Cuando algo es de culto, es de culto. Más de dos décadas lleva esta obra maestra de Quentin Tarantino en nuestra videoteca e imaginario popular. Podemos recitar el discurso de Jules Winfield de memoria, nos ponemos a bailar twist con Chuck Berry, sabemos que una katana es mejor arma que una motosierra y no sabemos si un masaje en los pies es flirteo o sólo un jod**o masaje en los pies.
Mientras el pasado octubre mirábamos esta joya por enésima vez, el estudio de diseño
Vamos, no sean: