con el respetable, es vital. Sus reacciones e interacciones marcan el ritmo. La dinámica está abierta al azar.

El tono de esta obra podría confundir al espectador quien, en un primer momento, siente estar en medio de una charla motivacional o de superación personal; sin embargo, la profundidad, el histrionismo y el evidente trabajo de Sebastián Sánchez Amunátegui como director, lo ubican en una reflexión de cómo la depresión impacta y transforma a lo que tiene alrededor.

Otros dos elementos vitales en la escena son, por un lado el ejercicio de iluminación que plantea Isaías Martínez como recurso dramático y la playlist que se presenta a lo largo de los cerca de 80 minutos que dura el montaje y en la que se perciben géneros como el jazz, blues y R&B.

Pablo Perroni
En esta obra la interacción es vital

En un solo acto acompañamos a este pequeño que madura a la espera de que su madre encuentre un sentido a su vida. La lista que comenzó con solo algunas cosas valiosas por las que vale la pena vivir, llega a millones de ellas cuando el personaje aterriza en la edad adulta, etapa en la que remata esta historia. Al final, el público reconoce el trabajo en escena con aplausos de pie. Perroni se lanza a confesar el número uno de su personal lista de cosas maravillosas: su pequeña hija. El público -por lo menos algunos de ellos- agrega a la suya “ir al teatro”.

Puras Cosas Maravillosas se presenta todos los martes a las 20:30 horas en el Foro Lucerna, ubicado en Calle Lucerna 64, Delegación Cuauhtémoc en la colonia Juárez de la Ciudad de México.

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