¿Por qué importan las chicas Bond?
La chica Bond es indisociable de las aventuras del famoso agente 007, donde en medio siglo pasó de tener un papel decorativo a ser una mujer de acción, pero siempre sexy como Monica Bellucci y Lea Seydoux.
"Cada película de James Bond tiene su trío icónico: 007, la chica y el malvado", resume a la AFP Guillaume Evin, autor de cuatro libros dedicados a la saga que desde sus inicios llena los cines del mundo entero.
"La chica Bond apareció en la primera entrega, Agente 007 contra el Dr. No (conocida en algunos países como El satánico Dr. No). De entrada, fue la actriz suiza Ursula Andress -la rubia escultural que sale del agua con un bikini blanco- quien definió el canon mítico de lo que debe ser la chica Bond".
"Todas las demás se definieron en relación a ella", destaca el autor del Diccionario secreto de James Bond y de James Bond es eterno, editados en francés en 2012.
"Sin embargo, a lo largo de sus (hasta ahora) 23 películas, la chica Bond también se transformó: su personaje acompañó la evolución de la mujer en las sociedades occidentales", agrega.
"Fue un florero antes de ser más audaz y convertirse incluso en alter ego femenina de Bond, como la malaya Michelle Yeoh en 'El mañana nunca muere' (1997) o la estadounidense Halle Berry en 'Muere otro día' (2002), dos chicas Bond que rivalizan en las escenas de acción con el agente secreto imaginado por Ian Fleming, quien fue espía en la vida real.
Pero la chica Bond nunca está sola en la pantalla: "Está la principal y las otras, en un ballet de papeles muy bien rodado", explica Guillaume Evin.
"Está la simpática, la malvada o aquella que no se sabe si es pro o anti Bond, como la francesa Sophie Marceau en 'El mundo nunca es suficiente' (1999) o antes en 'James Bond contra Goldfinger', la británica Honor Blackman en el papel de Pussy Galore (1964)".
"Y la chica favorable a Bond termina por supuesto en sus brazos al final, para el reposo del guerrero", salvo en un caso: la franco-ucraniana Olga Kurylenko en "Quantum of Solace" (2008).
Solamente una vez
Las actrices escogidas "nunca regresan en otra película", destaca el experto, contrariamente a quien interpreta a James Bond, a M, la jefa de los servicios secretos, o a Q, el genial científico que suministra al agente sus armas secretas.
La única excepción a esa regla es la sueca Maud Adams. "De segunda chica Bond en 'El hombre de la pistola de oro' (1974) -la primera era Britt Ekland-, asciende a la categoría de primera chica Bond nueve años más tarde, en 'Octopussy'" (1983).
Las actrices tuvieron fortunas diversas tras la formidable notoriedad que implica el papel.
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