5 fotógrafos mexicanos opinan de la mejor fotografía de 2016
Burhan Ozbilici tiene 59 años y nació en Erzurum, al noreste de Turquía. Se describe como el hijo de un héroe de la Guerra por la Independencia turca que ha trabajado para diversos periódicos en el país, hasta que en 1989 se unió a las filas de la agencia fotográfica AP, dedicándose de lleno al fotoperiodismo.
Este turco, amante de la literatura francesa y rusa, fue quien nos robó el último aliento al cierre del 2016 con una imagen que le dio la vuelta al mundo en segundos. La fotografía es aquella en la que Andrey Jarlov, el embajador ruso en Turquía, se observa en el piso, muerto, mientras Mevlût Mert Altintas, un joven policía de 22 años, grita "Alá es grande" con la mano izquierda mirando al cielo y la mano derecha sosteniendo la pistola con la que acaba de matar a tiros al diplomático.
El perpetrador dictó otra sentencia antes de ser abatido a tiros: "¡No olviden Siria! ¡No olviden Alepo! ¡Mientras que no estén seguros, usted no estará seguro! ¡Los responsables de las atrocidades tienen que pagar el precio aquí!". Su acto en un contexto de miles de muertos que, incluso la Organización de las Naciones Unidas dejó de contar en 2014, se sumó a las decenas de aristas que el conflicto bélico en esta región ha dejado a la indignación.
La imagen de Ozbilici fue nombrada la mejor fotografía en el World Press Photo 2017 y también ganó la categoría Noticias de Actualidad. Bajo este panorama, elegimos a cinco fotógrafos mexicanos para que te ofrezcan una lectura de lo que esta instantánea representa en la historia del fotoperiodismo y del mundo.
Aquí el enlace de la serie completa
Christopher Vanegas
Como fotógrafo de nota roja sé la importancia y la fuerza de la imagen en este tipo de casos, aquellos en los que hablamos de violencia, ejecuciones, asesinatos. Lo relevante de esta imagen es que era un evento en el que había civiles, no era un momento en el que se pudiera presentar un hecho violento como sería estar en medio de un campo de batalla. Además, el personaje. Un embajador asesinado es algo que definitiva puede desatar una guerra.
La fotografía es muy ingrata, esos momentos se dan y hay que aprovecharlos. En cuestión de ojo, el fotógrafo fue muy oportuno y en cuestión de técnica, supo manejar muy bien su cámara, pese a las condiciones del hecho. Tuvo mucha precisión. He estado en medio de balaceras y cubierto hechos violentos y a veces caes en un estado de shock ante lo que estás viendo, pero Ozbilici logró captar con frialdad un momento de segundos y esto es parte de las cuestiones por las que ganó: la frialdad y el profesionalismo, no desaprovechó el momento.
Este reconocimiento es como ganar un Oscar. Es un logro muy grande en la carrera de los fotógrafos, es el máximo galardón del foto periodismo, el WPP ha tenido la dedicación de premiar a los fotógrafos durante más de 40 años y está con madre. Sin embargo, también es una responsabilidad muy grande. En Coahuila soy el único que ha logrado este galardón y por ende cada año me preguntan si me inscribí y si tengo ya material digno de un WPP. Para mí la fotografía es muy ingrata porque te puede dar momentos de mucha historia, de mucho valor y hay otros que implican un mayor esfuerzo pero que no van a tener el impacto de la fotografía inesperada. Esta fotografía que se galardonó es esto: un impacto, porque él estaba en le momento preciso y por eso la imagen tiene fuerza. No sólo se trata de un asesinato, se trata de un grupo inconforme, no de un individuo; esta imagen va más allá del hecho en sí, son sus implicaciones, su contexto.
Además, en este tipo de trabajo de fotoperiodismo se tiene que cuidar un tanto la dirección que se la ve a dar a la imagen por lo que pueda generar a la vista, no todos son capaces de ver un ejecutado o violencia y el fotógrafo tiene la responsabilidad de mostrar un hecho de esta magnitud de la mejor forma.
El WPP se caracteriza por premiar hechos violentos y hay mucha crítica sobre ello, pero hay que considerar que para cubrir este tipo de hechos, desde estar en una guerra, presenciar un asesinato son hechos que te hacen actuar en milésismas de segundos y tienes que guardar compostura para dar a conocer un hecho y es parte de lo que se premia, el valor, la dedicación, el riesgo del fotógrafo y el impacto que genera la ética de la imagen, del atractivo visual que tiene a pesar de ser un hecho violento.
* Christopher Vanegas es un fotoperiodista originario de Saltillo, Coahuila. En 2014 ganó un World Press Photo con su imagen "Víctimas del crimen organizado" en la que se observa a un grupo de policías llegar a una escena del crimen en las primeras horas del 8 de marzo de 2013. Aquí un enlace que muestra su trabajo:
Sergio Tapiro
Esta fotografía es una foto de muy alto impacto. Todo lo visual que tiene que ver con muerte y asesinato de seres humanos es un tema bastante complicado y desde ahí se veía que iba a causar polémica. ¿Por qué está causando polémica? Por que más que respuestas nos está causando una serie de interrogantes. Nos cuestiona a todos los que trabajamos en la fotografía. El premiar una foto de un evento así podría considerarse una invitación a que otros seres humanos continúen con estos discursos de odio o que se intenten más actos terroristas. Otra pregunta que me hago es si publicitar el odio puede generar más el odio, el tema ético alrededor es complicado. Estos son los miedos de los fotógrafos y quienes elegimos la fotografía, son miedos naturales.
