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Entrevistamos a Alex Honnold, el Messi del alpinismo

Alex Honnold es el único en el mundo en subir El Capitán sin emplear una cuerda de seguridad; esta hazaña fue retratada en 'Free Solo', documental que ganó el Oscar.
mar 23 julio 2019 09:12 AM
Alex Honnold
Alex Honnold haciendo free solo en El Capitán, en Yosemite, Oregoón.

Cuando a Alex Honnold , parado en una terraza del piso 43 del Hotel del London NYC, en Manhattan, se le pide que mire sus manos y diga lo primero que piensa al verlas, no duda en confesar que le fascinan. “Me encantan mis manos, creo que se ven muy fuertes”, dice Alex Honnold a Life and Style. “Me gustan mucho. Las veo y las siento como herramientas. Son la parte favorita de mi cuerpo”.

Sus manos —las que observa en primer plano durante un instante de esta entrevista, mientras tiene como paisaje de fondo, muchos metros abajo, Central Park— son desproporcionadas si se comparan con su cuerpo espigado. Tiene dedos largos y musculosos que, en efecto, son las herramientas que lo han hecho el único escalador en la historia en conquistar, sin la seguridad de una cuerda, los casi 900 metros de altura de la montaña El Capitán, en Yosemite, Oregón.

Alex es para el alpinismo lo que Lionel Messi para el futbol. Sus logros deportivos haciendo free solo, disciplina en la que un error le costaría la vida, lo han convertido en la figura más importante de este deporte y la imagen de The North Face. Ha atraído hasta el interés de Hollywood, pues uno de sus amigos más cercanos con el que escala es el actor y músico Jared Leto .

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En la cima.
El documental 'Free Solo' ganó el Oscar en su categoría. Fue dirigido por la pareja de cineastas y escaladores Elizabeth Chai y Jimmy Chin.

Ver los videos de Alex en acción obligan, irremediablemente, a preguntarse qué pasa por la cabeza de este escalador, mientras su cuerpo pende a cientos de metros del suelo, solo aferrado a pequeñas grietas. “Ahora mismo estoy viendo hacia abajo y la vista es muy cool, porque puedo ver Central Park. Creo que de alguna manera, el que esté aquí viendo hacia abajo responde bien a tu pregunta, pues cuando estoy escalando un punto que no es muy complicado, soy capaz de hacer lo que estoy haciendo ahora mismo: hablar con alguien, mirar al suelo y admirar el paisaje. Pero cuando estoy escalando un punto muy difícil, siento que me convierto en un gimnasta que está súper concentrado mientras ejecuta su rutina”.

Sin vértigo

Alex Honnold nació hace 33 años, el 17 de agosto de 1985 en Sacramento, California, y desde pequeño desarrolló pasión por escalar. Sin embargo, fue hasta los 19 años cuando empezó a hacerlo de tiempo completo. Dejó la carrera de ingeniería en la Universidad de Berkeley y se fue a vivir en su camioneta blanca a Yosemite.

Los documentales y reportajes que han hecho sobre él muestran este aspecto de su vida: un escalador fuera de serie que prácticamente vive solo en el bosque. Pero la vida de Alex cambió justo en el momento en el que decidió hacer historia y subir El Capitán, porque empezó una relación con una joven alpinista, Sanni McCandless, a quien conoció mientras presentaba su autobiografía, Alone on the Wall .

En el documental Free Solo, dirigido por Elizabeth Chai y Jimmy Chin, que se estrenó en el Festival de Toronto y obtuvo el Oscar a Mejor Documental, Alex se
enfrenta a una paradoja, porque por primera vez en su vida una persona empieza a ser igual o más importante que el deporte que ama. “Subir El Capitán es un sueño que precede a mi relación de pareja, pero seguro que de ahora en adelante pensaré mucho más en ella al momento que decida escalar otras montañas. Definitivamente es un reto equilibrar una relación con lo que hago”.

Alex confiesa que siente miedo, que a veces le aterra pensar que podría caer y morir, pero no lo suficiente como para dejar de hacer free solo. “Sigo pensando que si algún día dejo de hacerlo será porque perdí la motivación. Quizá si un día tengo una familia, el riesgo me parecerá inaceptable. Ya veremos...”.

Free Solo
Free solo es como se le conoce a la disciplina del alpinismo en que se escala sin la seguridad de una cuerda.

Le molesta un poco que lo tachen de adicto a la adrenalina, pues su motivación tiene que ver con el nivel de paz que le genera este deporte y no por la fuerza con la que uno pensaría que le haría latir el corazón. “Escalar es muy satisfactorio. Así que no diría que hacerlo me produce emoción porque hay muchas cosas que me resultan más emocionantes: hice salto en paracaídas y me pareció aterrador, pero dejé de hacerlo porque me pareció una locura muy grande y porque ya no me gustó. También me daba mucho miedo hablar en público, pero tras unos años de práctica ya no me da tanto. El punto es que cuanto más haces algo que temes, se vuelve menos aterrador”.

El escalador sin sueños

Cuando a Alex se le pregunta si a veces, literalmente, sueña que escala o si ese temor del que habla se ha traducido en pesadillas, ríe antes de responder: “Nunca sueño... o al menos no recuerdo ninguno de mis sueños. Así que duermo como una maldita roca todos los días. La sensación que tengo es que me apago en la noche y me prendo por la mañana”.

No cuesta trabajo creerle que duerme en paz. Si algo transmite Alex, es calma. Tiene un tono de voz tranquilo y se nota que mide cada una de sus palabras de la misma forma en que coloca sus pies y manos cuando asciende una escarpada. De hecho, así vivió la proeza de ser el primer hombre en escalar sin una cuerda El Capitán, el 3 de junio de 2016.

Sin punto de retorno
Una vez que se inicia la escalada free solo, no hay vuelta atrás, ya que resulta mucho más peligroso descender que seguir subiendo.

Fue una emoción grande cuando llegué a la cima, pero también muy tranquila. No tuve ganas de gritar ni nada de eso. Los últimos 100 metros fueron muy fáciles, así que sentí que estaba haciendo un sprint hacia la meta. Era como esos maratonista que llevan mucha ventaja y empiezan a levantar los brazos y a sonreír antes de acabar. Así que cuando llegué a la cima, ya había empezado a celebrar”.

Tras más de una década viviendo prácticamente en bosques de todo Estados Unidos en su camioneta, Alex compró una casa en Las Vegas junto a su novia y aunque hace free solo, él ya no está solo ni tiene la misma libertad que antes. Pero dice estar feliz de tener algo más a que aferrarse en su vida que no sea una grieta en la roca.

La verdad es que sí extraño un poco esa época en la que estaba solo en el bosque, siempre escalando. Estoy disfrutando como nunca, me gusta compartir mi vida con alguien, pero sí es cierto que extraño un poco esa parte porque todo era muy sencillo. Creo que eso nos pasa un poco a todos, es inevitable reflexionar sobre nuestro pasado y no sentir un poco de nostalgia”.

Free, pero no solo
Alex Honnold junto a su novia Sanni McCandless en su casa en Las Vegas.

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