Max Barrera, la vida detrás del skater más reconocido de México
Max Barrera nació para volar sobre una patineta. Lo supo cuando estaba por cumplir ocho años. Era un niño hiperactivo que encontraba calma contemplando las puestas de sol y el brillo de las estrellas en Guadalajara, su ciudad natal, a bordo de una tabla cubierta con trozos de lija de colores, fabricada especialmente por su madre. A esa edad nada le parecía imposible; ni siquiera convertirse en un rider del street style en México, un país que durante la década de los 70 apenas comenzaba a contagiarse de la fiebre californiana del skateboarding .
"Era una época muy diferente, la patineta no era tan popular como ahora. Yo la prefería sobre cualquier cosa. Patinaba para divertirme, quería sentirme libre. No he dejado de hacerlo con corazón", recuerda Max en una entrevista exclusiva con Life and Style.
Forjar una reputación como skater mexicano fue, quizá, uno de los mayores retos en la vida de Barrera. Su ídolo era Steve Caballero, una leyenda viva del patinaje urbano. Y para tratar de conseguirlo decidió aventurarse a vivir su propio sueño americano: "No me quedó de otra que irme a California en 2005. Allá estaba todo".
Max dejó a su madre y a sus hermanos Mirna y Bruno con el deseo de convertirse en un fantasista sobre ruedas. Aprendió el arte sobre las olas de asfalto de esta gran metrópoli por 11 años y tocó infinidad de puertas, hasta que por fin tuvo sus primeros patrocinios. "Por eso siempre les aconsejo a todos los que aman este deporte que viajen y rompan la burbuja. Solo así podrán conseguir lo que desean".
Además de esta gran recompensa, Barrera logró lo que solo unos cuantos: convirtió su habilidad en casi un talento nato y trascendió en otras latitudes, aun sin contar con el apoyo necesario. Lo hizo tan bien, que Vans decidió apoyarlo como hace con los talentos más destacados en Estados Unidos y otras regiones del globo.
"Allá apoyan 100 por ciento al patinador porqué lo ven como si fuera una profesión", asegura Max, quien ha representado a México en cuatro ediciones de X Games y es integrante del team Vans desde 2013.
Con el prestigio de un patinador consagrado, Barrera consiguió algo más que eso. Tras su regreso a México, justo después de convertirse en padre, tuvo el privilegio de ser elegido Action Sport Team Manager de la firma californiana. Y nadie mejor que él para este desafío mayúsculo. Ahora, Max lidera un proyecto que no es una ambición de la industria, sino una necesidad que surgió desde hace dos décadas para darle proyección y respaldo total a las nuevas generaciones de atletas skaters en México.
"Vans ha sido la primera empresa que está cambiando la forma de ayudar a transformar el patinaje en México. Apoya con sueldos, con viajes, con fisioterapias y trata de ver a los patinadores como atletas profesionales. Porque si algo puedo decir es que la diferencia entre la escena de varios países no está en el talento, hay la misma calidad aquí, sino en los apoyos. Y eso es lo que trataremos de hacer", afirma.
Después de más de 30 años desafiando las leyes de la gravedad, el increíble reto para el mexicano Max Barrera apenas comienza.