Conoce al escritor mexicano que llevó su fanatismo por Bob Dylan a otro nivel
El escritor mexicano Alejandro Carrillo debuta con Adiós a Dylan, novela ganadora de la segunda edición del Premio Mauricio Achar/Literatura Random House. Esta historia iniciática se centra en Omar, un joven fanático de Bob Dylan que se enamora de Sara, un personaje tan caótico como magnético que pondrá su mundo de cabeza.
Se dice que la primera novela siempre es la más personal, ¿fue complicado escribirla?
Sí, creo que luego de seis años sólo pude terminarla cuando resolví yo mismo el nudo emocional que puse en esta novela. Escribirla fue catártico… hubo puntos en los que me dolía mucho y no quería avanzar.
La trama es una historia de amor, ¿pero cuál es el subtexto?
Es sobre los padres y los ídolos, que pueden ser figuras paternas también, y cómo terminar con ellos. Creo que todos en un punto debemos romper de manera simbólica con ellos porque ése es el primer paso para ser nosotros mismo… aunque después nos reconciliemos. En mi caso, mi padre no estuvo tan presente como hubiera querido y, en ese sentido, la novela es sobre la lucha por encontrar compañía y una guía. Omar lo hizo con Dylan; yo a través de Jack Keruac.
¿Es Omar tu alter ego?
No diría que sí, pero creo que él siente y piensa como yo en la adolescencia. No es un alter ego biográfico, aunque mucho de lo que le pasa parte de elementos emocionales míos, pero él se comporta distinto a mí. Creo a través de él viví todo eso que siempre me dio miedo experimentar.
Practicas kickboxing, ¿qué paralelismos encuentras entre la escritura y este deporte?
Aunque lo hago desde hace poco y soy malo, me gusta mucho porque creo que para escribir necesitas el mismo tipo de coraje. Al final, escribir es ponerte en riesgo de que te rompan la cara porque tienes que conectar con lo que te duele para poder narrar algo que sea honesto. El escritor explora sobre sí mismo y al final puede salir muy lastimado, pero también muy transformado. Escribir es un combate y no tiene nada de inofensivo.
¿Te sorprendió que Dylan ganara el Nobel de literatura?
No, porque siempre había querido que lo ganara. Lo merecía porque lo literario no sólo está en los libros. Dylan tiene canciones que retratan mi visión de la literatura: que ésta es una herramienta para transformarnos y sacar eso que tenemos escondido de una manera rabiosa. Fue muy loco cuando ganó, porque quienes sabían de mi novela me hablaron para felicitarme [Risas].