Entrevista con los directores nominados 3: The Big Short
No está nada mal que la primera película que dirige sin que el actor Will Ferrell sea el protagonista le haya dejado dos nominaciones al Oscar: una como Mejor director y otra como Mejor guión original. A veces, hay que abandonar el terreno seguro para poder ganar respeto.
Probablemente, Brad Pitt, productor de The Big Short y uno de sus protagonistas, tuvo muy en claro que para contar en forma amena y divertida cómo Wall Street estuvo a punto de hacer quebrar en 2007, con una gran burbuja inmobiliaria, a la sociedad estadounidense, era necesario alguien que entendiera muy bien el humor y, a la vez, fuera capaz de liderar a un gran elenco. Surgido de las entrañas de Saturday Night Live, y socio de Ferrell en Gary Sánchez Productions, McKay disfrutaba de una vida cómoda como uno de los directores y guionistas más sólidos de Hollwyood si de comedia se trataba. Realizador de filmes como Talladega Nights, y coautor del guión de Ant Man, McKay tiene ahora toda una nueva carrera por delante como director de cine para pensar.
¿Cómo fue que pasaste de hacer comedias delirantes a dirigir un proyecto como The Big Short?
Hice una película, The Other Guys, con Mark Wahlberg y Will Ferrell, en la que tratamos de hacer una sátira sobre el colapso financiero. Creo que la gente simplemente se rió del tema. Sentimos que no nos había salido como pretendíamos. Lo cierto es que, a partir de esa película, empecé a leer mucho sobre el mundo financiero y me obsesioné con el tema. Siempre fui una persona muy interesada en la política, y de pronto me di cuenta que 80 por ciento de la política es economía. Y cuando te pones a leer sobre esos temas llegas muy rápidamente a Michael Lewis y asi fue como una noche me puse a leer su libro The Big Short. Eran las nueve de la noche y no lo pude dejar hasta que lo terminé. Mi mujer no entendía lo que pasaba. Me imaginé que otra persona iba a adaptar el libro al cine, porque después de todo yo soy un hombre de comedia. Estaba seguro que nunca me lo iban a proponer. Mi agente me preguntó qué me gustaría hacer si pudiese elegir lo que quisiera, y yo solté The Big Short.
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¿Cómo fue la experiencia de hacer drama?
A mí me encanta la comedia. Siempre me la he pasado muy bien dirigiendo comedias. Tuve la suerte de trabajar a menudo con Will Ferrell, que es brillante y es el mejor socio que podría tener, pero siempre me han interesado otras cosas. La gente que me conoce no se sorprendió de que yo pudiera hacer una película comoThe Big Short. He escrito para The Huffington Post, también lo hice para un programa televisivo de Michael Moore años atrás, e hice mucho teatro en Chicago, antes de entrar en la televisión, que tenía elementos políticos.
¿Cuánto entiendes sobre las maquinaciones de Wall Street?
Creo que bastante. Aunque no mucha gente crea que el hombre que dirigió a Ferrell pueda saber algo sobre Wall Street. No soy un experto, pero he leído mucho. He hablado con muchos economistas y tengo mis opiniones. Esta película está basada en una historia real, por lo que no hacía falta ser un experto en el tema para dirigirla, pero creo que tengo un entendimiento bastante decente sobre cómo está estructurado, y cómo funciona.
¿De qué manera lograste un equilibrio entre todos los actores que participaron en el filme?
Siempre supimos que ésta era una película con un gran elenco por lo que iba a haber diferentes personalidades y cambios tonales. Desde un principio decidí que cada personaje iba a ser un arquetipo. El de Christian Bale, el doctor Burry, era el oráculo. El personaje de Carell es un poco como el héroe tradicional. Y luego están Jamie y Charlie, los jovencitos, que son los novatos. Y luego está Brad Pitt, que es Clint Eastwood. El viejo pistolero que vuelve a tomar las armas. Digamos que cada uno respondía a un arquetipo, algo que nos permitía que cada vez que cambiábamos de personaje también cambiara el tono de la película.
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