5 películas de Polanski para temer las relaciones
Si hay un tema en común de muchas películas del director polaco Roman Polanski ese es la pareja. El cineasta ha explorado como nadie en magistrales thrillers psicológicos las perversiones y el sexo en todos sus aspectos, especialmente en su dimensión en la que es sinónimo de poder.
Siendo él mismo un personaje polémicamente desgraciado en cuanto a sus relaciones amorosas (véase Sharon Tate o sus problemas con la justicia), resulta natural que goce de un punto de vista privilegiado de cómo se puede pasar del verbo "amar" al verbo "odiar" en un instante.
Con esta lista no pretendemos que tengas miedo de tu pareja o que pases de un día para otro a la soltería por si ocurre algún drama. Sin embargo, te puede servir para reconsiderar un par de cosas respecto a tu relación en el caso de que tomes como ejemplo de los amantes desafortunados que protagonizan estas cinco películas. Lo único que te deseamos es suerte...
La primera cita: Replusión (1965)
El personaje de Carol (Catherine Deneuve), una manicurista belga que vive en Londres en un departamento con su hermana, representa la peor pesadilla de aquel que intente cortejarla. Una aguda repulsión sexual atormenta a la protagonista y manifiesta asco hacia el deseo sexual y relaciones íntimas. Escenas tan memorables como las manos que salen de las paredes para tocarla, las fantasías de violación y algunos crímenes nos muestran su descenso hacia una locura esquizofrénica. Esta película constituye la advertencia de que conocer a alguien nuevo suele implicar descubrir aspectos no tan agradables como creías.
Infidelidades: El cuchillo en el agua (1962)
El elemento disruptor de la pareja es algo que siempre preocupó a Polanski. Esto lo encontramos en una de las primeras películas realizadas y escritas por él en Polonia. Un matrimonio que va a navegar al lago en fin de semana encuentra a un joven desconocido en la carretera al que invitan a pasar el día con ellos. Una vez los tres se encuentran a bordo de la embarcación comienza a brotar una rivalidad entre el marido y el joven debido a la tensión sexual del último con la mujer. Eventualmente, la situación desembocará en infidelidad. Lección: Cuidado con los extraños.
Matrimonio: Luna Amarga (1992)
Este encuentro de parejas a bordo de un crucero expone lo más oscuro de una relación. El matrimonio del escritor lisiado Peter Coyote y la seductora fatal Emmanuelle Seigner expone perfectamente con los flashbacks la historia perversa de dónde va a morir la pasión. Sadomasoquismo, voyeurismo y bondage en un cuento de terror sexual que pone los pelos de punta a cualquiera. Definitivamente, la representación más clara en todo el séptimo arte de que tu pareja puede ser tanto tu mejor amigo como tu peor enemigo.
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Tener hijos: El bebé de Rosemary (1968)
El embarazo de esta joven madre es el que más hemos sufrido en términos fílimicos. Cuando la pareja Woodhouse se muda a la tétrica Casa Bramford de Nueva York para tener su hijo ni siquiera sospechamos als fuerzas oscuras que les acechan. Una película que trata el efecto del nacimiento de un hijo en un el matrimonio a través de lo sobrenatural. Además, nos demuestra que tu pareja puede convertirse (literalmente) en el mismo Satanás.
Ser padres: Un dios salvaje (2011)
Tras el hijo vienen los problemas. No es casual que el plano para ilustrar el filme sea extremadamente parecido al de El cuchillo en el agua, aquí las parejas son el elemento disruptor de las otras parejas. Cuando los hijos correspondientes de dos matrimonios se pelean, ambos se reúnen para arreglarlo platicando. Consecuentemente podemos observar como la discusión va in crescendo exponiendo las no tan sólidas relaciones maduras. Una lección valiosa para reconsiderar lo que significa estar casado.
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