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Orchestral Manoeuvres in the Dark tendrá un show especial en México

El 2 de agosto, OMD se presenta en el Pepsi Center de la CDMX y pudimos platicar con Andy McCluskey previo a este concierto.
lun 31 julio 2017 01:05 PM
OMD
OMD No te pierdas su show en el Pepsi Center.

Cuando Orchestral Manoeuvres in the Dark lanzó en 1983 su cuarto disco Dazzle Ships, la banda inglesa estableció un nuevo capítulo en la era de la música electrónica que tomaba lo mejor de Kraftwerk y le añadía una grandilocuencia sonora inédita.

Estaban escribiendo las primeras notas del sonido del futuro con un álbum vanguardista, pensante y con un discurso social que involucraba el declive industrial, la Guerra Fría y la amenaza de una guerra mundial. Sin embargo, el disco era tan ininteligible y elaborado para la época que el grupo tuvo que renunciar a sus ideales futuristas y redimirse a melodías simples y pegajosas.

En 2010, Andy McCluskey (cantante y bajista) y Paul Humphries (tecladista y vocalista) finiquitaron las rencillas que los distanciaron a finales de los años ochenta. OMD tuvo un regreso tímido con History of Modern, pero marcó la reunión del grupo original que tocó en el álbum de 1981, Architecture & Morality. “Se trata de crear nuevos caminos, no de emular a lo que fuimos”, me decía en aquél entonces McCluskey. "El pop necesita reivindicación, parece estar diseñado para sonar de fondo en una reunión, pero es necesario darle un nuevo significado. No se trata de una comida rápida. La música ha perdido todo sentido".

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El grupo está tratando de entrar en forma. En 2013 lanzó English Electric y este año presenta Punishment of Luxury. ¿Cómo es hacer música para OMD en la era de Spotify, del iPod, del download, de las disqueras en camino a la extinción?

Es como estar en la dimensión desconocida. La industria de la música está terminada, sin embargo, la gente sigue interesada en la música, quizás no en la manera como era antes, cuando la música era parte de un arte con la elaboración cuidadosa de portadas de los viniles, pero sí en un nuevo lenguaje que incluye YouTube o Facebook. No creo que una de las maravillas del mundo haya colapsado [la música], sino más bien, ha nacido una nueva, con todas estas cosas. Es la manera que la gente tiene de comunicarse ahora.


¿Crees que las nuevas generaciones le dan el valor necesario a la experiencia de escuchar un disco?

Cuando tomo el iPod de mi hijo, un adolescente, descubro que la música ya no es tan importante como lo fue, ahora sólo compilan música por divertimento, no les importa tener a Daft Punk y Kanye West enseguida de The Monkees. Creo que lo que les apasiona es dar un click en download y luego delete (risas).

Al parecer la última gran revolución de la música la dio el grunge, donde la juventud se identificó con un género y le dio significado, mensaje, expresión, filosofía, ¿no crees?

Definitivamente. Los chicos ya no usan a la música como un canal de expresión. Pienso en “Enola Gay” que hablaba sobre el fatalismo nuclear, tenía un mensaje, una demanda. La función de la música pop ahora se remite a Lady Gaga. Y puedo decir que tiene cosas corrientes, pero "Poker Face" es una proeza con un gancho melódico admirable. Creo que la juventud ya no tiene inocencia, ya no vive con miedo como nosotros tuvimos al vivir bajo la sombra de la Cortina de Hierro. ¿A quién le importa ahora escribir canciones de amenaza mundial si hasta en eso se ha perdido el encanto del misterio, cuando ya existe WikiLeaks (risas)?

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