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La visita de Conan O'Brien que "prometía romper" los clichés de México

La visita del presentador americano ha dejado dudas respecto a sus alianzas.
jue 23 febrero 2017 03:16 PM
Conan O'Brien
Conan O'Brien Vicente Fox

Cuando el conductor del late night más famoso de la televisión actual anunció a finales de enero que grabaría un programa en nuestro país el público aplaudió su decisión. Conan O’Brien, la mente y cara detrás de CONAN en TBS, acababa de responder frontalmente a la promesa de un muro fronterizo y un racismo cada vez mayor en Estados Unidos de la era del Presidente Trump. Todo el staff, invitados y audiencia serían mexicanos y CONAN Without Borders: Made in Mexico prometía romper todo cliché existente de México existente actualmente en los Estados Unidos y constituir una posición firme con críticas al nuevo presidente republicano.

Así, el pasado 16 de febrero, Conan O’Brien aterrizaba en el aeropuerto internacional Benito Juárez de la Ciudad de México. El primer micrófono que se acercó a su boca tenía impreso un logo muy visto en México, el ojo de Televisa en blanco sobre un fondo azul y el showman respondería las preguntas del reportero en su particular español leyendo un discurso en español. “Soy Conan O’Brien. Me siento honrado de estar en su país. Yo sé que hemos tenido unos problemas entre México y los Estados Unidos pero no se preocupen. Yo voy a arreglar todo…”, aseguraba, “Durante mi visita quiero conocer su hermosa ciudad y a sus ciudadanos increíbles y espero que los pueda entretener. Si mi visita enoja a ciertas personas en mi gobierno, es posible que no me dejen regresar”. “¿Alguien tiene un lugar donde pueda dormir durante los próximos cuatro años?”, bromeó prometiendo guerra. A continuación, el personal de Televisa lo conduciría a su auto.

Al día siguiente por la tarde, Conan se daría un baño de masas en el centro de la Ciudad de México, paseando por la Calle Madero y el Zócalo, rodeado por legiones de fans. Ahí grabaría distintas cápsulas para el especial y respondería las preguntas de sus admiradores.

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Algunos periodistas de otros medios como Reforma o Milenio pudieron acercarse a Conan durante su visita hasta ayer, día en el que terminó la grabación de su programa. Los estudios en los que grabó su show eran, obviamente, los de Televisa en San Ángel, rodeados por el resto de prensa agolpada en la entrada. Aunque aquellos que se encontraban dentro, como el periodista Álvaro Cuevas de Milenio escribían desde el set: “Televisa brilló como marca, como anfitriona y como gran representante del talento nacional”. Ahí se sucedieron entrevistas a figuras destacadas como Vicente Fox o Diego Luna para atenuar las tensas relaciones diplomáticas con EU. El show también contó con la participación de la standupera Sofía Niño de Rivera y el chef Aquiles Chávez, con quién habló típicamente de gastronomía.

Sin embargo, no se limitó al estudio e hizo apariciones en dos programas a destacar, el primero es Despierta con Loret de Carlos Loret de Mola de Televisa News. La entrevista, en la que el americano volvió a asegurar las ganas que tiene de conectar con los mexicanos, culminó con un regalo algo estereotípico con un giro: una máscara de luchador inspirada en Donald Trump. Además, aceptó un cameo como vendedor de quesos en la telenovela Mi adorable maldición, se grabó también en el Foro 9 de los estudios San Ángel y será emitida en el canal Las Estrellas.


El grupo mediático más grande de toda Latinoamérica dominado Emilio Azcarraga Jean, con numerosas conexiones con el PRI, cuenta con un acuerdo de promoción en todo el continente con TBS, se demuestra en el siguiente tweet agradecido de Conan. Además, es dueña de empresas de todo tipo de campos como eventos en vivo, revistas, sorteos y deportes en vivo con más de 15,000 empleados y ingresos de 1.6 millones de dólares. Ellos han sido los encargados de traer y coordinar todo este periplo mexicano lleno de telenovelas, bandas de mariachis y tacos.

Sólo nos queda ver el próximo 1 de marzo el programa para averiguar hasta dónde llegan las críticas de Conan a Trump o si todo ha sido una maniobra publicitaria nutrida, quizás una vez más, por estereotipos.

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