'Mindhunter': la nueva serie de Netflix que verás en un maratón
Para cualquier fan de Seven, El club de la pelea o Gone Girl no se necesita agregar mucho más. El nombre de David Fincher es garantía suficiente para saber que Mindhunter, la nueva serie de Netflix, es un thriller de esos que generan adicción progresiva. Sin necesidad de rebuscados recursos narrativos o sofisticados movimientos de cámara, Fincher nos envuelve una vez más en uno de sus mundos cuasi monocromáticos para hacernos testigos del desarrollo del departamento de Ciencias de la Conducta del FBI y no soltarnos hasta el último minuto del episodio final de la temporada.
Como toda obra de Fincher cada escena de Mindhunter está planeada y compuesta meticulosamente para lograr el mayor dramatismo y suspenso, al que se suman una ambientación excelente y un soundtrack que sólo aparece a manera de fondo para realzar la época y el contexto. Todo para dejar en primer plano a lo más importante: una serie de personajes a los que vemos evolucionar, con toda su humanidad o monstruosidad, en una historia que por momentos se antoja más parte de la vida real que producto de la imaginación de sus ocho guionistas.
Mindhunter nos presenta al negociador de rehenes Holden Ford (Jonathan Groff) un joven rígido y bien portado que, al estar bastante frustrado en su área de trabajo, acepta colaborar con el agente Bill Tench (Holt McCallany), el único integrante en 1979 del poco reconocido departamento del FBI encargado de analizar las causas del comportamiento criminal. Tras la reciente captura de Zodiaco, Ford y Tench comienzan poco a poco a darse cuenta de que los motivos comunes como el robo o los crímenes pasionales ya no se ajustan a una nueva generación de asesinos que, aparentemente, mata por placer. Su búsqueda los lleva a encontrarse con todo tipo de monstruos, quienes les revelarán las respuestas que nadie se había atrevido a preguntar.