El encanto congelado de las Olimpiadas de 2022
En general, pensaríamos que muchos países se pelearían por ser la sede de un evento deportivo con tanto alcance... resulta que no.
En México, no mostramos tanto interés por las Juegos Olímpicos de Invierno porque no contamos con muchos deportistas que asistan. Además, los deportes en nieve son ajenos para nosotros debido al clima de nuestro país pero en otros países sí es un evento de suma importancia.
A pesar de que muchas delegaciones participan y le dedican especial atención a sus deportistas, parece ser que las Olimpiadas de 2022 tienen una maldición.
Después de las Olimpiadas de Sochi, mismas que costaron 51 millares de dólares, muchos países han perdido el interés por ser la sede. ¿Un ejemplo? Noruega. El país nórdico renunció al evento deportivo. Oslo aseguró que el gasto es demasiado y retiró su candidatura. El Comité Olímpico no perdió tiempo y prometió ayudar con 880 millones de dólares, no bastó para convencer a Noruega.
¿Lo extraño de toda la situación? Olso no se quedó sola, Polonia, Ucrania y Estocolmo también le dijeron que no a las de Juegos Olímpicos de Invierno 2022.
¿A qué se debe está reacción en cadena? Razones hay muchas. La mayoría de los medios europeos, aseguran que la población relaciona las Olimpiadas con corrupción y mala organización. Después de ver todo lo que pasó en Sochi y la calidad de las instalaciones, no podemos negar que el evento deportivo perdió un poco de encanto. Además, el dinero invertido en este tipo de eventos no siempre se recupera y muy pocas economías (casi ninguna) se podría dar este lujo.
Después de la retirada de Oslo, Pekín y Almaty (Kazajistán) son las ciudades que quedan. ¿Quién crees que se quede con los Juegos de Invierno de 2022?