Alejandro González Iñárritu, el genio de Hollywood
Todos tenemos una voz interior que dicta lo que debemos de hacer y lo que no, y libramos una batalla con ese fantasma al que llamamos ego. Lo cierto es que a pocos se les habría ocurrido vestirlo de superhéroe, como lo hizo Alejandro González Iñárritu el año pasado, quien se dio el gusto de hacerlo al endulzar su paladar cinematográfico con un postre chiloso, como él mismo definió a su anterior película: Birdman: la inesperada virtud de la ignorancia.
En entrevista, el director nominado este año al Globo de Oro como mejor director:
¿Pensabas que aquella cinte te iba a dar el Oscar?
La verdad es que tenía pocas expectativas porque era una película muy experimental, muy académica. ¡Qué bueno que le guste a una cierta parte del público! Con eso ya me doy por satisfecho, es la verdad. Nunca pienso en los galardones que vendrán.
¿Sueñas —o has soñado— con los premios al crear historias para la gran pantalla?
No. No habría hecho películas como Birdman. Aquella cinta no era muy de Oscar, era más un experimento arriesgado. El Oscar tiene otra naturaleza.
¿Dónde y cómo nació la idea de retratar a aquel actor de Hollywood venido a menos?
El inicio de todo el proyecto fue la idea del ego, de explorar el ego y de cómo juega ante nosotros. Mi idea era hacer una exploración a profundidad.
¿Qué miedos personales motivaron la historia? ¿La crítica de la industria del cine?
No, yo creo que más bien es el sentido de las cosas. ¿Cuál es el sentido de las cosas? Creo que ésa es la pregunta que intenta contestarse en la película. Cuáles son las prioridades, cuál es el valor de las cosas reales. Creo que ésas son las preguntas que provoca el personaje de Michael Keaton.
¿Te has llegado a acostumbrar a la crítica? ¿Tiene algún impacto en tu ego?
Hay de todo, y creo que todo el mundo tiene ego, no tiene que ser cineasta o actor. Todos en la vida tenemos miedo al rechazo, todos nos embarcamos como en un viaje de validación, y a veces equivocadamente le damos el poder a la gente para validarnos. Y ése es el viaje del personaje de Birdman. Creo que todos en la vida experimentamos la necesidad de ser aceptados. Eso creo que es un tema universal que quise explorar a través de un actor.
¿Cuál es la peor parte de la industria de Hollywood? ¿Esa especie de submundo en el que caen los actores, como ocurre en Birdman?
No, no creo que sea algo relevante. En realidad eso puede ser un sentimiento perecedero y parte del negocio. Creo que depende de cómo lo abordes. Para un minero en África, puede ser irrisorio que eso sea un problema. Es un poco cómo el ego toma esas cosas, pero si lo ves con perspectiva, es irrelevante.
¿Cuál fue la dificultad del uso de plano secuencias en la filmación y en la trama?
Fue muy difícil técnicamente y, sobre todo, conceptualmente tener una película sin la posibilidad de editar. Implica un atentado a la naturaleza misma del cine. Hubo mucho trabajo para poder tejer una película así.
¿Hay algún paralelismo en la carrera actual de Michael Keaton con el papel que interpreta en la película? ¿Es intencional?
Pues sí, el vistió la capa de Batman e inmediatamente se separó un poco de la industria. Pero más que nada lo escogí por su talento histriónico. Es un tipo con una capacidad enorme en la comedia y en el drama, algo muy difícil de encontrar. Me parece más importante que lo otro, bueno, ese hecho sí le da una autoridad al papel.
¿Qué tiempo necesitaste para sacar adelante el proyecto?
Bueno, me tomé cuatro años para poder convertirlo en realidad.
¿En qué momento te das cuenta que un proyecto está listo para arrancar y ser filmado?
Bueno, pues cuando alguien pone dinero ja, ja, ja. El cine necesita dinero y sin él no podemos hacer nada. Ése es el problema. Una vez que tienes el financiamiento, la cinta empieza a ser una realidad.
Bueno, pero Alejandro González Iñárritu ya es una marca con garantía de éxito, ¿no es así?
Pues digo, uno hace lo que puede. La verdad es que uno hace lo mejor, pero nadie tiene garantías. Hacer una película es un milagro, la verdad es que es casi imposible hacer una buena película porque hay tantas posibilidades de fallar, hay tantas cosas que pueden ir mal... cuando sale algo bien hay que celebrarlo en cualquier lugar. Ésa es la verdad.
Más allá de The Revenant, estás trabajando en un proyecto para televisión con HBO bautizado como The One Percent. ¿Qué nos puedes contar?
La verdad es que tuvimos suerte con este proyecto. Tengo confianza y estoy contento. Pero aún falta para que salga. Me apetecía hacer algo bueno, más que hacer televisión. Esta idea la llevamos trabajando ya un par de años y medio con mis mismos colaboradores de Birdman y la verdad me gusta mucho la dirección del proyecto, el concepto, la idea y lo que dice. Más allá que sea televisión me gusta muchísimo. Hablaremos pronto de eso.
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