Conoce a la artista británica que se enfrentó a Trump

Frente a la Torre Trump, en plena Quinta Avenida de Nueva York, se agolpa la gente alrededor de una imposible mata de pelo rubia. Podría tratarse de Donald J. Trump, pero el hecho de que esté rodeado por modelos ligeras de ropa con pancartas que rezan “I’m not a slut” o “Don’t snatch my pussy” constituye la primera señal de que no lo es. Es un doble, caracterizado por la artista británica Alison Jackson como performance para dar a conocer sus libros, titulados Private, una colección de montajes fotográficos con famosos como Trump o la realeza británica que difuminan los límites de la realidad. Sobre la situación, ocurrida el pasado octubre, Jackson nos comenta en su perfecto acento londinense: “Los neoyorquinos siempre me cuentan cuánto lo odian. Pero cuando mandé al doble la gente vino corriendo para tomarse su selfie con él, hasta me empujaron”.

Poco después, Jackson volvió a sacar al mismo doble en una feria londinense. “Apareció un flashmob de niños de tres años agarrándolo de su pantalón llamándolo por su nombre de pila: Donald, Donald…”, recuerda, “el hecho resulta extraordinario y creo que es porque Trump parece una broma, una caricatura sacada de Los Simpsons o los Picapiedra”. Esto es lo que fascinó a la artista para incluirlo en su extensa obra.

La creadora afirma que se encuentra perpleja ante cómo el republicano ha logrado hacerse el rey de los medios y sospecha que, mientras hacemos caso a este reality show, él se está lucrando y creando una marca a través de la presidencia. Sus retratos tienen el objetivo de evidenciar la falsedad de la imagen. Su obsesión con ello comenzó en 1997, cuando expuso unas fotografías de una doble de la Princesa Diana tras su muerte. Los resultados fueron inmediatos: una generación vieja se indignó –quizás por sentirse engañados–, mientras que una más joven la entendió.

“Todo lo que busco con mi concepto es enseñar cómo nos engañan a través de la imagen, el discurso tan actual de las noticias falsas resulta hasta gracioso cuando piensas que los medios llevan engañándonos años”, asevera Jackson. Además, nos confiesa que cree firmemente que los medios se han visto muy beneficiados con el auge de Donald Trump y, pese a decir que no están de su lado, realmente lo están. “Sino se quedarían callados”, argumenta.

Jackson declara que lo que ella quiere como artista es mostrar la verdad, ni satirizar, ni burlarse. Aún así, reconoce que mucho de su público se suele reír viendo sus obras por placer culpable. “Si lo pongo rodeado de vaginas, es porque él dijo que le gustaban las vaginas. Será mucho menos gracioso cuando pase de verdad”, advierte.

En octubre, trasladó todo su material reciente a los dos tomos de Private, disponibles en Amazon y su sitio web , uno enfocado en la familia real británica y el otro en Donald Trump. En este último, se muestra al magnate/presidente teniendo relaciones sexuales con Miss México en el Despacho Oval, abrazado con miembros del KKK o probándose trajes de general. Para conseguir su publicación, Jackson tuvo que abrir su propia editorial con la ayuda de una amiga ante las negativas y quejas del mercado editorial. “Todos decían que era de mal gusto y preguntaban porqué lo muestro en el Despacho Oval”, reflexiona, “Yo respondía: es porqué ahí creo que es dónde ocurrirá”.

Tres meses después, su página web está colapsada y los libros de Trump casi agotados –aproximadamente 9,000 ejemplares–. Con una segunda edición en ciernes, Jackson se sorprende del cambio repentino de los medios que antes la condenaban y ahora la ponen en portada, como es el caso de The Guardian. No obstante, es sabido por todos que el nuevo presidente americano no se toma las bromas sobre su imagen a la ligera y suele demandar al autor inmediatamente. Alison Jackson dice no puede hablar sobre el tema pero sí dar su opinión: que las imágenes siempre se nos pueden volver en contra.

Puedes encontrar su libro, Private, aquí .