Steve Carell, una estrella atípica que estuvo a nada de no serlo
Hollywood es una industria en donde la juventud es tan importante para los actores como lo es para los futbolistas; sin embargo, existen algunas raras excepciones de éxito tardío y uno de ellos es Steve Carell.
El actor y comediante era ya maduro, casi en sus cuarentas, cuando comenzó a figurar con personajes pequeños o secundarios en películas como Bruce Almighty, Anchorman: The Legend of Ron Burgundy y Bewitched.
Sin embargo, en términos de estrellato, era prácticamente nadie en el mundo del cine antes de protagonizar The 40-Year-Old Virgin, película que filmó cuando tenía 43 años y fue un éxito que hizo despegar su carrera.
Pero, curiosamente, el filme estuvo a nada de ser cancelada por el estudio Universal Pictures, algo que habría cortado la carrera de Carell y todo se debió a su apariencia.
“Después de la primera semana de filmación, Universal nos canceló. Habíamos tenido una pausa de rodar y el director Judd Apatow se acercó y nos dijo eso. Cuando hablamos con los ejecutivos nos dijeron que habían visto algunas escenas y me dijeron que yo parecía un asesino serial. Me dijeron que esa no era una comedia. Yo me sentí muy desmolarizado”, explicó Carell en entrevista a Conan O'Brien.
Sin embargo, su trayectoria tras su primer protagónico en esa comedia —que costó sólo 26 millones de dólares y recaudó 177 millones— se fortaleció al estelarizar la adaptación de la serie inglesa The Office (2005-2011), creada por Ricky Gervais. Ésta le valió un Globo de Oro en 2006 por interpretar al personaje principal, Michael Scott.
Ahora es uno de los actores de comedia mejor posicionados en Hollywood y su fortuna está valuada en 45 millones. Además, logró lo que pocos comediantes —como Robin Williams— al probar que su rango como es amplio: estuvo nominado al Oscar por interpretar al millonario John du Pont en el drama Foxcatcher (2014).