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Las 72 horas en las que Churchill cambió la historia del mundo

Winston Churchill se enfrenta a una decisión que afectará para siempre el destino de la humanidad en esta majestuosa obra de teatro.
mié 15 marzo 2017 12:51 PM
Churchill
Churchill Teatro

La historia cuenta que un 26 de Mayo de 1940, con apenas 15 días como Primer Ministro, Winston Churchill se enfrenta a una decisión que afectará para siempre el destino de la humanidad: negociar un tratado de paz con Hitler a cambio de que Gran Bretaña renuncie a ciertos territorios estratégicos o llevar a su país, que ante la inminente caída de Francia quedará como el último bastión independiente europeo, a resistir la embestida de las fuerzas nazis.

Estos son los hechos que nos presenta la puesta en escena Tres días en mayo, a cargo de la directora Lorena Maza, quien con un uso minimalista de la escenografía y apoyo multimedia, logra llevarnos al interior de la sala de guerra en Downing Street en donde Churchill recurre a toda su astucia política para convencer a Lord Halifax y a su antecesor, Neville Chamberlain, de que a pesar de un ejército inglés diezmado que espera ser rescatado de Calais y Dunkerque, de una maquinaria de guerra inferior a la alemana y de la política aislacionista de Estados Unidos, pactar con Hitler no es opción.

Sin duda, interpretar a Winston Churchill no es tarea fácil, sobre todo tomando en cuenta la reciente actuación de John Lighthow en la serie The Crown, pero es aquí donde tanto la dirección de Maza como la interpretación de Sergio Zurita se cubren de gloria. A pesar de poseer una voz que al principio parece desentonar con el personaje, Zurita logra ir transformándose en Churchill a través de gestos y ademanes tan bien escenificados, que para el final de la obra uno está seguro de estar aplaudiendole al mismísimo “Bulldog” que logró inspirar a su pueblo para alcanzar la victoria.

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Con todo, es el libreto de Ben Brown (con una excelente traducción de Noé Morales), el que nos permite conocer íntimamente este pedazo de historia tan interesante, que hasta ahora empieza a ver la luz. Como bien dice Churchill en la obra: “No iba a permitir que quedara registro de que alguna vez los ingleses pensaron en rendirse, y a fin de cuentas, la historia la escribí yo”.

Trees días en mayo
Teatro

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