El día que Elvis visitó a Nixon
Elvis Presley trascendió su estatus de estrella del rock and roll. Sus excentricidades y su estética —las patillas largas, las joyas, los lentes, los trajes hechos a medida y, claro, esa capa (como si fuera un superhéroe)— le dieron un halo completo de personaje con potencial para ser el protagonista de una ficción.
Aunque ya muchas veces ha sido interpretado en la pantalla grande, la directora Liza Johnson reconoció este aspecto del artista y lo llevó un paso más allá. Lo que hizo la cineasta en el filme Elvis & Nixon (2016) fue centrarse en un hecho histórico, ocurrido en 1970, y a partir de él tomarse licencias creativas para representar un extraño momento en el que se funden la política y el entretenimiento.
Esta comedia protagonizada por Kevin Spacey y Michael Shannon, quienes dan vida al en ese entonces presidente de Estados Unidos y al Rey del Rock and Roll, retrata lo que pudo haber pasado en la Oficina Oval entre dos personajes tan diametralmente opuestos como lo eran ellos. En ese momento, Elvis era amado por el pueblo norteamericano y Nixon experimentaba los niveles más bajos de popularidad de un presidente.
“Lo que me atrajo del guión, que está inspirado en un evento real, es que lo que aconteció en esa reunión es un completo misterio. Y la película entonces es algo tan real como imaginativa”, explicó Shannon durante la promoción de la película.
Los dos tenían diferentes agendas para ese encuentro: el cantante quiso visitar la Casa Blanca porque tenía el anhelo, que rayaba en el delirio, de que lo hicieran un agente secreto; mientras que el presidente pensó en tomarse una foto con un ícono pop para contrarrestar su mala imagen. Sin embargo, esa imagen le costaría una de las conversaciones más bizarras que quizás han ocurrido en la Casa Blanca.
“Michael y yo no estábamos interesados en hacer imitaciones o caricaturizar a estos personajes. Tratamos de llegar a la esencia y así mostrar quiénes fueron estos hombres. Pero a pesar de lo alocada que es la circunstancia en la que se encuentran, todo es muy serio… pero en el fondo todo es muy divertido”, explicó Kevin Spacey sobre este filme.
Spacey se preparó para este personaje escuchando muchas horas de las grabaciones privadas que finalmente provocaron el impeachment de Nixon y decidió incluir más groserías a sus diálogos porque así era como hablaba el expresidente.
En cambio Shannon dice que se centró en el lado más espiritual de Elvis, algo que pocas veces se ha capturado en la pantalla, según él. En el proceso se sorprendió al descubrir que leía muchos libros sobre espiritualidad y era una persona muy reflexiva.