3 rockstars que estuvieron muertos y resucitaron
Dave Gahan (Depeche Mode)
El 28 de mayo de 1996, una mujer llamó al comisario del oeste de Hollywood para informarle que Dave Gahan –el líder y vocalista de Depeche Mode– yacía inconsciente en la tina del baño. El incidente ocurrió en el hotel Marquis de Los Ángeles. Al llegar los paramédicos, encontraron a Gahan inerte y no presentaba signos vitales. El músico tuvo un paro cardiaco luego de suministrarse una sobredosis de speedball, ese coctel lisérgico que ha mandado a varios personajes de vacaciones permanentes, como el actor River Phoenix o músicos como Layne Staley (vocalista de Alice in Chains).
Fueron dos minutos en los que el cantante inglés estuvo muerto. Luego de reanimarlo, Dave Gahan fue llevado a prisión, porque en Los Ángeles tratar de suicidarse es considerado un delito.
Nikki Sixx (Mötley Crüe)
El 23 de diciembre de 1987, Nikki Sixx se suministró una sobredosis de heroína. Camino al hospital, en la ambulancia, fue declarado muerto. Uno de los paramédicos logró resucitarlo dos minutos después, luego de inyectarle una dosis de adrenalina directo al corazón.
Eran los tiempos del disco Girls, Girls, Girls. Nikki Sixx vivía los momentos más sublimes del desenfreno, de la gloria, del consumo de la fama. Súbitamente, Nikki sabía que entre más droga, más poderoso, pero también más fuera de este mundo se colocaba. Cuando llegaron al hospital, Sixx despertó y se descubrió tumbado en la cama y con unos tubos en la nariz. Así que se los arrancó y salió de inmediato. No obstante, esas ganas disparatadas de estar “colocado” por la droga, lo llevaron a casa de unos amigos donde volvió a arponearse, a meterse la droga que pudo y estaba al alcance.
Esta anécdota sirvió para componer “Kickstart My Heart”, del disco Dr. Feelgood, dos años después de este día que Nikki Sixx arrojó un escupitajo a la muerte y regresó para pincharse más droga.
Dave Mustaine (Megadeth)
“Fue duro. Te lo puedo resumir en dos palabras: estuve muerto”, así dice Dave Mustaine a un periodista de Rolling Stone, para platicarle sobre aquella vez en 1993 cuando bajó al averno de sus propias adicciones, y su corazón dejó de palpitar. Sí, clínicamente, el guitarrista y vocalista de Megadeth estuvo muerto. Fue durante la gira del disco Countdown to Extinction. Otra de las víctimas del speedball, esa bola de poder que comprende un combinado de heroína y cocaína en una sola jeringa para ser suministrada vía intravenosa. Sí, un viaje VTP directo y sin escalas al otro lado.
Dave Mustaine dijo a Rolling Stone: “Exacto. Tuve una sobredosis y morí. Me llevaron a emergencias y llamaron a mi mujer para decirle: ‘Su marido acaba de morir. No se moleste en venir al hospital’. Y Dios me devolvió la vida. Estuve muerto un largo rato, si tienes en cuenta que tuvieron tiempo de buscar el teléfono de mi esposa, llamarla, darle la noticia. Pasó mucho tiempo hasta que creí la historia. Un empleado del hospital, que también es un consejero, me dijo: ‘Hermano, estabas muerto en la mesa. Y yo le respondí: Estás tratando de asustarme, para y regresa a tu trabajo’, e inmediatamente volví a drogarme. No paraba de consumir drogas, no paraba de emborracharme. Hasta que un día, mientras iba en el auto, hablé con mi esposa del asunto. Me dijo que cuando la llamaron del hospital y le dijeron que estaba muerto había pensado en que iba a pasar el resto de su vida sola. Entonces fue cuando los engranajes de mi cabeza frenaron en seco y comprendí que sí, que había sido verdad. Yo no vi ninguna luz blanca, ningún túnel; en todo caso, si había un túnel, estaba tan dado vueltas que ni cuenta me di”.