"La utilización de grid girls no corresponde con los valores defendidos por nuestra marca y está claramente en contra de las normas sociales actuales", así anunció Sean Bratches, director comercial de la
La medida, que pretende salvaguardar y mejorar la imagen de la mujer en esta disciplina, fue bien recibida por sectores feministas y en contra de la cosificación de las mujeres, pero para las trabajadoras que tienen en esta clase de actividades su principal ingreso económico, es todo lo contrario.
Tal es el caso de Mariana Geoffroy, modelo argentina de 25 años de edad, cuyas opiniones polemizaron y se viralizaron inmediatamente, pues defiende su ocupación y tacha al feminismo de "hacer que la mujer, con acciones como esta, pierda espacio y retroceda”.
"La F1 dejó sin trabajo a las promotoras de esa categoría, como paso acá en Argentina con el Súper Turismo Competición 2000, el TC 2000 y otros, en los cuales trabajé durante las últimas tres ediciones. Esto no pasó por culpa de ellos, es por culpa de las feministas que inducen a las empresas a que tomen diferentes medidas. Los que antes nos empleaban, ahora por miedo a cuestionamientos toman la decisión de no contratarnos".
Para ella, el feminismo "se está saliendo de control". Lo define como un
que se ocupa de que la explotación, dominación y otros tipos de violencia contra la mujer sean erradicados, pero " se les va de las manos y están prohibiendo todo. Elecciones de reinas de belleza, promotoras, ¿a dónde quieren llegar? Nosotras no fomentamos la violencia de género por ponernos vestidos cortos, en cambio ellas salen a las calles con los pechos descubiertos y pintados. No es la forma, de esa manera no van a llegar a nada, se ponen en contra de las que nos ganamos la vida laborando y no haciendo quilombo"."Pienso que son ellas mismas quienes cosifican y discriminan a nuestro grupo de mujeres, las que elegimos de forma personal realizar estas actividades", agregó Goeffroy, quien trabaja en eventos automovilísticos desde hace cuatro años y se preparó, con cursos y capacitaciones, para tener un mejor desempeño y mayores oportunidades.
Sus ganancias como promotora le sirven para sustentar a su familia: "Mi casa está conformada por cuatro personas y mi trabajo es de gran ayuda. Mi papá es jubilado y el dinero a veces no alcanza, por eso trabajo en esto, es un extra que hago".
El feminismo y sus incidencias en distinto ámbitos son para Mariana "una amenaza. Y no solo para mí y mi trabajo, sino para el de muchas, porque empiezan con las promotoras y después con qué van a seguir. Va a llegar el momento que no vamos a poder trabajar de nada porque para ellas todo sería cosificación de la mujer".
Sus declaraciones calaron hondo en la opinión pública de su país. Amenazas y advertencias le llegan por redes sociales, principalmente de grupos argentinos feministas.
“Que nos respeten y que entiendan que cada individuo ocupa un lugar, una profesión, un hobby, una vida. Por el hecho de no estar de acuerdo con alguna elección del otro, no tenemos derecho a prohibir. Considero que la mujer, con estas acciones. va perdiendo espacio, va en retroceso”, culminó la sudamericana.