Pero hay que analizar de que se Trata el World Press Photo. El WPP premia la labor de un fotoperiodista que se distingue a nivel mundial sobre otros compañeros y no se puede minimizar bajo ninguna circunstancia el trabajo de este fotógrafo turco. Nos demuestra que él era un profesional que estaba ahí, que aprovechó una cuestión de suerte porque él no iba a cubrir y sin embargo llevaba cámara, algo que le valió estos dos premios.
El año pasado en WPP, los que participamos vimos fotos poderosas, se veían muchos rasgos humanos e incluso la palabra que explotó en el ambiente todo el tiempo era la esperanza. En esta ocasión nos estamos remitiendo al odio, cosa que es complicada pero es un reflejo de los tiempos actuales que estamos viviendo.
El mérito sí es del fotógrafo, desgraciadamente le tocó llevarse el mayor galardón del fotoperiodismo con un pedazo de la historia doloroso. Él escucha el balazo, toma las fotos aún con el tipo apuntándole a la gente. Él es un profesional.
* Sergio Tapiro es un fotoperiodista originario de Colima, especializado en fotografías de Volcanes. En 2014 ganó el tercer lugar de la categoría Naturaleza con su pieza "El poder de la naturaleza" en el WPP.
Héctor Vivas
Las tragedias siempre van a existir, y el periodismo es el encargado de darlas a conocer a las masas. Hoy en día las tragedias o sucesos sumamente inesperados se cubren y se informan en su gran mayoría a través de imágenes levantadas por dispositivos móviles de testigos presenciales, que no necesariamente son periodistas.
Si el asesinato del embajador ruso en Turquía, Andrey Karlov, hubiera sucedido en un entorno sin fotoperiodistas, las imágenes o videos, muy posiblemente también las tendríamos disponibles. Lo valiosos de la foto del fotógrafo de la Associated Press, Burhan Ozbilici, es que es una imagen que no proviene de un móvil, es una imagen que fue registrada por un fotoperiodista, con formación, experiencia y el temple para poder resolver técnica y estéticamente en momentos tensión extrema.
Somos privilegiados de vivir en una época en el que se registra todo lo que sucede en el mundo. Pero también somos privilegiados de asombrarnos nuevamente por el desempeño correcto de una profesión y no tanto por el hecho violento per se.
No es justo decir que Burhan Ozbilici tuvo suerte, nosotros somos los que tuvimos la suerte de que él, junto con otros fotoperiodistas, registraran ese hecho con las herramientas que mejor saben utilizar, sus cámaras.
* Héctor Vivas es originario de la Ciudad de México y se ha especializado en la fotografía deportiva; su trabajo lo ha llevado a los eventos deportivos más relevantes del mundo. Actualmente trabaja para la agencia Getty Images.
Jorge Serratos
Cuando observé la imagen por primera vez en la redacción del periódico supe que esa foto sería premiada. No sólo por ser un evento muy trascendente y por que contaba con muchos requisitos, sino porque el principal es que el fotógrafo nunca dudó en realizar su trabajo y a pesar de las condiciones del momento, tomó la foto. Mantuvo serenidad y resolvió muy bien la toma a pesar de que el perpetrador seguía armado. Tiene todo: oportunidad, composición, luz y foco en la imagen; cuenta con los requesitos necesarios para ser una muy buena foto periodística.
Ozbilici nos muestra que no hay nada mas importante para un fotoperiodista que el momento que vive, porque ninguno se repite y que tienes la obligación de mostrar a la gente los hechos que le competen al mundo.
* Jorge Serratos es un fotógrafo mexicano que ha capturado desde 1993 los hechos más relevantes del país y de América Latina. Actualmente es fotógrafo del periódico El Universal.
José Luis Castillo
Lo que yo veo en esta foto que me llama mucho la atención es en primer lugar, la distancia tan estrecha a la que se encuentra el fotógrafo del asesino. Creo que el valor del fotógrafo al disparar una cámara a esta distancia de un asesino aún armado, que acaba de matar a un sujeto, es sorprendente.
Por otro lado veo que la actitud del asesino deja helado a cualquiera que sepa lo que este sujeto acaba de hacer: pareciera que está en un momento de éxtasis celebrando un logro, comparable a la actitud de victoria de un futbolista que celebra un gol o a la de un tenista que gana un punto final en un partido. Y junto a él, el cadaver de su víctima, el embajador ruso en Ankara.
La imagen parece sacada de una película de Tarantino; parece una escena de Reservoir Dogs: la vestimenta del asesino, su actitud de euforia, su mano que apunta a la victoria, el cadaver tirado y el arma recién disparada apuntando al piso, una ves que ha completado su misión. Si uno lo piensa, esta foto podría haber sido inspirada en esta película.
Fotográficamente hay que reconocer lo oportuno que resulta el fotógrafo: estar en el lugar y el momento preciso. Hay que reconocer que a pesar de lo impactante que pudo haber sido la situación, él logró una imagen muy bien compuesta, llena del drama del momento, y que cuenta la historia por sí misma: está el lugar, la víctima, el victimario y el arma asesina.
Al ver esta foto uno puede pensar que sólo estaban ellos y el fotógrafo, que no había nadie más, que no hubo resistencia por parte del cuerpo de seguridad del embajador, que el fotógrafo sabía lo que pasaría, pues se vuelve casi increíble su posición ante el hecho. Esto vuelve a la imagen sumamente impactante y contundente, capaz de dejar helado al espectador.
Sin duda es una imagen muy poderosa, shockeante, estremecedora y terriblemente violenta. Esto no es más que un retrato del mundo en el que estamos parados, que aunque es el mundo más vigilado de la historia, pueden pasar hechos como este.
*José Luis Castillo es el editor de fotografía de Grupo Expansión.