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West Hollywood: la ciudad donde el rock no ha muerto

En Sunset Boulevard está Amoeba, la tienda de discos más grande del mundo; las bandas locales aún sueñan con grabar discos y los soñadores se aferran a la esperanza antes de que la música muera.
vie 05 mayo 2017 07:00 AM
Amoeba
Amoeba West Hollywood

Sunset Boulevard es la calle de los sueños. Gente de todo el mundo ha venido a este lugar para entrar al negocio de la música, y eso ha sucedido desde que el rock & roll fue inventado. Sunset es una vía de 24 kilómetros de longitud. Se extiende desde el centro de Los Ángeles, recorre las colinas de Hollywood hasta llegar al Océano Pacífico. Una calle de contrastes y extremos, la metáfora de un mundo que vive de prisa, con emociones al límite y adrenalina de noche y día. Extraviarse en Sunset Blvd., deambular por Melrose Ave. o Hollywood Blvd. es descubrirse atrapado en esa telaraña de tiempos pasados, el presente y el futuro.

Los Ángeles es de los pocos lugares en el mundo donde la música nunca se ha ido. Los turistas interesados en el tema aterrizan en Los Ángeles y enseguida preguntan: “¿Cómo puedo llegar a Guitar Center?”, “¿Dónde está Amoeba Records?”, “¿Quién toca esta noche en el Whisky A Go Go, el Roxy, The Viper Room o The Echo?”. Esto no sucede en cualquier lugar, la gente viene sólo por el placer de conocer estos espacios donde bandas como The Doors, Metallica, Guns N’ Roses, Mötley Crüe o Red Hot Chili Peppers empezaron y, a partir de aquí, conquistaron al mundo.

EL PARAÍSO DE AMOEBA RECORDS

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En tiempos en los que la industria de la música vive sus momentos más agonizantes, las tiendas de discos independientes se han vuelto más importantes que nunca. Amoeba Records es el paraíso para los coleccionistas de viniles, CDs, cassettes, DVDs y Blu Rays. “Aún hay muchas personas que preferimos tener el CD o el vinil de un artista. Somos adictos al objeto”, me relataba alguna vez Nikki Sixx, bajista de Mötley Crüe.

“Vengo seguido a esta tienda porque aún creo en la música como expresión artística. Me gusta contemplar la portada, ver el diseño, las letras, entender lo que un músico quiso decir cuando hizo el álbum. Encuentro aberrante ver la portada de grandes discos en una pantalla de iPod”, me contaba Steven Wilson. La experiencia de entrar a esta tienda situada en el 6400 de Sunset es única: se respira el delicado perfume del acetato; aquí te pierdes por horas entre los laberínticos pasillos y el catálogo de más de 100,000 discos nuevos y usados de jazz, pop, punk, reggae, experimental, clásica, rock o cualquier género que se atraviese. Pero no sólo es música, también tiene cine de culto, asiático, documental, de autor y series de televisión. Sólo aquí te olvidas del iPod, de SoundCloud o Spotify. El download no cruza la puerta. Entrar a este espacio es ponerle play a una pasión en peligro de extinción, es volver a enamorarte de la música, regresa... recuerda... revive.

Beach Boys, Reba, Cash, Guns N Roses gangs all here!! 😎🎸🤘🏼 #laday #sola #amoebarecords

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LOS BARES DONDE NACIERON LAS GRANDES BANDAS DEL ROCK ANGELINO

Y para enamorarse otra vez de la música, es necesario buscar en otro tiempo y en otro espacio... Mi visita para buscar los restos materiales del pasado de West Hollywood relacionados con la música comenzó una tarde cuando un amigo me dejó en el Whiskey A Go Go, en el 8901 sobre el bulevar de Hollywood. El bar en sí es un hito histórico; después de la apertura en 1964, se convirtió rápidamente en un lugar de reunión de celebridades de Hollywood, rock stars e insaciables groupies. Ahí florecieron las carreras de The Byrds, Alice Cooper y The Doors, e incluso artistas británicos realizaron sus primeras presentaciones en ese lugar, como The Kinks, The Who, Cream, Led Zeppelin y Oasis. The Police hizo su reunión en este lugar en febrero de 2007. “Mis mejores recuerdos son en el Whisky A Go Go”, recuerda Nikki Sixx. “Vendimos tres noches seguidas, era el inicio de nuestra carrera. Fue la señal de que llegaríamos a ser grandes. En 1981, viví las noches más salvajes de mi vida en este lugar. Tengo un tatuaje que dice ‘Los Angeles’ a un costado de mi cuerpo. Los Ángeles estará conmigo hasta el último día de mi vida, ¿puede haber algo más significativo para mí?”.

A un lado del Whisky A Go Go se encuentra The Roxy, que abrió sus puertas en 1973; lo que era un club para caballeros, se convirtió en uno de los lugares favoritos de Bob Marley y David Bowie. Este lugar con paredes pintadas de negro y que alberga unas 500 personas, en 1974 se convirtió en la casa para The Rocky Horror Picture Show, que poco después motivó al dueño, Lou Adler, a convertir esta obra teatral en una famosa película. La historia de The Roxy Theatre está llena de íconos, desde comediantes y obras teatrales, hasta las presentaciones de Miles Davis, Bruce Springsteen, Nirvana, Jane’s Addiction y Pearl Jam, entre otros. En los años setenta, era fácil encontrarse a John Lennon pidiendo un trago en la barra, mientras que Sex Pistols ofrecía un concierto. Ahora, con suerte, puedes encontrar a Keanu Reeves en un concierto de Jack White o de alguna banda local.

En la acera de enfrente permanece The Viper Room, abierto desde 1993. Este bar es como viajar en el tiempo a los callejones más oscuros de los años ochenta. Aquí no hay concesiones para colores rosas, todo son chamarras de cuero negras, cabelleras largas y música heavy metal. Pero no hay de qué asustarse, todo es parte del show de nostalgia y de una moda que se resiste a desaparecer. El barman me dice: “Con suerte encuentras a Johnny Depp una de estas noches”. No es difícil, finalmente fue copropietario del lugar hasta 2004. “Igual puede llegar Tommy Lee (baterista de Mötley Crüe) o hasta hemos visto a Bruce Willis".

Pocos clubes puedes regocijarse en las glorias de su historia, como The Troubadour –ubicado en el 9081 de Santa Monica Blvd–, un bar que vivió la explosión de los años 60 y fue piedra angular del hard rock en los 80. A este lugar, Jim Morrison o Axl Rose le deben su gloria, pero también Radiohead o los White Stripes le han dado al lugar una vigencia perdurable. El lobby del lugar te recibe con una barra y cervezas internacionales, y una colección de fotografías cuando Guns N’ Roses eran mundialmente desconocidos. Otros espacios como The Echo y The Echoplex son espacios gemelos en los que la propuesta consiste en presentar a bandas independientes angelinas, pero también alternativas como Beck, NIN o el concierto sorpresa de la reunión de The Rolling Stones.

No hay lugar más fascinante que Sunset para entender la música punk, el glam metal, el desarrollo del grunge, el glamour, la ambición, la estética rock y los sueños de músicos y público. Sunset no sólo es el nombre de una calle, Sunset Boulevard es una historia de los sueños en curso, unos realizados y otros rotos, pero que se vuelve la arteria principal que le da vida a Los Ángeles.

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