Cartas a Lubezki (I)
Memorias de una amistad
Emmanuel estudió la preparatoria en el Centro Activo Freire y yo, en el Colegio Madrid, pero nos veíamos en fiestas de conocidos
Al entrar al CUEC, en 1982, hicimos amistad inmediatamente, quizás por nuestro pasado común de abuelos judíos inmigrantes de Europa a México y Argentina, en mi caso. Junto con Ciro Cabello, Salvador De La Fuente, Marisa Pecanins y Francisco Franco formamos nuestro equipo de trabajo para filmar los ejercicios anuales.
Yo le fotografiaba al Chivo sus cortometrajes y él, los míos.
Con gran pasión y paciencia, Mario Luna, Antonio Ruiz, Juan Mora y Alfredo Joskowicz nos enseñaron lo más que pudieron. Ahí conocimos a Luis Estrada y a Alfonso Cuarón, que iban dos cursos más arriba, y nos convertimos en sus asistentes en sus cortos.
No sabíamos bien si queríamos ser directores o fotógrafos aún. Emmanuel y yo nos comunicábamos casi sin palabras, con sólo mirarnos. Razonábamos juntos y probamos muchas cosas. Nos divertíamos mucho y a veces sufríamos de angustia por no saber que iba a salir en el negativo, sobre todo cuando filmábamos escenas de noche en las calles del Distrito Federal.
Nunca olvidaré cuando, en 1986, vimos juntos Amor a la vuelta de la esquina, dirigida por Alberto Cortés y fotografiada por Guillermo Navarro, la cual yo considero la primera película moderna de esta nueva etapa del cine mexicano. Nos impactó la imagen y dijimos: “Eso es justo lo que queremos hacer”.
Al terminar la escuela, en 1987, nos aventamos a hacer Camino largo a Tijuana, nuestro primer largometraje, con “tres pesos” y ayuda de mucha gente: Cuarón, Estrada y Lubezki fueron los productores. Estrada la dirigió y yo hice la dirección de fotografía. Fue una experiencia intensa y alucinante. La hicimos en sólo tres semanas, casi siempre haciendo una sola toma de cada escena, con un mínimo equipo de luces y un gran casting. Éramos pura pasión y aventura, todos jóvenes entre 20 y 25 años. La película llamó mucho la atención y demostró que los jóvenes también eran capaces de filmar.
El resto es historia... Emmanuel es hoy uno de los mejores fotógrafos del mundo y le tengo un enorme aprecio y admiración.
Carlos Marcovich es fotógrafo de El callejón de los milagros (1994) y Comandante (Oliver Stone, 2003); Director del documental ¿Quién diablos es Juliette? (1997).
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