Ozark: Rednecks vs. Narcos mexicanos, lo nuevo de Netflix

Ozark (2017)
Directores: Jason Bateman, Andrew Bernstein, Ellen Kuras, Daniel Sackheim
Elenco: Jason Bateman, Laura Linney, Julia Garner, Jason Butler Harner
Género: Suspenso, crimen
Calificación: **** (de cuatro)

¿Qué es el dinero? Es la diferencia entre los que tienen y los que no. El dinero lo es todo cuando no lo tienes; es la unidad de medida con la que se miden las decisiones que un hombre hace en su vida.

Con esta reflexión arranca Ozark, la nueva serie de Netflix en la que Justin Bateman demuestra de una vez por todas que su talento alcanza para más que las comedias románticas a las que nos tiene acostumbrados. Aunque ya había dado cierta muestra de lo que traía guardado en Arrested Development –por la que ganó un Globo de Oro–, nada como lo que logra a través de su personaje, Marty Byrde, un asesor financiero y genio de los números cuyas decisiones de vida están a punto de pasarle factura.

Cuando el jefe del cartel mexicano para el que lava dinero descubre que le han estado robando, Byrde se verá obligado a mudar a su esposa, interpretada por Laura Linney, y a sus hijos a Ozark, Missouri, una comunidad de rednecks en donde la gente es mucho menos estúpida y más hostil de lo que piensa.

Bateman no sólo sorprende con su actuación, sino también por su labor como productor y director de esta serie que, además de mantener el suspenso y la intriga en cada capítulo, brinda una profunda crítica a la sociedad norteamericana a través de verdades que no pecan pero incomodan. Ozark aborda el tema del narcotráfico y su violencia más allá de la frontera para exponer su verdadera naturaleza como factor que impulsa y sostiene la economía, así como la doble moral de una sociedad cuya ética siempre dependerá del cristal de quien la mira.

Aunque en un principio los personajes pueden parecer sacados de un libro de clichés, los estereotipos poco a poco se transforman en un caleidoscopio que muestra todos los colores humanos: desde el más claro hasta el más oscuro que se manifiestan en cada personaje, dando por resultado una historia en la que los espejismos que ofrece el mundo actual se van destruyendo poco a poco a golpes de realidad.

Ozark retrata una vida en la que no hay suerte, destino, ni Universo Divino, tan sólo causa y efecto. Porque finalmente, son las decisiones que se toman y las acciones correspondientes lo que define la vida y su única unidad de medida: el dinero.