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6 músicos clásicos imprescindibles que no son Beethoven ni Mozart

Revisamos aquellos genios de la composición que la historia no ha recordado como debe.
lun 15 mayo 2017 07:00 AM
Música
Música Clásica

La música clásica cuenta con un poder emotivo que muchos otros géneros no pueden siquiera alcanzar. Quizás sea por la grandiosidad de sus composiciones, pero estos cinco grandes músicos probablemente merecerían más reconocimiento del que han recibido. Así, nos olvidamos de Mozart, Bach, Beethoven o Wagner para explorar seis músicos clásicos que han dejado su huella en la historia para ser olvidados, al menos en parte, por ella.

He aquí una lista con aquellos seis que, según nuestro punto de vista, necesitan ser reivindicados.

6. Dmitri Shostakóvich (1906-1975)

Shostakóvich inició su carrera en los primeros años de la Unión Soviética y mezclaba a la perfección la tradición musical rusa con elementos de las nuevas corrientes musicales de occidente. Así, óperas como Lady Macbeth de Mtsensk en 1934 o piezas como Sinfonía n.1 o La nariz muestran un verdadero maestro de la composición. Pese a que fue un miembro allegado del Partido Comunista e hizo composiciones para el propio Stalin, se ha discutido mucho sobre su probable disidencia, sin nunca sacar conclusiones en claro.

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5. Robert Schumann (1810-1856)

Si algo puede resumir la pasión romántica, estos son los dedos de Schumann sobre las teclas de un piano. Prolífico como pocos, comenzó su carrera como pianista hasta convertirse en el mejor de todo Europa. Sin embargo, una lesión en la mano truncó su carrera y, a partir de entonces, se enfocó en la composición para orquesta y piano. Además, sufría de "melancolía psicótica" y, lamentablemente, acabaría sus días trágicamente en un hospital mental.

4. Scott Joplin (1658-1917)

El ragtime clásico nunca hubiera sido un género de no existir Scott Joplin. Así, este compositor afroamericano sentó las bases para el jazz, el big band, a partir de sus obras y, pese a haber nacido en una familia obrera de Texas, supo sobreponerse a sus orígenes para crear piezas maestras y óperas como Treemonisha. Igual que Schumann, Joplin acabaría en un hospital psiquiátrico por demencia derivada de sífilis. No obstante, en los años 70 sería reivindicado a través de la banda sonora de la mítica película El Golpe y se el otorgaría un Pulitzer póstumo en 1976.

3. Francisco Tárrega (1852-1909)

El padre de la guitarra no es otro que este compositor valenciano. Su vida quedó marcada por una caída de pequeño a un canal y su visión acabó gravemente dañada. Aún así, compensó su discapacidad con un prodigioso oído musical y, consecuentemente, su padre le impulsó para convertirse en uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos. Una de sus obras más conocidas, aunque inconscientemente, es Gran Vals. Es en esta canción para guitarra donde encontramos el origen de la melodía de Nokia. Exacto, Tárrega es la mente detrás del tono de celular más reconocible del mundo.

2. Heitor Villa-Lobos (1887-1959)

El amor por la música folclórica de su Brasil natal hizo que Villa-Lobos se inspirara hasta el punto de crear una enorme labor musical. Alternando la composición con su otro trabajo como pedagogo, su patriotismo es lo primero que se puede apreciar cuando uno escucha las melodías de los Choros de guitarra. Además, era un multinstrumentalista prodigioso que sabía tocar el violonchelo, la guitarra, el clarinete y el piano.

1. Sergei Rachmaninoff (1873-1943)

Quizás el nombre de Rachmaninoff sea el más conocido de esta lista, pero se trata de uno de esos compositores cuya pisada en la música es poco conocida pero de aquellas que permanecerán para siempre en la historia. El ruso es considerado como uno de los últimos músicos románticos y clásicos en lograr expandir considerablemente la expresión en un piano, instrumento que exploraría en profundidad. Pese a que su trabajo no fue tan extenso como el de otros y tan solo completó seis sinfonías, estas constituyen una lección en perfección musical.

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